Emulando a Carlos Puebla en su canción Y en eso llegó Fidel, aparece Donald Trump y se acabó la diversión. Tras los reiterados anuncios arancelarios, este pasado 2 de abril, El Presidente de EE UU ha comenzado a decretar órdenes para subir los aranceles comerciales a todo el mundo, salvo algunas extrañas excepciones, identificándolos con un nuevo "ideal patrio". Así que, ¡preparémonos!, pues ha llegado un terremoto económico. Y es que Donald Trump ha lanzado un órdago que sacude los cimientos del comercio global con aranceles masivos que prometen redefinir las reglas del juego. ¿Estamos ante el inicio de una guerra comercial sin cuartel? ¿O es una jugada negociadora para proteger la economía estadounidense? Todavía no se sabe con certeza. De momento, con las tablas de la ley arancelaria expuestas como un anunciado incendio controlado en el bosque económico integral, todas las bolsas mundiales lo están acusando de manera ostensible; especialmente la de Wall Street en New York, donde a fecha de hoy, 4 de abril de 2025, la agencia estadounidense de calificación crediticia "Standard & Poor's 500", que evalúa la solvencia de empresas y gobiernos, baja un 4,84%, y el Nasdaq se deja un 5,97%, por el miedo a que la guerra comercial frene la economía global. Lo que traducido en términos de capitalización de mercado, se estima que estas pérdidas representan aproximadamente 3,1 billones de dólares de valor destruidos y una pérdida de las tecnológicas de 850.000 millones de dólares, el mayor batacazo bursátil desde 2020, en plena pandemia. A su vez, el euro sube con fuerza y supera los 1,11 dólares, mientras el petróleo Brent se hunde un 6,42%, marcando un día negro para los mercados.
Desde mi punto de vista, Donald Trump no es un engreído ignorante, ni tampoco lo son Musk, Bezos o Zuckerberg, creo que el Presidente sabe qué quiere y cómo llegar a acuerdos. Otra cosa es que la jugada le salga bien; pues lo que está haciendo no es crear riqueza en una de sus empresas, sino gestionar un Estado. Y aunque el parecido sea ese, es solamente algo análogo, pero no lo mismo. En este sentido, aclaro que carezco de formación económica y mis escasos conocimientos provienen de los artículos que leo sobre el tema, de los comentarios que me hace un buen amigo, y de los análisis que publica en este mismo medio. Por lo tanto, mi opinión es solamente eso, una opinión. Dicho esto, considero que el problema surge de que tanto él como sus multimillonarios amigos tienen escasos conocimientos de Historia Económica y, además, carecen de principios éticos más allá de tomar y retener el poder y el bien de sus negocios. Y, consiguientemente, la paz, el bienestar y la prosperidad de los ciudadanos de EE UU y del resto del mundo les importan muy poco. A este respecto, creo que su idea fundamental es clara: para que ellos y los EE.UU en su conjunto sean más ricos, los demás han de ser más pobres. Una idea que, parece ser, es un error de partida. Tal vez por ello, hay muchos economistas que lo tienen claro y nos dicen: máxima prudencia con las inversiones en EE UU, porque esto puede acabar muy mal; es decir, con otra “Gran Recesión” con epicentro en el territorio de los propios EE.UU., bajo el mandato o las políticas impulsadas por Trump, caracterizadas por su populismo económico, su autoritarismo y su falta de responsabilidad total. Y si a esto le sumamos que sus asesores le sugieren, entre otras ideas controvertidas, apropiarse de la deuda estadounidense en manos extranjeras y convertirla obligatoriamente en una inversión de interés mínimo y plazo casi eterno, nos encontramos ante una acción que, aunque podría parecer un gran negocio para Estados Unidos, implicaría romper la confianza en el sistema económico global establecido desde Bretton Woods. Esta es la razón por la que analistas financieros, inversores bursátiles y economistas como Paul Krugman consideran que, aunque el presidente Donald Trump y los grandes supermillonarios de las tecnológicas que lo respaldan, no son unos ignorantes en materia económica, si están profundamente equivocados. Pues las medidas arancelarias adoptadas lo que provocarán será una gran recesión; sobre todo en los EE.UU, los mercados ya la están anunciando.
Y es que el gran problema del embrollo en que está envolviendo Trump al mundo está basado en la desinformación económica, el matonismo imperialista contra sus tradicionales socios occidentales a los que ahora intenta reventar, la indigencia intelectual del Presidente y acólitos sobre la geopolítica y su simplista interpretación de la gestión de la economía ignorando su complejidad e interconexiones. Digo esto, porque los aranceles que ha puesto en vigor a todos los productos que importan los EEUU, con la excepción de productos farmacéuticos, cobre, madera, semiconductores y minerales no disponibles, suponen una contracción de la demanda del producto debido a la elevación de los precios. Los paga el consumidor de los Estados Unidos y se beneficia el Estado. O sea, es una forma de impuesto.
