Corren malos tiempos para la prensa. Tras dos días de vista y años de batalla legal, el Alto Tribunal de Justicia de Londres decidirá a partir del 5 de marzo, si autoriza a Julian Assange, el fundador de Wikileaks, a seguir recurriendo sobre su extradición en el Reino Unido o, por el contrario, puede activarse su entrega a los Estados Unidos que le acusa de espionaje y hackeo informático al haber hecho público documentos sensibles sobre la seguridad nacional. En este contexto, en caso de que tras su deliberación los jueces británico dicten un fallo afirmativo, su extradición abrirá una vía más segura a todos aquellos “poderes” que hurtan información a la que tenemos derecho los ciudadanos y propiciará, además, un periodismo amordazado y paralizado por el temor ante unos Estados convertidos en falsas democracias y llenos de muchos rasgos de autoritarismo, que no autoridad, sino de dictadura. En cualquier caso, extraditado o no, me temo que el daño ya está hecho y los poderes fácticos ya han conseguido su objetivo: amedrentar a los periodistas, en la medida de lo posible, para que interioricen las posibles consecuencias de publicar determinado material y se lo piensen antes de hacerlo. Es una manera de evitar que siga habiendo funcionarios valientes como el agente del FBI William Mark Felt, el denunciante sin rostro que facilitó al reportero del Washington Post, Bob Woodward, la información del escándalo "Watergate", lo que provocaría la dimisión del presidente Richard Nixon en 1974 o el analista estadounidense de las fuerzas armadas americanas Daniel Ellsberg que, cuando trabajaba en la Corporación RAND, filtró al The New York Times y otros periódicos un estudio de alto secreto denominados Pentagon Papers, en los que se demostraban, entre otras cosas, que la Administración Johnson había mentido sistemáticamente, no sólo al público sino también al Congreso, sobre temas de interés nacional trascendentes e importantes en relación con la guerra de Vietnam. En ambos casos los periodistas y sus directores que recibieron la información respondieron con profesionalidad y valentía, aireando la revelación frente a la terca resistencia del poder político. Una información que posteriormente, el poder judicial terminó avalando en aras del derecho a la información y de la libertad de expresión. A este respecto, lo que ocurra ahora con Julian Assange será una piedra de toque para saber si las democracias han avanzado o van retrocediendo en este terreno. Y es que el derecho de información es básico para el funcionamiento de cualquier sociedad democrática y sin él, todos salimos muy perjudicados, salvo, obviamente, los que infringen la ley. Considerar que la democracia existe porque cada cuatro años, los ciudadanos votamos a alguien que han decidido los partidos políticos, es, cuando menos, irrisorio. En una democracia plena, los ciudadanos, tenemos el derecho a conocer y saber con veracidad qué está ocurriendo en nuestro país y en cualquier parte del mundo. Y, sobre todo, cuando las decisiones que se toman en Organismos internacionales y/o Estados, por parte de un pequeño número de personas, determinan el destino de miles y millones de ciudadanos de cualquier país a cualquier precio, llegando incluso al resultado de ruina, muerte y desolación. Por eso, considero que estamos obligados a defender a aquellos periodistas que, como Julian Assange, nos descubren los secretos oscuros de muchas decisiones políticas promovidas por egoístas e innombrables intereses empresariales, multinacionales y económicos y/o a empleados como el exanalista de la CIA Edward Snowden que entregó a la prensa documentos clasificados que demostraban cómo organismos de inteligencia de Estados Unidos y sus aliados vulneraban la privacidad de los ciudadanos.
