martes, 1 de julio de 2014

Violencia es...




El “Catastrofismo” fue una teoría ideada en 1650 por James Ussher, arzobispo anglicano de Irlanda, en la que estableció un paradigma necesario para que la formación del universo encajase, aunque fuera con fórceps, en un determinado lapso de tiempo.

Posteriormente, allá por los años 1970, el francés René Thom inventó la llamada “Teoría de las Catástrofes”. Su idea, se basaba en una nueva forma de advertir, a través de la observación, los cambios bruscos que se presentan en nuestra mente, la sociedad o la naturaleza. Y su objetivo era, a través del análisis de ciertas variables, poder proporcionar información suficiente para prevenir cuestiones muy diversas; como, por ejemplo, cuando se desplomaría la bolsa, en qué momento estallaría un conflicto interregional o en que período del año se produciría un determinado brote de violencia.
 
Pues bien, ahora, dirigentes del PP, y miembros todos del Gobierno, quizá siendo conocedores de tan insignes preceptos, intentan coartar la libertad de expresión del pueblo y reprimen con violencia cualquier pacífica manifestación que denuncie corrupciones, tropelías, abusos, injusticias, atropellos, desmanes, o arbitrariedades que con el BOE en la boca, ellos, “los de la casta” que denuncia Podemos, nos vienen ofreciendo.

Y nos hablan de violencia… ¿Qué es violencia…señores banqueros, empresarios, financieros, miembros del Gobierno?

Violencia son los desahucios masivos y la negativa a aprobar la dación en pago.Violencia ha sido las ventas de preferentes a los pequeños ahorradores. Violencia es desmantelar servicios públicos porque no hay dinero cuando sí lo ha habido para salvar a los bancos. Violencia es que bajen los salarios también las empresas con beneficios. Violencia es que Hacienda sea fuerte con las multas a los asalariados y débil en la persecución del fraude. Violencia es que los fondos para políticas de empleo hayan caído un 60% en estos cuatro últimos años. Violencia es que nuestros mejores jóvenes cerebros se hayan tenido que marchar del país porque aquí no encuentran trabajo. Violencia es que la cuantía media de las becas caigan 300 euros a pesar de la crisis de las familias. Violencia es decir que cualquier titulado sirve para maestro como ha hecho el Presidente la comunidad de Madrid demostrando así el concepto que tiene de la educación básica. Violencia es lo que hace el Gobierno al dar indultos a cualquier corrupto sin tener que justificarlo. Violencia es tener 10.000 aforados políticos mientras que en los países de nuestro entorno sociopolítico tienen cero o como máximo 2. Violencia es que un país arruinado en sueldos tenga los precios más altos de la UE para conectarse a Internet o a un teléfono móvil. Violencia es la demagogia populista que algunos políticos utilizan en sus discursos a la hora de presentarse ante nosotros para que les elijamos en las elecciones. Violencia es que la grave denuncia que ha presentado el Fiscal General del Estado sobre la corrupción no haya tenido ni la más mínima respuesta por parte de los partidos políticos representados en las cámaras.
Violencia es que sigamos con un huso horario que Franco adoptó en 1942 para congraciarse con Hitler y a ningún Gobierno se le ocurra cambiarlo. Violencia es que 79 personas perdieran la vida en el accidente ferroviario de Angrois porque Adif para ahorrar autorizó que se apagase el sistema de control constante de velocidad. Violencia es que el juez Silva ordene el ingreso de Blesa en prisión por estimar como criminal la compra de un banco en Miami y la venta de Preferentes y la justicia le suspenda como juez al ser acusado de prevaricación. Violencia es que Mónica de Oriol presidenta del Círculo de Empresarios diga que los parados que cobran prestación son unos parásitos mientras miente al afirmar que nuestras prestaciones son más “generosas” que las del resto de Europa. Violencia es comprobar que la clase dirigente de nuestro país que supo superar una larga dictadura mediante el debate y la negociación sea ahora incapaz de emularse a sí misma en un asunto menos poliédrico como es el intento de segregación de Cataluña. Violencia es que la Audiencia Nacional decida no extraditar al capitán Mañuecas a Argentina porque considera que las torturas que se le imputan no son genocidio. Violencia es que las rentas altas recuperen el terreno perdido durante la crisis y en el mismo período crezca el número de niños que en nuestro país pasan hambre en. Violencia es que en el último año se hayan destruido 79600 puestos de trabajo, la población activa caiga en 424.500 personas, la tasa de paro suba hasta el 25’9%, el número de hogares sin ingresos crece hasta los 736.900 y nuestro preclaro Presidente Mariano Rajoy diga el 29/04/2014 que está muy contento porque las cosas van bien y van a ir mejor en el futuro. Violencia es que el número de ricos en España haya aumentado un 11’6% en el 2013 pese a que la economía haya vuelto a caer durante el pasado año. Violencia es que tengamos casi 2000 procedimientos abiertos por causas de corrupción. Violencia es que un 32% de los escolares estén en riesgo de pobreza.

Violencia es, por tanto, lo que ellos hacen: la acción y el efecto de ese comportamiento deliberado que provoca en los ciudadanos daños físicos, morales y psíquicos, hasta tales extremos que ha llevado, a más de uno, hasta las puertas de la desesperación y de la muerte.

Es tal mi hartazgo que mi pertenencia a España me parece una pesada broma del destino o un castigo de los dioses por algún inconfesable pecado cometido del que aún no soy consciente. Si en los años ochenta a España la sentía como la patria de mi libertad, llena de infinitos espacios de seducción; hoy la percibo como un estercolero y un solar en el que no merece la pena vivir, porque se ha convertido en una especie de cárcel de la que me resulta casi imposible escapar…

Se admiten sugerencias…