Desde que el
20 de diciembre del pasado año y, posteriormente, el 26 de junio del actual,
una considerable parte del electorado decidiese apoyar con su voto al Partido
Popular, me he venido preguntado por qué tanta gente ha votado al citado
partido estando inmerso, como es bien conocido, en múltiples casos de
corrupción económico-política y teniendo en cuenta que su presidente, Mariano
Rajoy, es un líder cuyo carisma llega casi a la vulgaridad.
Un presidente
del Gobierno que se ha erigido en el foco de los sarcasmos y sátiras de las
redes sociales por sus errores y lapsus lingüísticos al hablar de la corrupción
y otros asuntos, con perlas tales como:
*“España no
está corrompida. Tiene algunos corruptos, que están saliendo a la luz, y el
resto está sana.”
* “La
corrupción nos estaba esperando cuando llegamos al Gobierno.”
* “Todo lo que
se alude en cuanto a mi persona y que figura allí en esos papeles del Sr.
Bárcenas, no es cierto, salvo alguna cosa que es la que han publicado los
medios de comunicación”.
* “A veces la
mejor decisión es no tomar ninguna decisión, que también es tomar una
decisión.”.
* “Lo que
nosotros hemos hecho, cosa que no hizo usted, es engañar a la gente, Sr.
Sánchez”.
*“ Somos
sentimientos y tenemos seres humanos”.
*Tenemos que
fabricar máquinas que nos permitan seguir fabricando máquinas, porque lo que va
a hacer nunca una máquina es fabricar máquinas”.
Finalmente,
cabe citar, para completar adecuadamente la escenografía, estas otras
declaraciones expresadas en diversos momentos, a lo largo de la legislatura
pasada, por el Sr. Presidente del Gobierno en funciones:
“Francisco
Camps es un político honrado”. “Jaume Matas es un amigo”. “Ana Mato ignoraba la
comisión de delitos”. “Carlos Fabra es un ciudadano y un político ejemplar”.
“Luis, sé fuerte”. “Lo de Rato es duro pero no está condenado por nada”. “Yo
creo al señor Gómez de la Serna”. “He hablado con Rita Barberá y dice que es
inocente”. “José Manuel Soria es un funcionario y ha participado en un concurso
como todos los funcionarios”.
Pues bien,
habiendo dicho todo esto, parece un misterio casi tan indescifrable como el
origen del universo que, ante semejante apología de disparates, no le ocasione
las más mínima y previsibles consecuencias y una considerable parte del electorado
le siga votando.
Con todo y con
ello, ante el por qué de mi pregunta y la asombrosa fidelidad del electorado en
apoyar una y otra vez al Partido Popular, las respuestas que me han ido
ofreciendo los medios de comunicación social y algunos amigos, han sido de las
más variopintas. Desde que el PP obtienen sus votos de los grandes empresarios
favorecidos por las políticas fiscales de Mariano Rajoy, pasando por los
votantes que ejercen profesiones liberales como médicos, ingenieros,
arquitectos etc. beneficiados en sus rentas por el actual sistema impositivo, encadenando
con el voto conservador y poco culto del medio rural y prosiguiendo por el
sector de población de clase social adinerada, hasta aquellos que les votan por
ignorancia y/o por miedo a que hipotéticamente se haga realidad la
independencia de algún determinado territorio…
Sin embargo,
el pasado día 8 de septiembre, viendo el programa de Iñaki Gabilondo en la
cadena #0, “Cuando ya no esté”, en el que entrevistó al neurocientífico
español Rafael Yuste, que investiga el cerebro humano, se me hizo la luz y he
comprendido de golpe todas las razones que, ante los hechos anteriormente
citados, animan a esos siete millones largos de electores a otorgar su voto al
Partido Popular.
Las causas,
atendiendo y entendiendo las respuestas del citado científico, son,
someramente, éstas:
· *
Sabemos que las neuronas del
cerebro, a través de sus sinapsis, está continuamente en actividad disparando
cargas eléctricas. Un proceso cuya técnica es conocida como “Calcium imaging.”.
· *
Sin embrago, todavía no
sabemos lo que es un pensamiento.
·
*También desconocemos lo que
es la memoria.
· *
Tampoco entendemos lo que es
la inteligencia
·
Y del mismo modo, ignoramos
lo que es la conciencia…
Y…, es que de
las funciones del cerebro no sabemos nada. Son, como la hemeroteca y los
votantes del PP, un pozo sin fondo y un misterio.