La Mañana |
El acoso y la tortura que está sufriendo Julian Assange, es una prueba más de la corrupción, la falta de humanidad y el espíritu destructivo que anidan en este "Occidente" nuestro que tanto cacarea de libertades y democracia. Lo que se le está haciendo a Assange no tiene nombre, como tampoco lo tiene lo que le ocurre al periodista español Pablo González, otro caso día a día casi olvidado, que fue arbitrariamente detenido y está encarcelado en Polonia, en una severa prisión de un país de la UE, nuestro organismo paladín de la democracia mundial y vigilante ante las injusticias y la opresión. Pablo González, colaborador de varios medios de comunicación, no tiene acusación, ni fecha de juicio. Trabajaba en el momento de su detención como reportero de guerra en la frontera con Ucrania, fue capturado por los servicios secretos polacos el 27 de febrero de 2022 y, desde entonces, permanece encarcelado e incomunicado, sin saber porqué, en régimen de aislamiento, sin días ni noches, hasta ahora. Parece que han tirado la llave al mar Báltico, dado que ignoran completamente los derechos de este ciudadano de la UE que posee la doble nacionalidad española y rusa, pues nació en Moscú al ser nieto de un exiliado español de los llamados “niños de la guerra”. Y, a causa de esta circunstancia, le acusan de aprovechar su condición de periodista para filtrar información a Rusia. Crimen y castigo contra el periodista y vergüenza, una vez más, para la UE, que ni dentro de sus fronteras garantiza la seguridad de según quién en según qué países, a la hora de aplicar leyes democráticas. Y es que corren malos tiempos para la prensa.
Me parece un artículo fantástico. Lástima que no te lo publiquen otros medios de mayor difusión. Enhorabuena.
ResponderEliminarAntonio
De acuerdo totalmente con todo lo que dices y el modo como lo dices. Hipocresía de USA y occidente. En ambos casos.
ResponderEliminarPepe
Hace mucho tiempo que no sabía de ti. Te he encontrado por casualidad y al leer tu artículo, me ha venido a la memoria unos felices años pasados en Amberes. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarMíriam
Buenos días! Tu artículo me ha parecido muy interesante. Siempre aportas información relevante y datos sobre los temas que tratas que, muchas veces, desconozco.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Un abrazo
Anna
Muy bien,tío, como de costumbre, acertando en la diana y argumentando tu artículo.
ResponderEliminarAbrazos
Eduardo
Cada vez en el mundo, poco a poco, se recorta la democracia. Y en algunos países más que en otros. Hace llorar.
ResponderEliminarEncarna
Hola Juan Antonio, interesante artículo, tema sumamente sensible, el poder y sus tentáculos, has mencionado otras cuestiones : UE, el estado de las democracias hoy. ¿El periodismo hoy y aquí, informa siempre? O, por el contrario, ¿cumplen la función de laderos del poder defendiendo lo indefendible, confundiendo y desinformando?. Hay mucha tela en tu artículo, te va llevando a revisar otros temas de vital importancia.
ResponderEliminarElba
En tu artículo denuncias situaciones injustas de algunos periodistas y, a la vez, haces ver la "categoría" de algunos otros periodistas y políticos.
ResponderEliminarDavid
Efectivamente, corren malos tiempos para la prensa de verdad. Muy triste.
ResponderEliminarMagda Sellarés
Ciertamente corren malos tiempos para la prensa y en general corren malos tiempos para la libertad, para la democracia, para la verdadera justicia, para contar la verdad, para la solidaridad con los pueblos,...El imperio de la mentira y la falsedad campa a su anchas por doquier. Ahora mismo están haciendo en la sexta el programa de Évole sobre los atentados del 11 de marzo del 2004, mentira todavía sostenida por muchos políticos, vale como ejemplo o la manipulación judicial que padecemos cada día en nuestro país, sería otro ejemplo. Los temas que tú planteas en tu sensacional artículo son también prueba de lo mal que está la información de la verdad.
ResponderEliminarBona nit
Manel
Ya va siendo hora que nos interroguemos para que sirven las entidades: Naciones Unidas, Comunidad Europea etc. aparte de enriquecer descaradamente a bolsillos ya repletos.