Lo que pretende el Presidente Trump es disminuir el ingente déficit comercial americano por medio de los aranceles. Y para ello, cuenta con el apoyo del Partido Republicano, los megamillonarios tecnológicos y el gran capital, que se han puesto de acuerdo para generar una ofensiva en toda regla contra el sistema de comercio mundial, que coarta su libertad para manejar el mundo en su único beneficio. Es la avaricia y el ansia de poder sin cortapisas lo que se ha impuesto actualmente en la política americana. No nos engañemos, los Estados Unidos han ido siempre a lo suyo, a defender sus propios intereses. Hasta ahora su imperialismo se enmascaraba con palabras y discursos rimbombantes, pero profundamente hipócritas. Hablaban de defensa de la democracia, de la libertad, de la globalización y de los derechos humanos. Ahora Trump y los suyos, se han quitado la máscara, sin pudor ni vergüenza. Veremos cómo termina esto.
Como bien señala José Antonio Marina en su libro El laberinto sentimental, “Las emociones no solo nos mueven, sino que nos dirigen. En política, las grandes decisiones no suelen ser fruto de la razón pura, sino de pasiones bien orquestadas, que se justifican con argumentos”. Esta reflexión nos invita a considerar cómo las emociones y las pasiones subyacentes moldean las decisiones políticas, incluso en contextos tan complejos como el actual.
Juan Antonio, además de filósofo, describes el mundo bursátil como un corredor de la Bolsa, mas allá de nuestro continente. Bien sobre Trump y sus maquinaciones, me pierdo.
ResponderEliminarEncarna Bosch
Buenas noches,
ResponderEliminarLa Economía de un país se me hace un entramado muy complejo. Creo que Trump y sus "ayudantes" han puesto la Econpmía mundial patas arriba y no llego a vislumbrar cuál será el resultado de sus decisiones.
Has hecho una buena reflexión.
Un abrazo
Pilar Barrabés
Tienes toda la razón. A parte de ser una guerra comercial, veremos a ver como acabamos todos.
ResponderEliminarBuenas noches
Antonio Puig
Qué artículo más sorprendente y bien elaborado.
ResponderEliminarBuenas noches,
Mati Hernández
Leído y valorado como muy bueno. Me alegro de que que seas capaz de escribir de todo, y muy bien.
ResponderEliminarBuenas noches.
Pepe Pascual
El mundo se derrumba y Donald Trump juega al golf. Cuatro décadas esperando ese día. Resentido, espera la venganza. Son sus valores. Es su humanismo.
ResponderEliminarNo es fácil dormir pensando en Netanyahu, Putin, Trump, Orban, Bolsonaro, Obascal, Le Pen, Meloni y más.
Buenos días.
Eduardo Valero
Pues yo tampoco tengo muchos conocimientos de economía, pero como tú bien dices, y yo sigo la misma rutina, leer todo lo que puedo para intentar entender que está pasando, pues no cabe duda de que estamos viviendo un momento histórico totalmente descerebrado, sin poder ver a donde nos lleva.
ResponderEliminarSantiago Méntrida
Muy esclarecedor para todos tus lectores, y para mí naturalmente. Muy bien explicado para todos los que no entendiendo ni un ápice de medidas arancelarias, todo nos parece un disparate del que no sabemos dónde nos puede llevar, es por eso que te agradezco muchísimo éste artículo y te doy mi enhorabuena.
ResponderEliminarBuenas noches maestro !
Pili Obre
Muy chulo el artículo tío ,veremos a ver qué pasa porque esto no pinta bien, el imperialista está loco y la UE ..a verlas venir…veremos
ResponderEliminarNacho Valero
Me acabo de leer tu artículo y lo primero que debo hacer es darte las gracias por haberme referenciado, aunque sea implícitamente, en el texto. Te ha salido muy bien tu opinión, eres valiente y te atreves a hablar clara y certeramente de la política de Trump- No sé de ningún medio informativo, ya sea económico o financiero, que esté al lado de su política, todo lo que yo he leído es crítica tras crítica, y es imposible que el gran capital norteamericano esté a su lado. Yo le doy un período de tres meses para rectificar, porque la primera economía que se va a resentir será, precisamente, la de EEUU
ResponderEliminarUn abrazo.
