miércoles, 14 de marzo de 2018

In memoriam de Stephen Hawking



Eran las siete de la mañana cuando oía la noticia en la SER, el físico británico Stephen Hawking había muerto. Su cuerpo era una casa en ruinas que albergaba una mente colosal y un espíritu maravilloso. Su prodigiosa inteligencia le permitió dibujar el tiempo y abrir las puertas del cosmos con todos sus elementos. Sus palabras y conceptos en la Historia del tiempo revolucionaron nuestra manera de entender el cosmos y nos trajo la música del inicio del universo.

En su rostro, había muchos rostros, en su cuerpo, muchos cuerpos y cuando le contemplábamos advertíamos en su mirada el espejo del cielo. Stephen Hawking, fue una mente brillante y extraordinaria, uno de los grandes científicos de todos los tiempos. Su valentía, humor y determinación para aprovechar al máximo la vida fue una inspiración.
Como señaló Carl Sagan, se embarcó durante toda su vida en conseguir dar respuesta a la pregunta de Einstein sobre si Dios tuvo alguna posibilidad de elegir al crear el universo. Su búsqueda fue un intento de comprender el pensamiento de Dios. Y esto hizo que fuese totalmente inesperada la conclusión de su esfuerzo, hasta que concluyó en un universo sin un borde espacial, sin principio ni final en el tiempo y sin lugar para un Creador

 Su ausencia nos queda cerca, como un vacío que de por vida y al instante nos viste por dentro. Se enfría la música del universo y se hiela hasta el silencio. ¡Qué solos nos deja el genio!


jueves, 8 de marzo de 2018

Mujer



Mujer, Dona, Mulher, Emakume, Femme, Frau, Woman, Grua,, Žena,  Kvinde, Ženska, Naine, Nainen, Fenyw, Muller, Yυναίκα, Vrouw, Nő, Woman, Bean, Kona, Donna, Sieviete, Moteris, Mara, Kvinne, Kobieta, Femeie, Qadın, Ayol, Dànbà, Kadın, Mkazi, Mace, Nwaanyị, Mosali, Naag, Mwanamke, Obirin, Owesifazane, Babaye, Babae, Wanita, Wanita, Vehivavy, Wahine, Nigulha, Ndixu, À’go, Uárhi, Mulier, Fanm, Virino, Boireannach, Merch, Pojniam, Jinê, Vehivavy, Fafine, Mukadzi, Awewe, Umfazi, Owesifazane.

Estas extrañas palabras son las distintas formas que eligen algunos de los pueblos de  este planeta para decir tu nombre, Mujer. Un nombre nada común, o tan común, que lo libran  las mismas entrañas de la tierra.

Con el deseo de que estemos ya en el inicio de esa ansiada época de igualdad de género, guardaré en mis ojos tu sonrisa de hoy  y escucharé con esperanza tu  protesta.

Un beso para ti, mujer, eterna compañera.


martes, 6 de marzo de 2018

La vida misma



En un mundo tan singular como éste en el que estamos. Un mundo al que otorgamos más valor a la forma que al fondo de las palabras y los hechos; quizá, porque recalar mucho tiempo en el espíritu tiene el riesgo de poder quedarnos dentro. Un mundo construido, a veces, con hilos como muros y, en otras ocasiones, con hilos de seda que van abriéndose al exterior en variadas facetas hasta conseguir llegar a escasos fondos y demasiadas formas concretas. Un mundo que es un espejo repleto de ecos de un mismo afán, a veces con luz, a veces con sombras y en el que casi siempre andamos a tientas, para finalizar hallando nuestro universo a través del espacio infinito de nuestra propia naturaleza.

Publicado en el diario Segre el 06.03.2018
La vida, nuestra vida, es como una página de ese mundo construido como un ensayo o una novela tan conocida y tan nuestra como la propia casa. Y, de vez en cuando, tan desconocida y hermética como el momento en el que empieza una tormenta. La vida es esa narración que cuando éramos jóvenes escribíamos deprisa y ahora la vamos trazando despacio. Esa existencia que se adorna entre blancos y negros, se rellena de grises y que cada uno autoconstruye como quiere entre la verdad y el invento. Tenemos en ella, como en las casas, ventanas por las que dejamos penetrar concretas y pensadas claridades, rincones oscuros, espacios con polvo y hasta algún rincón en el que habitan fantasmas de los que nunca nos desprendemos. Y, al final, pese a todas las establecidas barreras, terminamos por habitar una realidad que se nos impone, arropada por otra que intentamos porque nos gusta más y que está, perennemente, ubicada en nuestros sueños.

Una realidad que establece y distribuye los hechos que nos ocurren en nuestra casa. Esa casa que, sin piedad, tantas veces nos encierra. Y que, a días, disimulamos y nos tomamos un analgésico. Y en otros, musitamos gritos. Y a veces, la luz que penetra nos asombra. Y…, mientras tanto, la vida sigue y nos seguimos llamando con el mismo nombre.

Io naqui ogni mattina. (Yo nazco todas las mañanas), nos dijo el poeta José Bergamín. Todas las mañanas de todos los días; ese es el verdadero y permanente acontecimiento de la vida. De nuestra vida. La vida misma.