La corrupción cabalga de nuevo, y lo hace implicando a quienes deberían representar con honestidad al ciudadano. Hace escasos años nos llegó vinculada al Partido Popular, en el caso de ahora afecta al PSOE; es una nueva y brutal herida a la confianza pública. Pues, escándalos como éste alimentan el hartazgo, y en la calle vuelve a sonar la frase que tanto daño hace "todos son iguales". Y no, no todos lo son, pero indudablemente desarma a los honestos y fortalece a quienes usan la indignación para construir discursos oportunistas de populismo radical. La corrupción no distingue ideologías, pero sí hay diferencias en cómo se reacciona, en quién asume responsabilidades, en quien se esconde y quien da la cara. En este contexto, en España, como en cualquier democracia de nuestro entorno europeo, existen mecanismos de control, una prensa libre y una justicia. Pero cuando fallan, cuando se tapan, cuando se banaliza el robo al bien común, se abre una grieta que no solo deja pasar la corrupción, sino también la desafección, el extremismo y la manipulación emocional. Y es que, como decía el llorado Pepe Mujica: "La corrupción es el peor enemigo de la democracia, porque destruye la confianza, que es su cemento esencial". Dentro de este panorama no hace falta escuchar en estos días, los gritos histéricos de la derecha y extrema derecha, para ser conscientes del drama brutal que se presupone han hecho Santos Cerdán, Ábalos y Koldo a todos aquellos que tienen una sensibilidad de izquierda progresista. Es por eso que, en estas tristes pasadas horas desde que surgió la noticia, imagino que tendrán pocas ganas de hablar, de opinar, de decir lo que sienten y casi les apetecerá más cerrar los ojos y los oídos esperando que, como en un mal sueño, pase la tormenta . Y, como en los duelos, también supongo que tendrán que dejar pasar el dolor del golpe y, después, tratar de recuperar la fuerza de los principios y valores, ahora sacudidos, que les alimenta, para no dejarlo todo en manos de ellos, en los que siempre gritan.
Indudablemente, un partido, sea cual sea su ideología, es responsable de los actos de sus cuadros dirigentes. A este respecto, la corrupción no es una enfermedad que se atrapa no se sabe dónde ni cuándo, independientemente de la voluntad, sino un hecho constitutivo de la fisionomía del personaje corrupto. En este caso además, se trata de una trama, que entiendo debe ser o debería haber sido más visible desde el interior. En consecuencia, desde mi punto de vista, me parece evidente que el PSOE, como partido, es responsable de haberse dejado infiltrar de elementos nocivos y aún más de haberlos promovido a puestos de gran responsabilidad. No obstante, la diferencia con el PP-VOX es que estos últimos los defienden y mantienen hasta la muerte y, en el PSOE, parece ser que tiene intenciones de hacer una purga ejemplar. De la amplitud y sinceridad de ésta entiendo que dependerá toda su credibilidad futura.