ResponderEliminarAnna
Buenas noches, Juan Antonio:
ResponderEliminarEs cierto lo que dices, pero hay otro matiz tan grave como el que denuncias: el control de la veracidad; no puede ser que cualquier periodista o periódico se inventa lo que quiera, mientan, extorsiones y aquí no pasa nada.
Ya sabes lo que se dice del periodismo español, que España es el único país del mundo donde se venden más periodistas que periódicos. Pues eso.
Un abrazo.
Antonio
Muy buen artículo. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarLuis
Tu artículo muy bueno. Tienes toda la razón, la democracia va para atrás, como los cangrejos. Y la prensa muda o enmudecida.
ResponderEliminarAnselmo
Muy bien Juan Antonio, un artículo magnífico, pero alguna cosa hubieses tenido que decir del poder judicial. Es evidente que los poderos políticos no tienen defensa alguna sobre su actuación en estos -y en otros parecidos- dos casos de auténtica dictadura, como tu muy bien dices. De todos modos, la sentencia final será del Alto Tribunal de Justicia de Londres y el caso de González del tribunal pertinente de Polonia. Pero lo más jodido es que estos magistrados están seguros que su sentencia será siempre jurídica y cierta. Y es que, el poder judicial es intocable y no criticable y si alguien dice que la sentencia tiene color político los jueces serán los primeros en condenar a quien dude de su imparcialidad. Sin embargo, es muy bueno que la prensa se llene de artículos de opinión como el tuyo, al menos la gente que quiere se puede enterar de lo que sucede.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ramón Morell
Muy bueno. Vemos la "categoría" de algunos periodistas, políticos y otros.
ResponderEliminarAndrés
Un momento muy oportuno de publicar y recordar la importancia para la democracia de la, a veces, heroica labor que realizan algunos periodistas.
ResponderEliminarPilar
Hola Juan Antonio, gracias por tu artículo.
ResponderEliminarCorren muy malos tiempos para la prensa en estos casos que denuncias y también por otras lamentables razones. No suelo ver el programa de Évole porque no me gusta en general esta cadena, pero recomiendo encarecidamente ver el último emitido sobre qué ocurrió con el periodismo en este país tras los atentados del 11-M.
Por otro lado, sí me gustaría denunciar la práctica generalizada de toda la prensa de aquí por entrecomillar frases en casi todos los titulares para tratar de hacer tragar con ruedas de molino, fake news y mentiras interesadas a cualquier incauto ciudadano de esta “sociedad democrática”.
Capítulo aparte merece la llamada "publicidad institucional" repartida entre los medios de prensa. Si a la crisis reputacional, corrupción y credibilidad sumamos el impacto de la digitalización e internet o la respiración asistida "del papel", etc, etc...Uf!! Muy malos tiempos.
Un abrazo,
Miguel Ángel
Valiente y claro . Me olvide y lo acabo de leer.
ResponderEliminarCarmen
No son bons temps per la premsa ni pels lectors. A l’ombra del poder hi afegiria l’ombra del biaix ideològic dels propietaris d’aquesta premsa.
ResponderEliminarBon article.
Gràcies per compartir-lo
Ton
Hola J.A.
ResponderEliminarInteresante y delicado tema que abordas, con tanta claridad, qué si alguien lo quiere más claro, tendrá que añadirle agua.
Gracias por compartir.
Un abrazo,
Magda D.
Eres un crack. Formidable artículo.
ResponderEliminarJosep
Es un análisis que da prioridad a la valoración moral sobre cualquier otra consideración. Muy bueno.
ResponderEliminarMª Ángeles
Sólo decirte que comparto tu opinión y que está , como siempre, estupendamente escrito.
ResponderEliminarRosa
La información cuenta y da significado a nuestro mundo, que presenta en su interpretación el marco de nuestra experiencia socio históricamente construida. Vamos mal en estos tiempos.
ResponderEliminarJavier
El Estado, en muchos países occidentales, en el mejor de los casos, se ha convertido en un despotismo ilustrado.
