Sabido es que el término responsabilidad, proviene etimológicamente de
responder. Y responder, sigo con el diccionarios de la RAE, significa
contestar, satisfacer a lo que se pregunta o propone y se hace siempre ante
alguien o ante algo.
Basado este principio cabría preguntar: ¿Ante quién o quiénes responde el
Gobierno de Rajoy?
Habida cuenta de que no lo hace ante la ciudadanía que masivamente les
votó, es fácil colegir que lo declaran y
recitan ante sus principios. Y…, sus principios, ya estamos viendo y
comprobando día a día claramente cuáles son.
Nuestro sistema político permite y hace patente la utilización de la
conocida “Paradoja de Russell”. Me explico: ¿Ante qué
instituciones responden políticamente los Poderes del Estado? Vayamos por
partes:
Primero.- Los
miembros del Ejecutivo, es decir, los cargos que gestionan el dinero público, declaran
ante el Legislativo, que no maneja los presupuestos, pero que fiscaliza a los
que sí lo hacen.
Segundo.-
Sabido es que el Presidente y sus Ministros, que sí manejan los presupuestos, responden
ante el Parlamento, que es el que aprueba o recrimina las acciones del
Gobierno.
Y aquí está la
“Paradoja de Russell”, ya que, con esta espuria y débil democracia que padecemos
actualmente en nuestro país, en razón de sus mayorías, no existe diferencia
entre Ejecutivo y Legislativo, porque el sujeto que ocupa ambos poderes es el
mismo Partido Político; es decir el PP. Y…, en consecuencia, la abrumadora
mayoría parlamentaria del Partido Popular, obviamente, no va a controlar al
Gobierno de Mariano Rajoy; sino que, debido a ella, se produce el efecto contrario, pues es esa
mayoría absoluta la que impide “Todo control al Gobierno”, puesto que, como anteriormente indico, ambos
—Gobierno y Mayoría Parlamentaria— son el mismo sujeto.
¡Ay!, si
levantaran la cabeza los creadores del sistema de la separación de poderes del
Estado; o sea, el barón de Montesquieu y
James Madison que fueron los artífices del ideario de la separación de poderes
del Estado…les daría un infarto del susto y se volverían corriendo a la tumba
al comprobar en lo que su ciencia política, con el paso del tiempo, se ha transformado.
Y…, estos chicos del PP, defensores de los ricos, que ganaron por goleada
a los otros ciudadanos, ahora fragmentados entre ocupados y parados, se sienten
tan satisfechos de todo lo logrado que, en el mientras tanto, hace unos viernes, alegremente han proclamado que Rajoy
será, nuevamente, el candidato a las próximas elecciones
generales.
Razones, como ocurre
con las brujas, “haberlas, haylas”. Rajoy,
dicen, representa el positivismo de la estabilidad para los mercados. Sin él, no
hay salvación; sólo caos… Y esta nueva droga que nos venden los dirigentes del
PP y los Mercados, es el soma, que,
como grandes expertos, mutan en eufórica estulticia toda percepción
crítica que socialmente se les hace, aunque ésta
provenga de la flagrante tragedia de las
familias, de la necesidad de terminar con el paro, de la escasez del trabajo o del dolor del hambre de los hijos
más indefensos y excluidos de los ciudadanos…
Ya nos lo anunciaba Bergson, que cautivado, en un inicio,
por la solidez del positivismo, encontró, en medio del desconcierto, que el concepto del
tiempo que maneja la ciencia, -léase aquí El Gobierno y los mercados-, no se
correspondía con el experimentado por el individuo. Y…, así
les ocurre, ahora, a tantos votantes del PP, con las acciones y disposiciones
de nuestro Gobierno.
Y…, a pesar de todo esto, si hacemos caso a las encuestas, gran parte de la
sociedad civil, les continúa alentando y respaldando. ¡Qué País…! Qué
ciudadanos…! No lo entiendo. No comprendo que ese millonario
número de electores, casi tantos como los granos de arena de un desierto, a los
que el PP les ha tomado el pelo, les siga votando…
¡A ver cuando ponen un teléfono de emergencia para las víctimas del
caciquismo, los desahucios, la injusticia, la corrupción y la violencia
económica del Gobierno...!