El terrorismo, sea del signo que sea, nace de la semilla del odio, se
basa en el desprecio del valor de la vida y es un auténtico crimen sin
justificación alguna. La finalidad del terrorismo no es únicamente matar
indiscriminada y ciegamente, sino que, además, con su salvaje acto lanzan un
mensaje que pretende desestabilizar al enemigo.
Ya que, los terroristas, con
sus crueles e irracionales atentados lo que intentan es modificar nuestro
comportamiento provocando el miedo, la incertidumbre y la división en la
sociedad a la que agreden. Es, en consecuencia, una guerra psicológica.
Conviene, pues, no dejarles ni dejarnos vencer.
Es por ello necesario que, hoy,
más que nunca, todos seamos barceloneses y nos sintamos catalanes…
Estupendo Juan Antonio. La barbarie no es buena compañera. Ojalá un día entiendan que sólo hay un Dios y que no quiere muertes en su nombre. Un abrazo. Carmen
ResponderEliminarTodos somos barceloneses... Pasaré tu artículo.
ResponderEliminarUn abrazo. Carmen
Me ha gustado mucho
ResponderEliminarDominique
Qué razón tienes en tu carta al director. Es muy triste, pero hay que seguir y no dejarse vencer psicológicamente
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Pilar.
¿Te quieres creer que lo leí ayer y no me fijé en quién lo firmaba?
ResponderEliminarMuy bien.
Un abrazo.
Jaime