Lo primero, un ruego: no lean
este texto quienes no sepan geometría. Quienes no distingan, a simple vista, la
izquierda de la derecha. Quienes crean que centro solo hay uno y los demás son
ciencia-ficción.
Cuando yo estudiaba, hace ya de
esto muchos años, en la antigua geometría el centro no existía como cosa en sí;
era un punto ideal en el que los moralistas pobres ponían la integridad, la
dignidad, honradez y honestidad, la clase media intelectual alojaba el sentido
común y las clases pudientes estaban, y siguen estando, por encima de estos
dislates y salidas de tono. En aquellos tiempos en los que se cerraba la puerta
de la dictadura y amanecía una esperanzadora democracia, en cuanto a la
política española, el centro era la UCD de Suárez y pasado Suárez, recogió el
testigo una parte del Partido Popular que, fundado en 1989 para sustituir a la
antigua Alianza Popular, se convirtió en el ala culta del PP.
Sin embargo, en 1997, con la
llegada al poder del Partido Laborista de Tony Blair, en el Reino Unido, el
citado primer ministro, nos dejó a todos boquiabiertos cuando dijo que él
estaba en la izquierda del centro y por esos mismos años, nuestro Ministro de
Obras Públicas, Transporte y Medio Ambiente, Josep Borrell, nos indicaba que él
se ubica en el centro de la izquierda. En este contexto y desde mi punto de
vista, creo que entre el centro de la izquierda y la izquierda del centro queda
la derecha de la izquierda, sitio en el que Joaquín Almunia, competidor de
Borrel en las elecciones primarias de aquellos años, celebradas el 24 de abril
de 1998, se negaría a vivir, por alergia a la palabra derecha; aunque ésta
fuera la derecha de la izquierda y, además, por respeto al remanente ideológico
del sector del PSOE y UGT del que provenía.
La Mañana 20.02.2020 |
Dicho esto, y recordada la
historia, el demócrata de base, que anda en estos tiempos con su voto a cuestas
como elector por rastrojo, sin saber a qué partido político se lo debe de
otorgar, necesitaría que alguien tuviese la consideración y humanidad de
iluminarle el mapa político actual , de cara a las próximas convocatorias
electorales, sean éstas cuando sean; sobre todo, a la vista de que el queso en
porciones del espectro ideológico actual se está subdividiendo tanto que al
votante le tienen hecho un lío.
En este sentido, como no hay
mejor teoría que predicar con el ejemplo, a reserva de análisis más
concienzudos y mejor fundados, vayamos a ello y veamos, globalmente, quiénes se
encuentran en el centro y quiénes a un lado y otro del mismo: En el centro del
centro está Dios, que no se mete en política y está con todos y con nadie, como
centrista sumo y puro que es. Por consiguiente, ningún mortal puede estar en el
centro del centro, salvo los 57 egocéntricos diputados que obtuvo Ciudadanos en
las pasadas elecciones del 28 de abril de 2019 y que posteriormente, en las
siguientes del 10N de 2019, se inmolaron gracias a su preclaro líder, claro
está. A la derecha del centro se sitúan, obviamente, los derechistas del
Partido Popular, los del Partido Nacionalista Vasco y los de la antigua CiU,
hoy reconvertidos en Junts per Catalunya, casados muchos de ellos por lo civil,
a pesar de ser de derechas, y a la izquierda del centro se encuentran los del
PSOE que leyeron a Marx, pero que se casaron por la iglesia, en los Jerónimos,
como Dios manda y los de ERC que como buenos creyentes, también se casaron por
la iglesia.
Continuando con el análisis, toca
ahora ver con más detenimiento, la ubicación existente de los partidos dentro
de la “derecha” y dentro de la “izquierda”, siempre en relación al centro. En
la derecha de la derecha del Partido Popular están situados la mayoría de los
cuadros descendientes del antiguo Partido Unión Nacional Española que lideraba
Gonzalo Fernández de la Mora y los herederos de la familia del Partido
Democracia Social de Licinio de la Fuente y a la izquierda no hay nadie, ya que
no existe ala izquierda en el PP por prescripción ideológica. El centro de la
derecha que lo ocupaba la derecha liberal de toda la vida, de tradición
humanista cristiana e ilustrada, hoy, parece que ha desaparecido y no se sabe
dónde ha ido. Y en la derecha de la derecha de la derecha; es decir, en la
extrema derecha, está VOX, el nuevo partido liderado por Santiago Abascal en el
que dicen que hay sapos y culebras heredados del franquismo.
Por la otra parte, en el centro
de la izquierda está la última esperanza socialdemócrata y semiroja del actual
PSOE, liderada por el Presidente Sánchez. En la izquierda de la izquierda está
situada Esquerra Republicana de Cataluña, cuyo jefe Oriol Junqueras, como es
bien sabido, se encuentra en la cárcel. Y como a los rojos, rojos de verdad,
les gusta resistir en la izquierda de la izquierda de la izquierda; o sea en la
extrema izquierda, ahí se ha situado el Partido Unidas Podemos de Pablo
Iglesias y su afín el Partido Comunista de España que dirige Alberto Garzón. Y
ya, para finalizar este análisis y manejar todas las opciones, es conveniente
no olvidar que la derecha de la izquierda es, generalmente, incestuosa respecto
a la izquierda del centro; así que cuidado con ella, amigo elector.
Por lo demás, en este marco, es
también importante recordar que los portavoces de los Bancos y las grandes
Corporaciones Multinacionales insisten en que ya no hay izquierdas ni derechas;
debe ser porque, en la cotidiana realidad, no existe nada bueno ni malo y es el
pensamiento humano el que lo hace aparecer así. No obstante, no se desanimen y
busquen el centro en este escenario, aunque no sepan en dónde está.