viernes, 16 de enero de 2015

La paradoja de Russell.



Sabido es que el término responsabilidad, proviene etimológicamente de responder. Y responder, sigo con el diccionarios de la RAE, significa contestar, satisfacer a lo que se pregunta o propone y se hace siempre ante alguien o ante algo.
Basado este principio cabría preguntar: ¿Ante quién o quiénes responde el Gobierno de Rajoy?
Habida cuenta de que no lo hace ante la ciudadanía que masivamente les votó, es fácil colegir que lo  declaran y recitan ante sus principios. Y…, sus principios, ya estamos viendo y comprobando día a día claramente cuáles son.

Nuestro sistema político permite y hace patente la utilización de la conocida “Paradoja de Russell”. Me explico: ¿Ante qué instituciones responden políticamente los Poderes del Estado? Vayamos por partes:
Primero.- Los miembros del Ejecutivo, es decir, los cargos que gestionan el dinero público, declaran ante el Legislativo, que no maneja los presupuestos, pero que fiscaliza a los que sí lo hacen.
Segundo.- Sabido es que el Presidente y sus Ministros, que sí manejan los presupuestos, responden ante el Parlamento, que es el que aprueba o recrimina las acciones del Gobierno.


Y aquí está la “Paradoja de Russell”, ya que, con esta espuria y débil democracia que padecemos actualmente en nuestro país, en razón de sus mayorías, no existe diferencia entre Ejecutivo y Legislativo, porque el sujeto que ocupa ambos poderes es el mismo Partido Político; es decir el PP. Y…, en consecuencia, la abrumadora mayoría parlamentaria del Partido Popular, obviamente, no va a controlar al Gobierno de Mariano Rajoy; sino que, debido a ella,  se produce el efecto contrario, pues es esa mayoría absoluta la que impide “Todo control al Gobierno”,  puesto que, como anteriormente indico, ambos —Gobierno y Mayoría Parlamentaria— son el mismo sujeto.

¡Ay!, si levantaran la cabeza los creadores del sistema de la separación de poderes del Estado; o sea,  el barón de Montesquieu y James Madison que fueron los artífices del ideario de la separación de poderes del Estado…les daría un infarto del susto y se volverían corriendo a la tumba al comprobar en lo que su ciencia política, con el paso del tiempo, se ha transformado.

Y…, estos chicos del PP, defensores de los ricos, que ganaron por goleada a los otros ciudadanos, ahora fragmentados entre ocupados y parados, se sienten tan satisfechos de todo lo logrado que, en el mientras tanto, hace unos viernes, alegremente han proclamado que Rajoy será, nuevamente, el candidato a las próximas elecciones generales.
Razones, como ocurre con las brujas, “haberlas, haylas”. Rajoy, dicen, representa el positivismo de la estabilidad para los mercados. Sin él, no hay salvación; sólo caos… Y esta nueva droga que nos venden los dirigentes del PP y los Mercados, es el soma, que, como grandes expertos, mutan en eufórica estulticia toda percepción crítica que socialmente se les hace, aunque ésta provenga de la flagrante tragedia de las familias, de la necesidad de terminar con el paro, de la escasez del trabajo o del dolor del hambre de los hijos más indefensos y excluidos de los ciudadanos…
 
Ya nos lo anunciaba Bergson, que cautivado, en un inicio, por la solidez del positivismo, encontró, en medio del desconcierto, que el concepto del tiempo que maneja la ciencia, -léase aquí El Gobierno y los mercados-, no se correspondía con el experimentado por el individuo. Y…,  así les ocurre, ahora, a tantos votantes del PP, con las acciones y disposiciones de nuestro Gobierno.

Y…, a pesar de todo esto, si hacemos caso a las encuestas, gran parte de la sociedad civil, les continúa alentando y respaldando. ¡Qué País…! Qué ciudadanos…! No lo entiendo. No comprendo que ese millonario número de electores, casi tantos como los granos de arena de un desierto, a los que el PP les ha tomado el pelo, les siga votando…

¡A ver cuando ponen un teléfono de emergencia para las víctimas del caciquismo, los desahucios, la injusticia, la corrupción y la violencia económica del Gobierno...!