Lo indescriptible, lo incomprensible, el miedo al abismo, ha ganado. Y lo ha logrado democráticamente gracias a la ignorancia, al fervor religioso de sus seguidores y la retórica incendiaria del odio. Ingredientes de la receta milagrosa, además de la lejía para curar el COVID, de Donald Trump, el nuevo salvador de la patria americana, la democracia y el mundo occidental. Y es que ese citado trinomio que lleva siglos utilizándose con enorme éxito en todo el mundo, ha sido también ahora inoculado como un virus ideológico a millones de personas de la sociedad americana, haciendo que muchos cerraran los ojos ante la realidad y abrazaran un discurso de odio y miedo. Solamente así, se puede entender que un personaje racista, sexista, fascista, mentiroso y casi viejo, pueda atraer a las gentes latinas, negras, asiáticas, mujeres, obreros con y sin cualificación, creyentes en la verdad y en la mentira y hasta a cientos de miles de jóvenes. Y creo que, únicamente de esta manera, es posible comprender que su atractivo y éxito como candidato a la Casa Blanca, haya cautivado también a la mayoría de los electores de raza blanca no hispana de ciudades y pueblos, a empleados de gasolineras, de supermercados, a abogados, jueces, escritores, periodistas y…hasta poetas que lo han aceptado y apoyado como referente para presidir los EE.UU, el todavía país más poderoso del planeta.
Esto conlleva a considerar que la sociedad de los EEUU está enferma. Y no es de ahora. Los referentes sociales y políticos no son más que el espejo de la ignorante y distópica sociedad americana. Trump es la anécdota, solo el síntoma de estos turbulentos tiempos que vivimos y si no hubiera estado él, habría sido otro igual. De hecho, es una realidad aterradora que el país más poderoso del mundo esté retrocediendo de manera tan alarmante a unos niveles de deterioro ético y social nunca conocidos. Hasta el punto de que un supuesto desequilibrado, ególatra y supremacista, procesado y condenado, instigador del asalto al Capitolio desde el despacho oval de la Casa Blanca, volverá a detentar ese inmenso poder porque el sistema electoral de EE.UU. es anacrónico y escasamente democrático, al igual que su entramado institucional. Y todo ello, ocurre en un país en el que hay más armas que población y en el que la hiperpolarización contempla al adversario como un enemigo. Un hecho incompatible con la democracia, propio de una sociedad enferma y violenta que ha puesto su futuro en manos de un supuesto psicópata, peligroso y mentiroso que puede llegar a convertirse en un tirano. Nos dice Platón en sus Diálogos que los demagogos son esclavos de la masa; es decir, sugería que eran prisioneros de la muchedumbre porque se dejaban llevar por las opiniones populares en lugar de buscar la verdad y el bien común. Y es a esa “masa enfurecida” a la que Trump busca, necesita, quiere y se dirige. La misma que le exige que le digan esas estupideces descomunales, esas mentiras tan clamorosas que es imposible que nadie con dos dedos de frente se las crea, excepto ella. Esta es la base social de los EE.UU, la que solo cree en las armas y en el dinero. Los republicanos se dieron cuenta y se aplicaron a darle gusto en todo. De ahí su triunfo electoral. Y lo peor de semejante individuo, encarnación de la maldad y del desprecio a los demás, es que logra que, de mi lado más oscuro y el de muchos ciudadanos, aflore una animadversión y antipatía cerval hacia todo lo que representa. Consiguiendo que aborrezcamos su egolatría, su xenofobia y su racismo. Despreciemos sus modos y sus actitudes machistas, su afán de destruir a quienes no adoran sus patrañas, sus mentiras. Odiemos su odio. Y nos aterre la animadversión que es capaz de suscitar su barbarie delirante, susceptible de llevar a su país a una nueva guerra civil.
Ha ganado Trump las elecciones, ha ganado su palabra y el populismo demagógico empleado como si fuera una nueva ideología. Un populismo en el que la propagación de la mentira dirigida hacia los ciudadanos más frágiles de la sociedad americana, ha sido su bandera. Y ha vencido porque ha tenido a su lado a Elon Musk, Jeff Bezos, Peter Thiel y tantos otros líderes tecnológicos de Silicon Valley. Y es que ellos disponen de la materia prima más deseada de nuestro tiempo: los datos. Por eso, cuando ellos han escogido el bando republicano, nos indicaban qué es lo que iba a ocurrir. Los demás éramos ciegos.
Su triunfo es la autodestrucción de los valores humanista que han construido nuestra civilización. Algo estamos haciendo mal en nuestras sociedades occidentales desarrolladas cuando no somos capaces de formar individuos con espíritu crítico frente a los charlatanes y demagogos, sean éstos de la tendencia política que sean. Y es que erradicar, prácticamente, la filosofía de la enseñanza, como se ha hecho, cuyo fundamento y base reside en la búsqueda de la verdad, el conocimiento y la profunda comprensión de la realidad, la esencia y la existencia, tiene sus consecuencias
¡Hola! Juan Antonio, gracias por tu artículo, que acaba con una frase demoledora, pues no olvidemos que "el nuevo salvador de la patria americana, la democracia y el mundo occidental" es el gran defensor de Netanyahu. En cuanto tome el poder como tendrá la mirada centrada en Irán y su programa nuclear, tal vez sea una oportunidad para que vaya en apoyo de los planes de Egipto para poner alto el fuego en la zona. Incógnita.
