lunes, 24 de noviembre de 2014

¿Qué PODEMOS hacer…?



Nos decía hace unos días Jorge Reverte, en su columna del País, que los Parlamentarios europeos cobran de salario, en el caso de los españoles, la nada despreciable cifra de 8.020€ brutos al mes. Además, a dicha cantidad, hay que sumarle otros 9.099€ en concepto de dietas. Y, al mismo tiempo, otros 4.200 € mensuales para gastos generales relacionados con su actividad parlamentaria; cantidad, por cierto, que no es necesario justificar seriamente. No está mal cobrar un total de 21.319€ brutos mensuales ¿verdad? Y, por si todo ello fuera poco, sus señorías se benefician de un generoso fondo de pensiones que ellos mismos se votan…
Pues bien, con la brutal crisis económica que padecemos en Europa, especialmente los países del sur, y más concretamente España, me pregunto: ¿Ha habido algún grupo político que haya denunciado semejante chanchullo y despilfarro? E, incluyo en la cuestión, al novedoso PODEMOS

Y si eso nos asombra del Parlamento Europeo, el nuestro, el Parlamento Nacional, tampoco anda nada mal de salarios; pues el sueldo medio de un diputado español es de 60.290,42 brutos anuales. Y, obsérvese, que he dicho salario medio. Lo cual, me hace pensar que, con la que nos está cayendo, lo firmaría el 99% de los asalariados públicos y privados de este país Y…, así se entiende que, sus Señorías, legislen lo que legislan...

Y, con estos antecedentes, sin un ápice de pudor, se les llena la boca a los políticos, en nuestro Parlamento, en las tertulias de la radio y la televisión, en los titulares de prensa, hablando de “regeneración y trasparencia”. ¿De qué?, si a la hora de la verdad, cuando tienen ocasión de plasmarlo en la realidad, no hacen absolutamente nada de nada.
 Y si no que me expliquen...:
¿De qué trasparencia nos hablan cuando, a día de hoy, existen 257 cargos que no publican su declaración de bienes en la web del Congreso…?
¿De qué trasparencia nos habla el PP que se acoge a un reglamento previo para no aplicar una parte de la Ley de Transparencia…?
¿De qué trasparencia nos hablan cuando existen siete dirigentes de Presidencia del Gobierno que aún no han hecho público su patrimonio…?
¿De qué trasparencia nos hablan si ayer nos enterábamos de que, al menos, más de 30 diputados trabajan o tienen relajón laboral con empresas privadas…?
¿De qué trasparencia nos hablan si acaba de decir el Congreso: “Que no dará los datos de los viajes de los parlamentarios más que de forma global y cada tres meses. Se trata, dicen, de proteger la libertad del parlamentario…? ¿Creen sus señorías que los ciudadanos somos imbéciles? Nadie les pide que anuncien con quién hablan, sino adónde han viajado. En este país se habla mucho del derecho a decidir pero nada del derecho a saber…

Quizá, debe ser que, “trasparencia”, para ellos, posee un significado antónimo al de la palabra “Parlar” que, según la RAE, en su 4ª acepción es: “Revelar y decir lo que se debe callar o lo que no hay necesidad de que se sepa”. Y claro, si no hay necesidad para qué la vamos a revelar al pueblo…
Por lo que parece y nos ofrecen a los ciudadanos, en ese Parlamento que “debería” representarnos, no se “parla”; sino que, se medra para alcanzar oscuros acuerdos necesarios, precisamente, para "no parlar”.