Ramón Morell
Está muy bien y me ha aclarado algunas cosas, solamente me queda una duda: ¿qué pasará...?
ResponderEliminarUn saludo
Miguel Soto
Hola Juan Antonio, ¿qué tal? Lo he leído, está bien, no tengo mucho que comentar. Quizás sólo que personas como Musk no creo que estén sólo interesados en enriquecerse; ni por su estilo de vida ni sus intereses denotan que le gusten especialmente los lujos y riquezas. Parece que en lo que está realmente interesado es en hacer evolucionar la humanidad; para bien o para mal, a criterio de cada uno.
ResponderEliminarPor lo que refiere a Trump, lo de solucionar el déficit comercial creo que más que un deseo es una necesidad totalmente imperiosa. Des de hace muchos años EEUU tiene una deuda ingobernable financiada principalmente por China. Reconducir este desequilibrio no es un capricho, y necesariamente pasará por que EEUU reduzca su nivel de vida y riqueza a corto y medio plazo. Es decir, nada bueno para los ricos de este país. Para los ciudadanos quizás acabe siendo algo bueno; menos riqueza y menos estrés por culpa de la competencia global en la que hemos estado viviendo, quizás nos ayude a vivir mejor ...
Jaume Claur
Hola, en respuesta a tú artículo de ayer te voy a realizar alguna consideración. Llevamos desde el martes con miles de personas de todo tipo y pelaje dando su opinión sobre los aranceles de naranjito. En tu caso, estoy de acuerdo en general con el comentario, aunque discrepo con algunas cosas , entre todo lo que he leído y escuchado desde el martes, me ha interesado algunas declaraciones de naranjito de los años 80 en los que ya daba tabarra con los aranceles y lo malos que éramos los demás países con USA, o sea que no es nuevo. Tuvo oportunidad de llevar a cabo este tema en su primer mandato, pero imagino que no tuvo “lo que hay que tener”, ahora después de ser condenado y llevar al país a casi un enfrentamiento por no reconocer el resultado de las elecciones y ver que todo se le perdona, hasta el extremo de ser elegido con ese historial por segunda vez, AHORA estima que esos 70 millones de compatriotas que lo han votado, le permiten …hacer lo que le salga de los cataplines y está tan convencido que no escucha a nadie y pasa olímpicamente de los otros Poderes del Estado, que hay jueces que han realizado sentencias en contra de paralizar algunas de sus órdenes y que Naranjito haya seguido "p'alante", dice mucho de lo que piensa este caballero. Me hace gracia que he leído y escuchado bastante, que este hombre maneja el país como si fuera su empresa, pues bien, su empresa la heredó de su padre, que actuaba como un perfecto mafioso y Naranjito no ha hecho otra cosa que seguir los pasos del padre, es un mediocre empresario, el único que tomó el poder de un casino y lo llevó a la bancarrota. Por todo ello, creo que ahora intentará que todo el mundo le chupe….(utilizo su lenguaje) e intentará sacar tajada individualmente, de momento a mí ya me está haciendo un buen roto con las acciones y las obligaciones, así que tengo que agarrarme a lo que siempre le escuché a Jacques, si inviertes 100 y durante treinta días baja a ochenta, si no vendes, no pierdes nada. Desconozco la aptitud de la UE, pero yo intentaría negociar y al mismo tiempo, impondría un 20/ de aranceles a sus amigos tecnológicos, ya que en los servicios es donde ellos tienen un enorme superávit con relación a nosotros y por supuesto, intentaría acercarme lo antes posible a China y a Rusia, levantar las sanciones a Putin y comenzar desde la semana que viene a comprarles gas y petróleo para no comprárselos a los yankis. Estoy convencido que Putin firma la paz, si se levantan todas las sanciones y se le dan garantías que Ucrania no va a entrar en la OTAN.
ResponderEliminarVaya rollo que te contado, buenas noches.
Santiago Fernández
A medida que pasan los meses y años sin arreglar los asuntos importantes-Ucrania, Gaza y ahora esta cuestión. Mi cerebro se va hartando y ya admite poca más información. No es por desinterés; es por hartazgo.Mi defensa es el refugio en unas pocas convicciones y unas cuantas personas.
ResponderEliminarUn abrazo
Merche Díez
Hola J.A
ResponderEliminarMi ignorancia es notable en cuanto a economía, aranceles, etc.
Ojalá! sea solamente, una guerra comercial, que con el tiempo se pueda revertir, llevándose consigo por delante, al tarúpido de Trump.
Ojalá sea solo eso!!
El mundo en general está....No tiene buena pinta....
Gracias por tu excelente artículo.
