jueves, 8 de junio de 2023

Mi prodigiosa máquina del tiempo

Tengo una máquina del tiempo en mi cabeza. No sé muy bien dónde se encuentra, pero sé que en algún lugar la tengo. Ignoro desde cuando, porque una de mis muchas limitaciones es que me resulta casi inalcanzable traer su llegada a mi memoria. Hace unos días, como en otras muchas ocasiones, me encontré con ella y aunque en principio pensé que nunca había estado en la citada parte de mi cuerpo, mi instinto me hizo sospechar que en realidad hace ya bastantes años que habita en algún rincón de mi cerebro; pues me presentaba imágenes, confidencias y sensaciones que ya casi ni recuerdo. Y es que además, al advertirla, tuve un conocimiento inmediato de todas sus funciones; aunque de vez en cuando ella se empeña en contradecirme y refutarme llevándome en todo lo posible la contraria.

 

A primera vista podría parecer que la más dificultosa de alguna de mis trabas para conocer su actividad, es la paradoja de que según la teoría de la relatividad el tiempo objetivo del período de extensión de un viaje debe ser siempre igual a cero. Es decir, cuando la activo, debo intentar retroceder justamente al momento en que partí y, simultáneamente, efectuar la acción sin destruir la continuidad de mi línea temporal. Pero obviamente realizar esta compleja operación es muy laborioso, ya que el citado tiempo objetivo del viaje es el que marcan el reloj y los calendarios y por tanto medible y cuantificable, mientras que el subjetivo que en principio no tiene límites, es la percepción que de ese tiempo tenemos cada persona, y que en cada caso es diferente. Esto es y quiero decir con ello, que podría pasar una eternidad en determinados momentos de la ida, mientras el regreso, como el de un yo-yo perfecto, fuera el instante exacto del inicio.

La Mañana 08.06.2023

En cualquier caso, el mayor inconveniente y problema que le encuentro, es que conocer el otro tiempo, el subjetivo del viaje, resulta también muy complicado y trabajoso; pues tiene uno que prepararse largamente para hacerlo y comprenderlo. El necesario para que la propia máquina de percepción del tiempo que tenemos se autoborre o la borremos de nuestra memoria pensando sólo en el viaje. Sobre todo, porque al obtener la máquina su energía de la tensión psíquica del viajero, cuanto más expectante esté uno y más concentrado en la necesidad de viajar, más largo y exitoso conseguiremos que sea el viaje. En este contexto, con el propósito de calcular mi tiempo, he realizado un conjunto de operaciones que sería muy complicado exponer aquí, pues valoran un crecimiento exponencial de las exigencias de energía en función de la duración del viaje, y he llegado a la deducción de que mi tope al respecto ronda el segundo. Es posible que tan exiguo lapso de tiempo pueda parecer poco; pero, si el camino está bien elegido y la concentración es la suficiente para que la propia máquina consiga la energía necesaria para actuar, entonces, ese segundo, tal vez sea el más importante, profundo y potente de mi existencia, al permitirme ver reflejada toda una vida en un instante.

 

Sin embargo no termina todo aquí, pues hay todavía otro problema añadido. Y es que, del mismo modo en que la máquina sea capaz de autoanularse o la suprimamos de nuestra memoria, es posible también que, como una especie de efecto secundario, se esfume y desaparezca el viaje en sí. O sea, dicho de otra manera, que cabe el riesgo de que ese segundo transcendental y memorable de cada viaje se evapore con gran rapidez. Y con él, la mayor parte del recuerdo en la misma acción de regresar, dejando sólo en nuestra mente lo que queda de un sueño al despertar. De todas formas, aunque disfruto de esta sorprendente y prodigiosa máquina del tiempo y estoy al corriente de todo sobre ella, todavía ignoro si ya he logrado cumplir mi principal proyecto de viaje. Hasta donde sé, tal vez lo haya percibido unos miles de veces y comprendido en algunos cientos de ocasiones o quizás una vez o ninguna, pues me resulta muy complejo reconocer que la máquina del tiempo existe para nosotros, pero puede que no exista para el universo, como afirmó Einstein al exponer y divulgar que el tiempo no es absoluto ni constante, sino una ilusión, una dimensión más del espacio-tiempo donde la distinción entre pasado, presente y futuro es solo una convención humana.

