miércoles, 28 de mayo de 2014

Coherencia

Define la RAE la palabra “coherencia”, como: Actitud lógica y consecuente con una posición anterior. Y para mayor claridad nos pone un ejemplo: Lo hago por coherencia con mis principios.

Pues bien,


Considerando:
1.- Que la Tasa de Paro en 2014, según la EPA, está en el 25,9% de la población; lo que traducido en número son: 5.933.000 habitantes en paro.

2.- Que el 20,4% de la población; es decir, uno de cada cinco españoles, vive por debajo del umbral de la pobreza.

3.- Que, según denuncia Intermón Oxfam, hoy mismo, las familias pagan un volumen de impuestos que casi multiplica por 50 el que aportan las grandes empresas.

Sabiendo
Que, las 100 Fortunas de las Familias más ricas de España acumularon en 2013 un total de 170.500 millones de euros; lo que supone un 16,9% más que hace 12 meses.

Y, siendo incontestable,
Que las relacionadas familias del Ranking de Riqueza de España, Votan, como es obvio, al Partidos Popular.

Se concluye
Que, los 4.074.363 conciudadanos españoles que han otorgado su confianza al PP con su voto en las recientes elecciones al Parlamento Europeo 2014, han sido coherentes con sus principios. Esto es, hacer más ricos a los ricos.
Es penoso que muchísimos asalariados, obreros y pobres de este país voten al mismo partido que ellos...


P.S. Por cierto, he descubierto con asombro que en la lista de los ricos se han olvidado de mí.

Con mis coherentes saludos.



martes, 13 de mayo de 2014

Más madera a Rusia



Con el tema de Ucrania ha quedado al descubierto la peligrosa naturaleza humana y geopolítica de Putin. Ese personaje de pequeños ojos azules, pero duros como alfileres, que se siente lo suficientemente fuerte como para intentar reinscribir la historia restaurando las leyes e ideología de la antigua Unión Soviética. Afortunadamente, EE.UU. y los países Occidentales, se han dado cuenta a tiempo de sus ambiciones y comienzan a pararle los pies; pues Putin representa un verdadero peligro para la paz mundial.

Para comprender en su exacta dimensión la amenaza del nuevo “Zar Ruso”, basta con secuenciar el relato histórico. A saber: Tras la caída del muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989, Occidente, no estando lo suficientemente conforme con haber vencido a la ideología comunista, decidió invertir en sectores claves de la economía rusa como las materias primas y los hidrocarburos, a través de las grandes corporaciones multinacionales, con el objetivo de atenazar a Rusia en el campo de su desarrollo industrial. Simultáneamente, teniendo como aliado instrumento al FMI, elaboró un programa de privatizaciones que permitió minar el estado social soviético y propició la aparición de una nueva y corrupta clase dirigente rusa que encontró amplio respaldo y seguro refugio económico en la City londinense y Wall Street.

Derrotada pues la ideología y atada y bien atada la coyuntura económica, a los EE.UU y Occidente, solamente les quedaba bloquear debidamente el marco territorial de la antigua Unión Soviética en el plano militar. Y para ello, nuestros aliados, hicieron lo que cabía esperar de ellos, obligar a Rusia a que liquidara el Pacto de Varsovia. Dicho y hecho, el 31 de marzo de 1991, se estableció formalmente que las fuerzas armadas de los países miembros del Pacto de Varsovia y su Comando unificado cesarían toda actividad militar. Y Occidente, en justa reciprocidad y en paralelo, aumentó el número de miembros de la OTAN, ingresando en la Organización 12 países del antiguo Pacto de Varsovia: Albania, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, República Checa y Rumania.

El motivo para el ingreso de los citados nuevos países en el marco de la OTAN, se explicitó, entre otros foros, durante la cumbre de Washington en 1999. En dicha cumbre, fueron mencionadas una serie de nuevas amenazas que fueron incluidas en el artículo 24 del nuevo concepto estratégico:
  • Migración de masas sin control.
  • Tráfico internacional de drogas.
  • Crimen internacional
  • Divulgación de armas de destrucción masiva sin control.

Y claro, dado que la misión de la OTAN tiene por finalidad dar seguridades a los aliados al sentirse éstos nuevamente vulnerables ante semejantes amenazas rusas, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, como es obvio, no tuvo más opción que incluir en sus planes de defensa a los citados países del bloque de la antigua URSS y colocar en ellos las correspondientes bases americanas. Y, además, para rematar la jugada, Occidente no sólo machacó al único aliado ruso que le había quedado en la región, la Serbia de Milosevic, promoviendo su derrocamiento en el año 2000; sino que, seguidamente, se dedicó a promover las llamadas “revoluciones de colores” en todo el espacio exsoviético, desde Ucrania hasta Kirguizistán, con el objetivo de lograr aún más aliados para su causa de mantener a Rusia rodeada y sometida.