En este marco, lo que sí cabe preguntarse es: ¿quién pone a este tipo de delincuentes en puestos de tal responsabilidad?, ¿de qué mecanismos se ha dotado el PSOE como partido para evitarlos? Pues, no se trata de expulsarles una vez consumado el presunto el delito, sino de prevenirlo. A este respecto, ser político no es una profesión, es una función de representación temporal, y digo bien temporal, y cuanto más breve mejor, pues menor riesgo de corrupción habrá. La mitad del parlamento no ha hecho otra cosa en su vida que vivir de la política y no por amor al arte, ni al pueblo u otras zarandajas o fruslerías que se atreven a declarar, sino como profesión y medio de vida. La democracia se debe dotar pues de armas contra este tipo de gente que se infiltran como representantes del pueblo cuando, en el mejor de los casos, son unos arribistas sin bandera y en el peor, vulgares ladrones. Hay por consiguiente que poner medidas para evitar poner la miel al alcance del goloso: En otras palabras, mandatos reducidos, obligación de no acumulación de responsabilidades, discontinuidad de varios años entre los mandatos...etc. Algunas de las herramientas son bien conocidas, pero la voluntad política no las sigue, ni en el PSOE ni en el PP, ni en ningún otro partido. Y es por ello que la democracia se muere de insinceridad, quizá de hipocresía, y de una enfermedad llamada corrupción que ataca caprichosamente a unos y a otros. Si el PSOE quiere seguir teniendo cierto margen de maniobra para ofrecer a los ciudadanos una oferta legislativa que le permita seguir gobernando, si pretende continuar adelante en un Gobierno de Coalición con las fuerzas que le apoyan para continuar en una dirección progresista de mejora de las condiciones de vida de la mayoría de españoles, si quiere tener legitimidad para permanecer, resistir y aguantar hasta el 2027, debe ser, hoy más que nunca, en estos difíciles momentos por los que atraviesa, sincero, y dotarse de principios y sistemas de auditoría interna y externa. Pues los electores, hastiados de la corrupción y cansados de los fraudes, no votarán al que tenga la intención de corregirse, sino al que demuestre que es inatacable en materia de probidad. Y para ello, es absolutamente imprescindible, entre otras cosas, una profunda revisión de la Ley de Contratos del Sector Público vigente, que es la Ley 9/2017, de 8 de noviembre, que regula la contratación de bienes, servicios y obras por parte de las Administraciones Públicas. Una ley con la que se ejerza un control mucho más estricto sobre los órganos y personas que adjudican los contratos, con el objetivo de evitar que el Poder pueda dar prebendas a determinadas empresas en detrimento de otras que presentan un mejor contrato y, además, regulando y controlando, todas las situaciones que permitan saltarse dicha ley, para que no pueda volver a ocurrir. Pues tal como advertía Cicerón: “Nada hay tan oculto que no llegue a revelarse y nada tan secreto que no termine por salir a la luz.”
Suscribo este manifiesto.
ResponderEliminarNo puede ser que la democracia que tardó en llegar ahora sea cambiar a unos oportunistas y saqueadores por otros de distinto color. Pasan por esta grieta la desafección y la manipulación, lo que no se debe dejar pasar por ella es el extremismo y por eso: prevención, no generalización pero sí máxima exigencia, vigilancia, denuncia, revisión de leyes, juicios justos y penas ejemplares.
Dos cosas más: devolución íntegra de dinero robado, vigilancia y denuncia también de la corrupción en las instituciones del Estado.
Un cordial saludo,
Miguel Ángel Cerviño
Buenos días ,muy chulo el articulo Tío ..Muy reflexivo ,esperemos que se tomen medidas para acabar con la corrupción, pero dudo mucho que esto acabe bien; pobre izquierda…Como te he dicho en otras ocasiones, me quedo sin partidos de izquierda a quien votar, cada vez más difícil lo tengo ..veremos..
ResponderEliminarBesos
Nacho Valero
¡Hola!, lo acabo de leer en diagonal, al mismo tiempo estoy viendo la F1 y me ha extrañado que si he leído bien, me parecen muy acertadas las propuestas que haces con relación a los contratos públicos; pero no he visto nada para las empresas que corrompen (corrompes, durante 10 años no puedes participar en concursos públicos) y otra cosa que tampoco he visto y sé que estamos de acuerdo, es la eliminación de todos los diputados y demás personas, (los aforados), hay mucho trabajo.
ResponderEliminarSantiago Fernández
Lo deseamos, pero el problemas de España es siempre el
ResponderEliminarMismo . NO HAY CONTROL .
Y algo más importante : es lo “ natural “ siempre ha sido así , dame y te doy. Está normalizado.
Carmen Rengel
Para mi todos los partidos políticos son corruptos o casi todos, una pena de políticos. No me gusta ni la política, ni los políticos.
ResponderEliminarAntonio Puig
Juan Antonio, me gusta leer tus artículos pero cada vez me cuesta más hacer un esfuerzo con la vista. No te extrañe que últimamente no recibas mi comentario. La edad no perdona y no pienses que me quejo. Son etapas de la vida y si las aceptamos no cuesta de sobrellevarlo. Espero que lo comprendas.