 

Sea como fuere, el tiempo pasa de forma cruel e inexorable y no hay cómo ni forma de pararlo, pues el tiempo continuamente cambia y fluye y a la vez permanece, como nos dijeron Heráclito y Parménides respectivamente en el 500 a.C. Por ello, una prueba de sabiduría quizás consista en agradecer a los dioses la capacidad de ver el mundo solo como un espectáculo y hacerse a un lado para dejar que transcurra sin que nos dañe demasiado, pues el tiempo del viaje es únicamente el desfile de nuestra historia que pasa con su música.

 

 

25 comentarios:

  1. Explicas en tu extraordinario artículo,como siempre, lo que nos pasa a la mayoría de los mortales y que no nos paramos a pensar; pero también tenemos esa máquina del tiempo en un rinconcito de nuestro cerebro- Lo que no tenemos es tu "privilegiado coco" para saber expresarlo. En realidad, es maravilloso poder hacer estos viajes y estancarnos, aunque sea en tiempo limitado, en alguno de sus tramos, en los cuales deseamos no dé la vuelta el yo-yo.

    Gracias por compartir.

    Un abrazo.
    Magda D

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  2. ¡Qué bien lo expresas!. Enhorabuena.

    Mª Paz

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  3. Eres un crack, tío. Me ha gustado mucho.

    Eduardo

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  4. Hola Juan Antonio, debo decirte que no dejas de sorprenderme con tus artículos, es difícil descifrar lo que pretendes decir a través de este viaje de ciencia ficción a través del tiempo. Cierto que el concepto lineal al que estamos acostumbrados, no tiene nada que ver con los conocimientos que nos aporta en la actualidad la física teórica, y que como todos en las ciencias empíricas siempre están sujetos a revisión y actualización. Por otra parte las cuestiones metafísicas parten de unos axiomas filosóficos, por lo tanto tampoco son verificables.
    Sin embargo es cierto que el tiempo inexorablemente marca nuestras vidas y no podemos librarnos de sus efectos, ya que nos movemos dentro de las dimensiones y límites donde nos desarrollamos como seres vivos, por lo que la muerte como colofón de nuestro tiempo particular es ineludible.
    Un cordial saludo.
    Jordi.

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  5. No sé si es complicado o complejo, difícil o dificultoso (como me parece que dices), o, por el contrario, simple o sencillo. Poco entiendo de esta reflexión. Tu creativa cabeza crea una situación vital pero que desaparece en un segundo, tiempo más que suficiente para ir y volver. Admirable.
    Un abrazo.
    Pepe

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  6. Muy bien, hay que leerlo muy despacio para entenderlo, yo como no tengo idea de filosofía no puedo teorizar sobre la máquina del tiempo, el recuerdo o la memoria. Tengo la sensación que la memoria solo trabaja cuando lo que ves o haces te gusta y te mantiene divertido, de cualquier viaje o situación; lo mediocre, lo que no te ha emocionado, no lo recuerdas, como si no lo hubieras vivido. Te lo he comentado ya en otras ocasiones, cuando entras de lleno en lo que dominas, en la reflexión, en la teoría del pensamiento, es cuando lucen más tus artículos aunque sean, en mi opinión, los menos periodísticos.

    Buenas noches. Un abrazo.

    Ramón

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  7. Buenos días Juan Antonio,
    Como todos tus artículos siempre te deja pensando.....
    Muy bueno.

    Susana

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  8. Gracias por el articulo. Es difícil describir como actúa nuestra mente , recordando e imaginando lo que pudo haber sido. Muy interesante el tema.

    Marisa

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  9. ¿Viajando te da tiempo de escribir? Y pensar...

    Anna

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  10. He leído tú artículo sobre tú prodigiosa máquina del tiempo..... No he comprendido muy bien lo que has querido decirnos, desconozco los motivos por lo que no has querido poner nombre a esa prodigiosa máquina, lo voy a hacer yo, ROSA, se llama Rosa, tú máquina prodigiosa del tiempo.