Por otra parte, “La corrupción” la justifican casi todos, a diario, diciendo que también existe en otros países de nuestro entorno; que si el reproche social es mayor en esta época, es debido a la crisis, que toman medidas inmediatas contra los corruptos en cuanto se les abre juicio oral, no cuando se les imputa… etc. Les da igual, todo les vale, no conocen la vergüenza y menos aún el significado de la dignidad, ni el sentido intrínseco que poseen las palabras…
Y…, en el mientras tanto, ¿Qué hace y qué cuentas controla el Tribunal de cuentas…? Este asunto debe de formar parte, con el mayor respeto, del misterio de la Santísima Trinidad…

Y si compleja es encontrar una razonable solución a lo anterior. Difícil papeleta tenemos, también, los ciudadanos en una sociedad globalizada y bobalizada, en la que las 85 personas más ricas del mundo han incrementado su fortuna en medio millón de dólares por minuto durante 2013 Joaquín Estefanía dixit   

Y más difícil aún se me antoja, por cercano, luchar contra un poder tan grande como el de un Estado, capaz de negar, en nuestras narices de ciudadanos normales, la brutal desigualdad social, la pobreza infantil y de familias, el sangrante y vejatorio paro, la sádica injusticia recaudatoria fiscal, el implacable desmantelamiento de la sanidad y la enseñanza pública e incluso la lacerante y citada corrupción que por todas partes, como hongos de un espléndido otoño, nos rodea y que nos hace cada día más pobres...

Quizá es llegado el tiempo de dar y dotar de sentido a las palabras, antes de que la prensa, internet con sus redes sociales, la TV y cuantos medios de comunicación social existen, nos devoren con sus mensajes, imágenes y espectáculos, plenos de mentiras con las que eufemísticamente se adornan bajo el nombre de: “libertad de expresión”, la poca o abundante sensatez que a otros muchos ciudadanos aún nos queda.

Cabreado con la prepotencia y desvergüenza de este Gobierno, con el insaciable abuso del poder financiero y de la banca, con el abundante peso que tiene lo mercantil sobre mi vida, con esos políticos que ya a nadie representan, me siento, como ciudadano, ninguneado, toreado, impotente, muy mal. Y, sin encontrar una plausible respuesta, me pregunto ¿Qué PODEMOS hacer…?


sábado, 8 de noviembre de 2014

Sobre la consulta catalana del 9N



Considero que, a las personas, como yo, que no somos catalanes; pero que vivimos en Cataluña y admiramos esta tierra, no nos resulta sencillo posicionarnos sobre la cuestión de la pretendida “Consulta ciudadana”. Digo esto, porque, obviamente, aunque tengamos fuertes lazos que nos ligan a ella y respetemos desde el convencimiento de la razón su particular idiosincrasia, carecemos del hecho más relevante: el sentimiento que genera el cordón umbilical del nacimiento que une a una madre con sus hijos.

Sin embargo, la serie de despropósitos que se han generado desde el Gobierno de Rajoy, ha sido tan inmenso que ha desembocado en que el sucedáneo de “Consulta popular” se haya desbordado y huido del carácter de protesta ciudadana con el que comenzó. Y, si a ello le unimos, además, la montaraz campaña de los dirigentes del PP, con su proverbial e innata habilidad para ridiculizar hasta la náusea la idea de un Estado que admita diferentes sensibilidades, han conseguido que uno empiece a tener serias dudas sobre la cuestión y empiece a creer que, quizá, los independentistas catalanes tienen razón en sus aspiraciones.

El reiterado uso de la Norma Constitucional, como argumentario esgrimido por el Gobierno del PP y dirigentes de otros partidos políticos, para demostrar la ilegalidad de la “Consulta catalana”, sin despreciarlo, creo que es insuficiente, ya que es una Norma jurídica que incluye decisiones políticas y dentro de estas decisiones, está implícita la capacidad del Gobierno para saber regular adecuadamente la convivencia.

Así mismo, creo que sería bueno recordar que ningún pueblo ha conseguido un cambio de estatus jurídico-político, basándose únicamente en la aceptación de las constituciones soberanas de los Estados que le acogían. De ser así, jamás habrían alcanzado su independencia los antiguos reinos de España en ultramar, los EE.UU, Canadá y tantos otros pueblos, hoy día soberanos y legitimados por la comunidad internacional e, igualmente, la Revolución Francesa no se habría producido. Y, ellos, lo saben…

Saludos cordiales