Paralelamente, la UE decidió no quedarse al margen del sabroso negocio que representaba para su mercado interior el ingreso de nuevos miembros comunitarios y absorbió 11 países, provenientes o desgajados de la antigua URSS. Y de esta manera, con un mercado de más de 500 millones de habitantes, impuso unas duras reglas a Rusia si quería participar en la nueva economía mundial. Reglas que, en estos días de zozobra a causa de Ucrania, la UE se platea activar contra Rusia vetando democráticamente sus exportaciones al territorio comunitario.

Finalmente, cercada Rusia y sometida su economía, tal y como aparece en el tratamiento informativo que leemos continuamente en los medios de comunicación occidentales, hemos de colegir que gracias a los EE.UU. y los países aliados de Occidente, podemos vivir tranquilos el resto de los mortales. ¿Qué se habrá creído ese Putin…? ¡¡¡Más madera OTAN y UE, más madera y leña al mono…!!!

Aunque…, tras todo lo dicho y echando una ojeada a los mapas, como intuyo que la presencia de la OTAN en el mundo no parece, ni mucho menos, que su constante expansión en los últimos 20 años tenga, para nada, intenciones humanitarias, me asalta una duda: ¿es realmente Rusia quien desestabiliza Europa y propicia una guerra o viceversa…?

Ahí dejo la cuestión…

miércoles, 7 de mayo de 2014

Masoquismo y Algolagnia




Define la RAE “Masoquismo”, en una de sus dos acepciones, como cualquier complacencia en sentirse maltratado y humillado; siendo su característica fundamental la satisfacción obtenida sufriendo dolor físico en distintos grados. A esta característica, cuando es ajena al placer sexual, se le denomina  Algolagnia”, término creado por el médico y aristócrata alemán Barón Schrenk-Notzing a comienzos del pasado siglo.
La “algolagnia” puede ser activa y pasiva, según la complacencia ante el agravio la despierte la recepción del dolor o el ejercerlo sobre otros. En este contexto, conviene tener las ideas claras y no equivocarse, pues la “algolagnia”, en razón de que corresponda a un tipo u otro, puede ser o no puede ser un sinónimo de sadismo, ya que está relacionada con este concepto y quienes la padecen manifiestan connotaciones psicológicas con la mencionada parafilia.

Si bien el masoquismo es la obtención de placer al ser víctima de actos de crueldad o dominio, su observación histórica y antropológica resulta un tanto oscura. En el periodo premoderno, el masoquismo quedó encubierto por el hecho de que la conducta óptima de todo vasallo, a diferencia del ciudadano, era equivalente a la de un esclavo. O sea, el masoquista, reconocía la autoridad y la sujeción a dicha jerarquía con una obediencia sin paliativos y, por lo tanto, con una aceptación activa del orden impuesto y de los métodos de castigo utilizados por el poder para mantenerlo, incluyendo los mecanismos represivos.

Por otro lado, la “algolagnia” es una reacción psicológica del individuo al dolor que no necesariamente involucra directamente deseos. No obstante, adicionalmente, en tiempos de gran crueldad y brutalidad provocados, como actualmente ocurre, por la crisis financiera de los mercados e institucional de los gobernantes, no resulta difícil de impulsar a la ciudadanía hacia situaciones que se resuelven mediante la aplicación de un control exhaustivo de ella por medio de los mecanismos legislativos del poder político-económico que lo aplica con mayor o menor intensidad según el alcance de las necesidades del contexto socio-cultural.

En resumen, una ciudadanía con algolagnia disfruta el dolor pero podría desear no hacerlo, y una sociedad masoquista desea el dolor pero podría no ser capaz de disfrutarlo realmente.

Dicho esto, a tenor de los resultados del Barómetro del CIS de abril 2014, sobre intención de voto y valoración de líderes de cara a las próximas elecciones europeas, se ha de colegir que un considerable número de ciudadanos españoles son “algolágnicos”; unos activos y otros pasivos o quizás con ambas cualidades a la vez, pues no se entiende, o al menos yo no comprendo, que sigan manifestando su intención de voto mayoritariamente al PPy al PSOE, partidos ambos que, aunque con notables diferencias, han llevado hasta la insostenible situación que actualmente padece una gran mayoría de la población.



Para más información se ruega ver los gráficos:

Barómetro del CIS de abril de 2014
Fuente Gráficos: Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).