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El País 17.01.2019 |
El año comienza con negros nubarrones. Lo
simultáneo nos invade y cada día nuestra mente se dispersa más; quizá por eso
viene siendo más difícil encontrar, en cualquier campo, a alguien que haga bien
su trabajo. No obstante, a pesar de los mediocres políticos que invaden los
Gobiernos de más de medio mundo, las democracias, al ser prudentes instrumentos
en sus formas, evitan que la frustración e indignación produzcan fracturas
irrecuperables en la sociedad. O tal vez, ante tanta sinrazón, sea que el pensamiento
racional y crítico retrocede. Y, si esto es así, ¿qué tiene de extraño que
terminemos siendo gobernados por populistas, neuróticos, indecentes,
retrógrados y/o despóticos políticos? O, posiblemente, a lo mejor, tiene razón
lo que nos dice Yuval Noah Harari y la culpa es de los algoritmos y nuestros
pirateados cerebros que les votan.
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