    Santiago

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  11. Gràcies per l’article. Tot i que amb una sola lectura em costa una mica entendre’l.
    A lo millor es que encara tinc el cervell ocupat per les maravelles del viatge a las merindades burgalesas.
    Fare una segona lectura.

    Ton

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  12. Es algo más difícil de leer e hincarle el diente, pero está bien. Como en tantas ocasiones te he dicho, lo mejor es el final.
    Un abrazo.
    Jaime

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  13. Buenos días Juan Antonio.
    Me ha parecido muy bueno tu artículo y te felicito por su publicación.
    Gracias por compartir tus artículos, los temas que tratas siempre están muy bien documentados y son muy interesantes.

    Un abrazo.
    Anna

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  14. ¡Hay que ver con el tiempo!, el único valor irrecuperable de nuestras vidas... pero ahí está siempre con nosotros.

    Paquita

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  15. Hola,Juan Antonio: He he leído tu artículo y no he entendido ni el propósito ni el tema del mismo, si no es un juego mental por tu parte. Es posible que sea mi capacidad para comprender ese juego lo que me lo hace incomprensible. Me tendré que aplicar más para la próxima vez.
    Un abrazo
    Merche

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  16. Bonita reflexión, el tiempo es la variable más interesante de la ecuación.

    Alba

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  17. Muy bien, Juan Antonio. Un buen análisis.

    Mirta

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  18. Ya he leído tu último artículo publicado en "La Mañana. ¡Uffff! ...para mí muy complicado de entender. En el último párrafo, citas a Heraclito y a Parménides "el tiempo pasa de forma cruel y inexorable..." Si, es verdad.

    Encarna

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  19. "Mi prodigiosa máquina del tiempo" lo he encontrado complejo y es que creo que todos los seres humanos, tenemos en la cabeza una máquina del tiempo, cómo dices tú, en nuestro cerebro "que unos utilizan más que otros" Pero los recuerdos incluso, en el olfato forman parte de nuestra vida que hemos tenido.
    Gracias por remitirme los artículos, sinceramente pienso y creo que eres una gran persona.
    Un abrazo.

    Alberto

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  20. Muy bueno, aunque muy complejo y difícil de entender.

    Elena

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  21. Hola Juan Antonio, Tu concepto argumental es profundo y muy lúcido, sin embargo debes reconocer que el nivel intelectual en que te desenvuelves es muy superior a la media de tus lectores, por ello muchas veces tus conceptos no son fáciles de asimilar para la mayoría, al mismo tiempo también tienes la suerte de haber disfrutado de una vida llena de experiencias muy por encima de la vida gris, provinciana y anodina de la mayoría de españolitos de a pie, poco dados a la aventura y al sedentarismo, educados con el precepto de que piensen otros. Estos privilegios pueden provocar en ocasiones la sensación de incomprensión con que te encuentras, que incluso en casos extremos pueden rayar incluso en la envidia. Afortunadamente tienes un gran bagaje y lo deseas compartir y esto es muy encomiable, mientras tengas la actual lucidez, antes de que tu vida quede en cero, no ceses de divulgarlos.
    Un cordial abrazo.

    Jordi.

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  22. Lo he encontrado algo espeso, al menos yo me he liado un poco con el tema del tiempo.

    Manel

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  23. Claro Juan Antonio, lo fundamental es que tu máquina sabe que el tiempo no se detiene, que no has dejado de trabajar y que lo que cuenta son los frutos como resultado de todo aquello que diste por terminado.
    Y también se trata de una máquina equilibrada, que te permite atender a lo importante, la familia, la amistad, la actividad y el enriquecimiento intelectual, para que la vida haya merecido la pena.

    Un abrazo,
    Miguel Ángel

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  24. Bon dia,
    He llegit l'article 3 vegades. He entès que el temps subjectiu és personal i intransferible.
    Un altra cosa que he entès és que s'associa al temps real del viatge, de forma imprevista i pot sorprendre amb uns records molt precisos que, de vegades, un no espera i , per això, pot sorprendre.
    I que cal estar personalment atent i agraït al pas d'aquest temps inexorable.
    No he entès lo del segon??
    Abraçades i petons
    Joana

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Gracias por tus comentarios.