ResponderEliminarEncarna Bosch
Mientras no se resuelva la financiación de las campañas electorales habrá corrupción. Nadie da dinero a cambio d nada. Y de ahí la adjudicación de obra pública, comisiones y demás. A estas alturas no merece la pena hacer campaña. Todos sabemos quién es cada cual y de lo prometido en campaña poco o nada. Y otra cosa, nada de pactos postelectorales. Que gobierne la lista más votada y los demás que hagan oposición responsable. Pero esto es pedir peras al olmo. Y lo que es cierto es que una persona que tenga un empleo o negocio rentable, no sé le ocurrirá meterse a político. Bueno a excepción de Trump, que es un ególatra y quiere siempre más.
ResponderEliminar¡Buenas noches!
Magda Sellarés
Leído y valorado tu trabajo. Muchas ideas, muy bien expresadas. Y un buen recurso a las palabras de Mújica
ResponderEliminarBuenas noches.
Pepe Pascual
Otra y otra vez la corrupción dando al traste a la democracia y a los que creemos en ella...
ResponderEliminarEnhorabuena por este artículo tan desesperanzador, y tan real
Veremos cómo soluciona este problemón nuestro Presidente, los carroñeros hace tiempo que van detrás de la presa, y están pensando en el festín que huelen cada día más cerca.
Pili Obre
Estos corruptos, no tienen perdón. ¡¡Son unos miserables!!
ResponderEliminarMagda Díez
Muy bueno el artículo. Gracias.
ResponderEliminarMarga López
No voy a defender a estos corruptos,que me gustaría que devolviesen todo el dinero y fuesen a la cárcel y pagasen con su dinero la estancia en ella. Y no sólo una temporada,si no varios años, quizás sirviera de ejemplo. No comprendo que con los sueldos que tienen,les parezca poco y se dediquen a robar. También debieran encarcelar a los empresarios que sobornan para conseguir unos trabajos a base de dinero, condenó a ambos.
ResponderEliminarAlfredo Gaztambide
Hola, buenos días
ResponderEliminarNo sé, la verdad es que la actualidad supera a la mejor película de ficción.
Decepcionante, muy decepcionante todo.Ya se que en ocasiones el pueblo actúa sin sentido común. Pero, ¿realmente nos merecemos estos políticos?. Ufff no se, intentaré mirar, como tú propones, mi espacio interior.
Francesca del Arco
Hola J.A. He leído tu artículo sobre la corrupción.
ResponderEliminarParece que en política, es una enfermedad crónica que no distingue de color y que todos los aspirantes a gobernar lo único que les mueve es llegar al poder para vivir con unos privilegios que están negados para la mayoría del pueblo, que cada día pasan más dificultades para vivir con dignidad.
Anna García
Está muy bien. Solo le pongo un pero: debería dimitir el Secretario General del PSOE por lo nefasto que es seleccionando a los números tres. ¿Quién nos dice que en el próximo nombramiento no vuelve a errar? ¿O que esos fallos no los tiene nombrando ministros?
ResponderEliminarY, una de dos, o no se es tan contundente cuando pide responsabilidades al otro partido por corrupción, o se aplica él mismo las medidas que les pide a los otros.
Un abrazo.
Jaime Martínez
Un certero análisis de la situación actual.
ResponderEliminarPilar Barrabés
Cómo siempre te he dicho.... son todos iguales. Chorizos, ladrones y no perder el poder caiga quien caiga !! todos unos impresentables!!. Eso confirma mi actitud de apolítica total, ninguno merece mi pérdida de tiempo, ni mi lealtad, ya que a los políticos les importamos una mierda.
ResponderEliminarBuenas noches.
Anna Extremera
Ahora siiiiiiiiii, este me gusta mucho más que la de antes de ayer, este va directa al corazón y el “otro” es mucho lucimiento de tu parte, hasta la IA te lo dijo, creo que hasta te comparó entre otros/as con “la lucidez poética de María Zambrano” ,estarás de acuerdo que la corrupción tiene muy poco de poética. Bravo de nuevo.
ResponderEliminarSantiago Méntrida
Me temo que sí.
ResponderEliminarPilar Barrio
Si, qué es así.