ResponderEliminarMeritxell
El Estado menoscaba la libertad individual. Una libertad que, como derecho natural anterior a toda forma de organización política social, era precisamente lo que el Estado debía comprometerse a salvaguardar y su razón de ser en base a un contrato social ideal y teórico frente a otros poderes que pudiesen amenazarla. No se hizo en su momento y no se está haciendo. Buen artículo.
ResponderEliminarJoseba
Magnífico artículo. haces un análisis fundamental de la situación de los periodistas Assange y González en el que das prioridad a la valoración moral sobre cualquier otra consideración.
ResponderEliminarAntoni
Yo veo un grave problema en la difusión de todo tipo de información y es la división del sector que se esfuerza y lucha por difundir la verdad y el sector que lucha por difundir mentiras. Buen artículo
ResponderEliminarJaume
Bona tarda. M'ha agradat molt. Tornem enrere!! És temps de revolta!! Gràcies per compartir.
ResponderEliminarJoana
Magistral artículo. Con un tema tan delicado como el de Assange y González y la libertad de prensa.
ResponderEliminarManuel
Decía Epicuro que en el fondo la libertad no existe. Y, como bien indicas en tu artículo, tal vez no le faltase razón.
ResponderEliminarConcepció
Muy buen artículo y muy verdad todo lo que dices.
ResponderEliminarJosé Antonio
Muy bien, siempre lúcido Juan Antonio. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarClarisa
¡Ay, Juan Antonio!, cuánta razón tienes. Me ha gustado tu artículo, pero me pregunto ¿cómo enderezar el camino que está tomando nuestra sociedad?
ResponderEliminarUn abrazo
Anna
Creo que cada día vamos a peor. Una herramienta necesaria para llevar a cabo la imprescindible revolución ética es la filosofía y resulta que la han hecho desaparecer. Así que...
ResponderEliminarAbrazos para ambos.
Sarito
Tienes razón en todo cuanto denuncias y soy escéptico sobre la situación de Assange y González. Me ocurre lo mismo que a Gorgias, que siendo uno de más destacados sofistas, era a la vez uno de los precursores y defensores del escepticismo. Yo también.
ResponderEliminarMarco
Hola Buenos días Juan Antonio,
ResponderEliminarSeguramente tienes razón que son malos tiempos para la prensa libre, si es que la hay..., porque habitualmente sigue la ideología del grupo empresarial a la que está adscrita, como se percibe diariamente en todos los medios de comunicación ya que difícilmente hay información exenta de juicios de valor y por lo tanto subjetiva.
También es cierto que todos los Estados mantienen los temas sensibles para la supuesta seguridad nacional, bajo secreto y la con la máxima opacidad y, sin duda, los temas relativos a las actividades y el armamento de los ejércitos son el caso más paradigmático en todas las sociedades, por el hecho que aún no se ha conseguido erradicar la guerra como fuente de manifestación de poder y fuerza para la resolución de conflictos. Así las revelaciones efectuadas de las interioridades del ejercito USA por Julian Assange y las posibles informaciones de González en Polonia sobre la OTAN, que facilitan información a disposición del enemigo, les han conducido a la situación de indefensión actual, al estar acusados de alta traición, que como sabemos en ocasiones estas acusaciones se asientan sobre indicios muy endebles.
Un cordial saludo.
Jordi.
Leído. Muy buen título y buena documentación. Respecto al título, ¡qué razón llevas! Ahora te has fijado en los periodistas, pero mira cuántas cosas más nutren la verdad del título: el atentado de Irán contra Vidal Quadras, los asesinatos de Putin respecto a los que se le ponen delante, etc. Hay otra cosa que ya te he comentado. Yo entiendo que cuando hablas de las deficiencias o injusticias de Occidente tomas como referente lo que podría y debería ser. Lo digo porque si el referente fueran las otras culturas o regímenes, pienso que todavía les llevamos mucha ventaja.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jaime