ETA, ha muerto. Que ETA acabe y desaparezca para siempre
es, sin duda, una excelente noticia y seguramente el final de una horrenda
pesadilla que ha dejado 853 víctimas mortales y más de 6.300 heridos. Demasiados
muertos, demasiados heridos y demasiadas vidas destrozadas. Nadie debería haber
muerto. Quizá por ello, por todos esos crímenes cometidos, no supone, ni es, un
punto y final que cierre la historia y lleve a la sociedad vasca y al conjunto
del pueblo español a transitar por ese deseado camino de la “normalidad”; ya
que han dejado considerables y profundas heridas sin cerrar que tardarán muchos
años en curar. Lo explica muy bien Fernando Aramburu en Patria.
El terrorismo de ETA ha concluido y
muchos de sus miembros condenados han reconocido los errores cometidos; pero es
imperdonable el daño causado y, encima, los dos dirigentes históricos, “Josu
Ternera y Anboto”, sobre los que recayó la responsabilidad de dar por acabada la
historia de ETA, en apenas tres minutos, en castellano y en euskera, dieron voz
a la ceremonia de despedida de la banda, pidiendo perdón a una parte de las
víctimas y a la otra no.
Y es que vivimos en una época en
la que han esfumado las certezas. Un tiempo lleno de paradojas, a caballo entre
el terrorismo y la más absoluta simpleza y necedad. Un período en el que da la
sensación que las muertes de tantos seres inocentes solamente ha sido un
sacrificio necesario para conseguir la paz…
El anuncio del fin
de ETA no ha sorprendido a nadie. Finalmente, se terminó el terror, el
miedo y el cruel desvarío. No obstante, no tengo nada que celebrar, pues la
palabra “aceptar” conlleva resignación, “asumir” supone filosófica y éticamente
un sacrificio y “aprobar” es dar por bueno un hecho. Y…yo, ni acepto, ni asumo,
ni apruebo que ETA desaparezca sin pedir “perdón”; porque no, no es lo mismo.
Muy acertado tu razonamiento y expuesto con claridad y sin rodeos.
ResponderEliminarEstás hecho un articulista de primera.
Un abrazo y buenas noches.
Pilar
Así es... estoy con tu pensamiento.
ResponderEliminarQué fácil es la Paz y que difícil llevarla acabo.
Como siempre son lindos tus escritos y gracias por acordarte.
Un abrazo.
Sara
Realmente no hay palabras para describir lo que hicieron. Muy bueno tu artículo, como siempre. Nosotros recorriendo La Toscana ( surrealista, sobrenatural, alucinante e increíble) toda Italia es un museo������
ResponderEliminarMirta
Gracias por el envío, hoy no había leído SEGRE y me hubiese pasado por alto tu artículo. Muy bien, tienes razón, pero creo que ETA, como asociación o partido o lo que sea, nunca pedirá perdón, si que lo harán muchos etarras, pero no creo que ETA lo haga. Tampoco Madrid, gobierno central, hace nada para que llegue la reconciliación de una vez.
ResponderEliminarBuenas noches
Ramon Morell
Después de tanto tiempo, tanto terror y tanto dolor, no podían hacerlo peor....ni con tanta frialdad.
ResponderEliminarEn esta ocasión, coincido totalmente contigo, en pensamiento y sentimiento(reflejado en tu artículo).
No pueden pedir perdón, porque no lo sienten, ni incluso por aquellos a quienes dicen pedírselo.
Por otra parte, es muy difícil perdonar cuando el dolor no se puede olvidar y éstos, han causado mucho y por supuesto....
NO ES LO MISMO
Un abrazo,
MAGDA
Gracias por enviármelo. Los leo siempre
ResponderEliminarAnna
Gracias. Siempre disfruto con tus escritos.
ResponderEliminarLeyendo tu libro paso muy buenos momentos.
Ana
Estupendo, y muy sensato.
ResponderEliminarUn abrazo,
Jaime