ResponderEliminarAlbert Arias
Esto es argumentar y cantar las verdades.
ResponderEliminarPaulino Fernández
Hola Juan Antonio. Una vez más pones el dedo en la llaga, la consciencia popular es que la política es un pozo de nepotismo y corrupción, y de ello se aprovechan los demagogos populistas para atacar la democracia, donde en un momento u otro, al descubrirse las tramas corruptas, se airean dichas situaciones, que sirven precisamente de caldo de las pulsiones populistas que están aguardando su oportunidad para derribar el sistema. Lo lamentable es constatar que continuamente y en todos los ámbitos del espectro político, aparecen casos sumamente graves en las cúpulas dirigentes de los partidos políticos, que dan carga y argumentos suficientes para cuestionar a los mismos. Lo triste es que los corruptos, manchan a toda la organización, y en este caso Pedro Sánchez, perseguido incansablemente por la derecha política que había resistido numantinamente todos sus embates, se le ha abierto un flanco, que puede derribar finalmente el Gobierno más progresista de la reciente historia de España.
ResponderEliminarParece ser que inevitablemente el poder político facilita la corrupción, en las dictaduras y autocracias varias, la corrupción es sistémica para conseguir fidelidades, beneficiando los amiguismos, sin temor a que las ingentes corruptelas, puedan ser denunciadas, ni fiscalizadas. Pero sin duda en los países democráticos, en especial los de ascendencia latina, constantemente se destapan múltiples casos, que afectan a las cúpulas de los partidos gobernantes, sin duda porque muchos políticos han elegido esta vía, no como un servicio público, sino como modus vivendi para su enriquecimiento personal, gracias a la posibilidad de venta de favores, que les otorga su poder político, y así van medrando en los partidos, pensando que son lo suficientemente listos y gozan de medios para eludir los controles que les pudieran hacer peligrar sus actividades opacas, sin atender a una de las premisas con que se hacen todos estos negocios, que se trata de "un juego de pillos", y cuando conviene te dejan en la estacada o delatan tus actividades. Cabe señalar que para que existan corruptos hacen falta los corruptores, que siempre intentan conseguir tratos de favor privilegiados, no por los cauces reglamentarios de los concursos y adjudicaciones abiertos e imparciales. El poder económico tampoco juega limpio. Sin duda los reguladores, las inspecciones, y todos los resortes de control son inexistentes o como mínimo insuficientes. Por ello considero que serían muy útiles algunas de las propuestas que expones, como la limitación temporal y la rotación en el ejercicio de los cargos públicos, pero como siempre llegamos tarde y mal.
Un cordial saludo
Jordi Testar
Bona tarda!!
ResponderEliminarQuina pena, vergonya i indignació!!!
Si la corrupció, el robatori i la mentida estan institucionalitzats,
On som??
Què ens queda??
L'esperança? En què??
On és la política com l'ofici de millorar la vida dels més vulnerables, de servir a la comunitat...de formar., fomentar el pensament propi...
Gràcies per aquesta excel.lent reflexió.
Joana Companys
Efectivamente, presuntos delitos y por tanto presunción de inocencia y patada "palante", hoy por ti y mañana por mi. El sistema es corrupto intrínsecamente y como bien dices intocable. También es muy triste y frustrante ver que tus representantes que se supone o quieres creer que se elevan un poquito por encima de la mediocridad, actúan como vulgares rufianes de bares de carretera.
ResponderEliminarMuy triste
Manel Pulido
Hola, Juan Antonio, buenas tardes
ResponderEliminarEres un fenómeno, no creo que haya en Lleida y en los periódicos de Lleida otra persona como tú, tocas los temas más trascendentes, más universales y lo haces espléndidamente, siempre con referencias muy buenas y ejemplares que dan muchas más fuerza a tus argumentos. Hablas de la Ley de Contratos Públicos, y tienes razón, y también habría que aprobar una nueva Ley de Partidos, que regulase no solo los mandatos, sino también requisitos para ocupar cargos de confianza e incompatibilidades para según que cargos después de desempeñar funciones políticas. Mi más sincera enhorabuena, y adelante.
Un abrazo.
Ramón Morell