miércoles, 12 de mayo de 2021

Elecciones madrileñas

 

Vistos los resultados electorales de la Comunidad de Madrid del pasado 4 de mayo 2021, está claro que para una gran mayoría de madrileños, ser libres es poder tomarse unas cañas. Y es que, como decía Quevedo, "Es Madrid ciudad bravía que, entre antiguas y modernas, junta 300 tabernas y una sola librería" Ahora entiendo el concepto de libertad que ha proclamado Isabel Díaz Ayuso y han compartido tantos ciudadanos de la capital de España. Y…no me extraña que piensen así; pues, aunque no me guste y me parezca increíble, esta es la realidad que tenemos, la de una sociedad líquida que denunciaba Zygmunt Bauman. Una sociedad en permanente estado fluido y volátil, sin valores sólidos y caracterizada por la continua incertidumbre en la que se vive a causa de la vertiginosa rapidez de los cambios que acontecen y que ha debilitado los vínculos humanos y sociales.

Nunca en la vida hemos tenido tanta información como de la que hoy día disponemos; pero, evidentemente, solo sirve para desinformar a los ciudadanos. Y tampoco nunca, los electores, tanto de derechas como de izquierdas, han otorgado sus votos con tanta liberalidad como hoy en día y es que, como dice el adagio, “Lo que natura non da, Salamanca non presta”. Quizás, porque la felicidad que proporciona ese estúpido concepto de “libertad” con el que alegremente han votado los madrileños, es y ha consistido en ignorar la verdad. A lo mejor, debido a que la libertad es el territorio de la torpeza y el miedo y no nos damos cuenta de que cuando decidimos transitar por ella hemos recorrido ya medio camino hacia nuestra independencia con todas sus consecuencias.

La culpa la tiene el tiempo. Y digo tiempo porque vivimos en el mejor de los tiempos y, a la vez, el peor de los tiempos posibles. Estamos en la edad de la sabiduría y, a la vez, también de la locura. Es la época de las creencias y, a la vez, de la incredulidad. Disfrutamos de la era de la luz y, a la vez, de las tinieblas. Caminamos por la primavera de la esperanza y, a la vez, el invierno social de la desesperación.

Y, tal vez, todo ello ocurre porque la razón está muerta y también la reflexión. La cultura se derrumba y la lectura también. El espíritu crítico ha desaparecido y el arte de la retórica igualmente. La dialéctica ya no existe, ni siquiera para la conversación. La filosofía ha bajado el pulgar, lo mismo que la lógica. El libro ha dado paso a la revista. Y la Enciclopedia escrita por Diderot, ha sido sustituida por Wikipedia escrita por todos, porque hoy todos son enciclopedistas como lo eran Voltaire o los hermanos Grimm. Y es que las luces se apagan y estamos entrando en el nihilismo un poco más cada día. Y este nihilismo de nuestro tiempo se hace visible en el supermercado de ideas contradictorias con las que convivimos: todo es verdad, luego todo es falso; todo es relativo, luego todo vale; cada uno tiene su propia verdad, por tanto, ni existe ni hay verdad. Son unos principios que nos informan de que nuestra época, apesta a estupidez. En este sentido, vivimos tiempos en los que la proporción de cretinos y oportunistas que hablan de lo que no saben es estable en toda sociedad humana de cualquier país. Y es chocante que haya tantos tontos que se creen listos y, sobre todo, tantos listos que se hacen pasar por tontos. Así de triste es nuestra sociedad.

Ya nos lo advirtió Einstein “Todos somos muy ignorantes, lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas”. Y no le hicimos, ni hacemos, puñetero caso. Así nos va...

 

 

 

 

14 comentarios:

  1. Tus reflexiones que nos ayudan a pensar.Parece imposible que tantos votantes se hayan dejado arrastrar por las sinrazones de Ayuso. Veremos a ver que nos deparará el futuro.

    Pilar

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  2. Totalmente de acuerdo. De pena!!!!

    Magda

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  3. El artículo está muy bien. Muy real.

    Nacho

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  4. Muy bien tu artículo. Es complejo explicar lo que ha pasado en Madrid, pero tu no te sales de lo que tan bien conoces; ya sabes, me refiero a tu razonamiento filosófico.

    Ramon Morell

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  5. Solo pudo decir que comparto totalmente tu escrito. Es un certero análisis de la sociedad que estamos viviendo y sufriendo en estos albores del siglo XXI, que tiene aún muchas páginas por escribir. Seguramente la evolución histórica del mismo no la viviremos, pero si en el futuro no se produce un cambio de rumbo decidido, el caos se adueñará del planeta, las previsiones no son nada halagüeñas.

    Saludos
    Jordi

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  6. Me parece genial. Para mi gusto.
    Comparto tu visión pesimista. Tenemos lo que tenemos, y por eso sale lo que sale.

    Jaime

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  7. Una vision un poco catastrofista ¿ no?

    Pilar

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  8. Excelente descripción. Sigue así y enriquécenos de cuando en cuando.
    Un saludo

    Juan Antas

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  9. Totalmente de acuerdo y patéticamente real.La estupidez se convirtió en el único valor universal.

    Mirta

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  10. Cuando leo tus artículos pongo especial atención, pues tus reflexiones y análisis,, sobre los diferentes temas que tratas son siempre profundos.
    Este último, sobre las elecciones en Madrid, es especialmente interesante y creo que tanto los dirigentes políticos como sus partidos tendrían que hacer una buena autocrítica y analizar el porqué del resultado electoral.

    Tu conclusión sobre los votantes es una reflexión muy acertada.

    Anna

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Gracias por tus comentarios.