Un planeta en el que vivimos, un
continente de donde salimos, una Europa que construimos, un Estado en el que
coexistimos, una nación con la que soñamos, una patria por la que morimos, una
bandera en la que nos envolvemos, una lengua con la que amamos, una cultura que
sentimos, una localidad en la que nacimos, una familia que no elegimos, unas
raíces que atan a la tierra, un yo con el que nos miramos el ombligo, un.... Esto
es lo que somos, polvo de estrellas, y aquí estamos. Y nos pasamos la vida
peleándonos con frases, discursos, soflamas y amenazas. Cimentando el día a día
con una barricada de palabras. Todas ellas, como si fueran seres vivos que con
sus aureolas, angustias, heridas y hematomas, nos conducen a la vida y/o a la
nada.
Publicado en La Lañana el 21-10-2017 |
“Dos no riñen, si uno no quiere
“y “No hay peor sordo que el que no quiere oír”, son dos viejos refranes de
carácter popular recogidos en el Seniloquium, esa colección manuscrita del
último tercio del siglo XV, de carácter anónimo. El problema está en que hemos
llegado a un punto en el cual ya no hay diferencia entre el presente, que es el
pasado que acaba de cumplirse, y el futuro que es lo ocurrido que queda por
cumplir. ¿Es la DUI la solución…? Yo no lo sé, pero sí tengo la impresión de
que las palabras ya no sirven para nada y en el trasfondo se oye un ruido
inmenso. Las postverdades y los sentimientos dominan el debate y con la posible
aplicación del artículo 155 hace que estemos más cerca que ayer de la razón;
pero…, aunque sea una paradoja, nos encontramos, a la vez, más lejos de la solución.
Decía Einstein: “Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y
del universo no estoy seguro”. Pues, eso…
Cuesta trabajo asimilar que esté
produciéndose una ruptura, una sedición. Y por esa razón me estremecen tanto
las medidas para evitarla, todas ellas legítimas y constitucionales, pero
descriptivas de una emergencia nacional que trastorna nuestras comodidades y
certezas. Por ello, espero y deseo que los responsables políticos del Gobierno
y del Govern no sean tarúpidos y lleguen a un acuerdo, pues me turba e intimida asomarme al vacío.