Un abrazo
Magda Díez
Muy bueno tu artículo, pero creo que todavía no es el final de lo que nos espera.
ResponderEliminarAnna García
Como siempre, muy bien. Tampoco te puedo juzgar mucho pues me faltan conocimientos económicos (bueno, y de lo demás), pero me parece acertado tu análisis. Lo que también creo es que tan pronto empiecen a salirles mal las cosas, se pelearán entre ellos y acabará todo en un caos. Como bien señalas, hay mucha diferencia entre gobernar un país y una empresa, y parece que estos no se han enterado de tal detalle.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jaime Martínez
De economía poco puedo decir a esos niveles, pero me da la impresión que el americano quiere ser ombligo de todo el mundo y, a mi parecer, Europa se ha dejado influenciar y estar a lo que diga América. Debía tener su economía propia lo mismo que la defensa y por depender de aquellos americanos es lo que ahora tenemos. Te dije en cierta ocasión que todos los de habla inglesa, como se dice en mi tierra, para joyeros.
ResponderEliminarUn abrazo
Alfredo Gaztambide
Jajajaja!! Juan Antonio, jajaja, gracias por esa alusión a la canción de Carlos Puebla, jajaja!! ...es que no podía parar de reirme! "Llegó el magnate y mandó a parar!!..." jaaaajaja. Muy bueno.
ResponderEliminarMi opinión es que se trata de una “jugada negociadora” totalmente irresponsable para obtener los recursos que pueda de cada país. No olvidemos la canción: "con el robo como norma"...
Los supermillonarios de las tecnológicas le han visto las orejas al lobo.
La avaricia y el ansia de poder es verdad, le han llevado a cometer errores tan graves que todos los analistas dudan de que pueda acabar con el déficit estadounidense y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, sino más bien al contrario que la inflación y la contracción del PIB acaben por perjudicarles severamente.
Gracias por el artículo.
Un abrazo,
Miguel Ángel Cerviño
Hola Juan Antonio, A pesar de que en estos días sed escriben ríos de tinta sobre el tema al que te enfrentas en tu ultimo escrito, es lógico y pertinente tratarlo por la implicación global de gran calado que tienen los decretos ultranacionalistas en la fijación de la política arancelaria de los EEUU, ya que da un giro de 180 grados a los políticas librecambistas de los últimos decenios, que está provocando una inquietud económica mundial, del cual el primer efecto, ha sido el pánico bursátil, con las consiguientes caídas anta la incertidumbres que plantea para la pervivencia de muchas empresas y economías nacionales, al afectar la estructura económica global. Puede entenderse que el primer interés de un dirigente de un país que goza de múltiples recursos, sea mejorar sus desequilibrios económicos, obviando otros condicionamientos éticos y morales que evidentemente no entran en su escala de valores, no parece racional ni tan solo con criterios puramente económicos, por la evidente recesión que provoca fijar unas tasas arancelarias en virtud del déficit de la balanza comercial individualizada según el intercambio de bienes y servicios con los distintos países en función de su cociente entre importaciones y exportaciones, para conseguir equilibrarla. Es como pretender que todos los proveedores de una empresa tengan que coincidir como compradores como mínimo por el mismo importe, olvidando las sinergias que ofrecen las ventajas competitivas de un mercado abierto, lo que parece conducirá a una contracción interna.
ResponderEliminarSi bien es cierto que desde los organismos multinacionales como el GATT o la OMC, en los últimos lustros se ha promovido la eliminación total de las antiguas barreras comerciales, que limitaban la libre competencia, generando un mercado global abierto favorecido además por los intereses de las grandes corporaciones multinacionales, esto ha jugado contra el tejido económico de las potencias con un desarrollo maduro como los EEUU o Europa, al redistribuir la riqueza, hacia nuevos países y actores emergentes, que es lo que el Sr.Trump quiere revertir en el caso de los Estados Unidos..
Las posiciones sobre las políticas proteccionistas o librecambistas, han fluctuado a lo largo de la historia, en función de la aplicación de distintas teorías económicas, porque sin duda la economía no es una ciencia empírica, ni exacta ya que sus resultados generalmente no concuerdan con los objetivos previstos. Y en este caso dada la actitud de prepotencia, agresividad cuando menos verbal y la imprevisibilidad de la política del Sr. Trump, obligan a replantear de un modo súbito les expectativas globales, con lo que de entrada ha generado suficientes motivos para el pánico bursátil, antecedente de crisis sistémicas que pueden ser nefastas.
Es solo una opinión y quizás no muy fundamentada, el tiempo lo dirá
Un cordial saludo
Jordi Testar