ResponderEliminar"Algo estamos haciendo mal en nuestras sociedades occidentales desarrolladas"...lograr paz duradera en el mundo.
Un abrazo,
Miguel Ángel
Qué quieres que te diga...., que este tipejo, me supera y lo tendremos que aguantar, si no es que hace petar todo antes de tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo,
Magda Díez.
Está muy bien. Es un artículo emotivo y rabioso. De todos modos, dos consideraciones: 1ª) No lo sé y por eso te lo pregunto, ¿crees que Trump no cambiará la protección total a Israel?. 2ª) Internacionalmente estamos abocados a un mundo de derechas en todas partes. Hablamos mucho de Trump y, para mi, la UE está copiando, en muchas de sus decisiones, la política trumpista. El mundo se vuelve proteccionista y vuelven a aparecer los aranceles como barreras a todo tipo de intercambio, ello supone volver a los tiempos de la Gran Depresión, quizás exagero, pero a Trump no lo tenemos tan lejos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ramón Morell
Me preocupa mucho la chulería y despotismo del impresentable Trump. Que Dios nos coja confesados.
ResponderEliminarUn abrazo
Rafa Santiago
Tu texto es apasionado y contundente, con una crítica fuerte y bien articulada sobre la situación política y social en los Estados Unidos. Enhorabuena.
ResponderEliminarEmmanuel Drilhon
Pues si. Algo se está haciendo mal o muy mal para estar donde estamos. De todas maneras creo que a lo largo d la historia se producen alternanzas de poder. La mayor parte de los votantes no han conocido ninguna dictadura y piensan que hay que cambiar a otras ideologías. Algún día se darán cuenta que no valoraron lo que tenían.
ResponderEliminarMagda Sellarés
Creo que se ha perdido toda ética y el poder dirige el mundo hacia el caos total.
ResponderEliminarAbrazos
Anna García
El artículo es claro y sigue una estructura lógica, lo que facilita la comprensión del lector. Sin embargo, podrías considerar dividir algunos párrafos largos en secciones más cortas para mejorar la legibilidad.
ResponderEliminarJuan Ignacio Torrent
Me ha gustado por su buena claridad y estructura.
ResponderEliminarPere Pereira
Utilizas un tono crítico y vehemente, lo cual es efectivo para transmitir tu punto de vista. Muy bien.
ResponderEliminarJesús Portillo
Está muy bien, pero creo que deberías de equilibrar la pasión con argumentos basados en hechos para fortalecer tu opinión.
ResponderEliminarSaludos,
Jesús Fernández
Presenta argumentos sólidos sobre la influencia de la ignorancia y el fervor religioso en la política. Pienso que sería útil incluir más ejemplos específicos o datos concretos para respaldar sus afirmaciones.
ResponderEliminarDavid López
Su artículo está muy bien; sobre todo por el uso del lenguaje que es rico y variado, lo que enriquece el texto. Sin embargo, algunas expresiones podrían suavizarse para evitar que el texto parezca demasiado agresivo o polarizante.
ResponderEliminarJosep Boix
Está muy bien, pero desde mi punto de vista, debería incluir citas de fuentes confiables o referencias a eventos específicos para dar más peso a sus argumentos y mostrar que están bien fundamentados.
ResponderEliminarJosé Agustín Pascual
¡Hola!, tu texto es potente y como siempre bien escrito. ¡Buen trabajo!
ResponderEliminarAbrazos
Anna Mª Vargas
Está muy bien. Poniendo el dedo en la llaga. Como dejas intuir, el problema es que somos (son) así y no hemos sido capaces de hacer que seamos de otra manera.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jaime Martínez Montero
Leído el artículo sobre Trump. Estoy de acuerdo sobre la opinión que reflejas sobre el personaje, pero lo encuentro muy sobrecargado de adjetivos.
ResponderEliminarEncarna Bosch
Hola Juan Antonio, tu artículo sobre la victoria de Donald Trump, nuevamente debo corroborar todo cuando dices tanto del personaje como de la sociedad norteamericana que lo ha encumbrado, símbolo de la decadencia total del Imperio, que como tal afecta al resto de los habitantes del planeta.
ResponderEliminarTambién es necesario constatar que el deterioro ético e institucional, se esta produciendo a nivel global, valores que creíamos consolidados como la justicia, la libertad, el pensamiento creativo, la cultura, la democracia como derechos individuales, se están cuestionando, al igual que la justicia social, la eliminación de la pobreza o la mejora en la equidad y integración de los más desfavorecidos. Y este retroceso no solo ocurre en las pseudodemocracias y autocracias como Rusia, sino también en los pocos países democráticos que subsisten, Milei en Argentina, Meloni en Italia, Victor Orban en Hungria, Francia con Le Penn, pero también en Austria, Países Bajos, etc., y aquí mismo con Vox, soplando en la nuca.
Sin duda, este asalto al poder por la ultraderecha, viene propiciado por el poder propagandístico y manipulador de las redes sociales, las teorias de Goebbels tienen un alcanze global, en manos de conspiradores como Eton Musk, Steve Bannon. Lo que demuestra que la cultura humanista desarrollada desde la Ilustración, con sus altibajos, esta quedando destuida por una ola de estulticia colectiva imparable, que por desgracia no es exclusiva de los Estados Unidos de América..
En fin amigo "cosas veredes"
Un cordial saludo.
Jordi