A mi edad, en estos días de frío y recientes lluvias que anuncian la próxima llegada del invierno, salir a pasear siguiendo las recomendaciones de los médicos, se convierte en una actividad de riesgo. Por ello, camino despacio, con cierto temor en el cuerpo, por si al pisar las hojas de catalpas, chopos, ginkos, plataneros y otros árboles que en estos otoñales días pierden sus hojas y alfombran el suelo, pudiera resbalar y dar con mis huesos contra el suelo.
Cruzo la pasarela. Me adentro en los Campos Elíseos y mientras avanzo por su desnudo paseo, contemplo los árboles que duermen tranquilos luciendo su esbelto esqueleto. Miro con tristeza el verde espacio que en su seno acoge los abandonados jardines y unas fuentes carentes de su preciado elemento. Hace ya años que este lúdico espacio perdió su sonrisa, serenidad y elegancia, pues ya en él no se celebra el tradicional Baile de Fiesta Mayor, ni se ve jugar a los niños, ni a las primerizas madres dar un paseo empujando el carrito para arrullar a su tierno angelito, ni a los ancianos conversando en sus bancos recordando otros tiempos. Hoy, dando una vuelta despacio por él, solamente he oído lamentos y un profundo silencio, como si se hubiera muerto.
Salgo del parque. Atravieso el Puente Mayor. Miro hacia el puente nuevo y mientras escucho el murmullo del cauce del río, una bandada de patos levanta el vuelo. Está cerrado el día, cubierto, amenaza lluvia y las nubes se han asentado sobre el azul del cielo. Por el cauce del Segre llega un viento frío y fresco. Las precipitaciones de estos días han dejado a su paso la tristeza del color del invierno. A mi memoria llegan los recuerdos y de entre ellos surge algún pensamiento demasiado intenso. Por un momento, el pasado invade las sombras y se cuela entre mis despiertos sueños. Reviven los rostros, resuenan los nombres. Son nostalgias, son olores y sentimientos de una realidad que dejé atrás hace ya mucho tiempo. Los años no esperan, no piensan, ni lloran, ni engañan; solamente entierran los caminos hechos y desgarran la vida en silencio. Siempre el agua, siempre el tiempo, siempre camino unido a mis sueños.
Giro hacia la derecha y por la Rambla Ferran regreso. Me cruzo con un ciego y su acompañante me mira como solamente saben hacerlo los perros. Esa mirada firme de sus ojos negros, sin saber porqué, me trae otra de muy lejos: una bella figura de ébano en Guinea, qué lejos te advierto. Camino despacio, en silencio. Y me veo a mí mismo en diferentes fases de mi pasado tiempo, por otros espacios muy bellos, por otras ciudades de las que añoro aquellos años, aquellos días y aquellos momentos. Sus recuerdos me hacen vibrar, me causan mucha alegría y originan que me sienta contento. Y hasta me ocasionan alguna contradicción al respecto. Y es que sus matices y la fugacidad del tiempo, implican también la pequeña melancolía que siento. Un sentimiento que no percibo con tristeza, sino con optimismo, pues me contemplo en una de aquellas épocas tejiendo las noches de sueños. Una divertida, entusiasta y gozosa etapa de mi vida junto al Escalda que siempre me acompaña y guardo en mis recuerdos.
Vuelvo a casa con tranquilidad, con sosiego, caminando a solas con mis pensamientos. A mi regreso me espera, esa habitación despacho que cada día me acoge entre libros, fotos, papeles, un ordenador ya viejo, cuadros, pinceles, el tic-tac del reloj de pared y los recuerdos; base de mi universo. Y, sobre todo, una mirada cálida, una abierta sonrisa y una clara y precisa luz que me acompaña con gesto amable y amor verdadero desde hace tiempo.
Sin sospecharlo, la memoria se me va con pasos de paloma al tiempo en que era un niño y la felicidad renueva mis sueños.
Me ha gustado mucho. Al empezar a leerte, he visto mi figura al caminar como describes la tuya, caminando poco a poco, siempre con el pensamiento de no resbalar. Al principio del articulo, he percibido el síndrome del invierno calado en tu ánimo, pero es superado con agradables recuerdos. Y, sobre todo, me ha agradado mucho lo de al llegar al hogar, al ser recibido con esa mirada cálida y la sonrisa afectuosa que estas seguro de encontrar esperendote.
ResponderEliminarEncarna
Muy otoñal por el tono y vocabulario.
ResponderEliminarMerche
¡Ohhhhhhhh!!, qué bonito; melancólico, pero muy bonito.
ResponderEliminarMe ha encantado la dedicatoria final.
Y si, se ha perdido todo lo bonito de los campos... Como muchas cosas más en lleida.
Ares Aguilá
¡Precioso! Es como leer un poema, hasta me he emocionado. Muchas gracias, es un gozo leer tus artículos.
ResponderEliminarMarisa
Es muy bueno, pero en lo del ginko te has equivocado, es ginkgo, a mi también me hace rememorar tiempos pasados.
ResponderEliminarAlberto
Muy bonito y entrañable.
ResponderEliminarAntonio
Precioso relato.
ResponderEliminarEduardo
Es un breve relato que, por su calidad, puede concursar en premios periodísticos que organizan algunos diarios, principalmente en verano. Por ejemplo, si no me falla la memoria, creo que SEGRE cada estío convoca un premio de relatos breves.
ResponderEliminarLo he encontrado muy interesante, entre romántico y nostálgico a la vez
Buenos días,
Ramon Morell
Muy bonito, casi romántico si no hubiera detrás una tristeza que todos tenemos en esos días de otoño.
ResponderEliminarDominique
Muy bueno tío, precioso el artículo. A mi me ha encantado y, como siempre, describiendo meticulosamente todo lo que te rodea y tus pensamientos.
ResponderEliminarNacho
Muy bonito. El otoño es un tiempo propicio para estas reflexiones.
ResponderEliminarMagda Sellarés
Preciosa descripción de una realidad vista, oída, sentida. Y flashes de pasadas realidades recordadas. El tiempo borra, pero no todo.
ResponderEliminarUna matización, lo de "frío" y "fresco". El frío lo da la temperatura, tal vez el viento. Y el frescor... la hierba, el parque, el agua del cercano Segre... ¿¿¿??? Tal vez has querido plasmar eso.
Un abrazo
Pepe
De vez en cuando, vale la pena hacer estas reflexiones. El pasado està presente y el presente es hoy. Mañana ya veremos.
ResponderEliminarUn muy buen artículo.
Felicidades, Juan Antonio.
Enric
Temps era temps…
ResponderEliminarAgnes Trilla Boquet
Tu articulo me ha parecido genial. Yo creo que si que estás en esa línea intimista de sensaciones y recuerdos melancólicos que a partir de una cierta edad todos sentimos pero tienes esa habilidad genial de saberlo expresar y transmitirlo a los demás. Muy bueno.
ResponderEliminarManel
Me ha gustado, me ha hecho pensar que llegada una altura de la vida uno hace muy presente los recuerdos de otros tiempos, es como si el presente se alimentara del pasado. Tiene un deje de melancolía y lo has expresado muy bien. Felicitaciones.
ResponderEliminarElba
Escribir es hacer un zumo de sentimientos, saber cómo licuarlos en sujeto, verbo y predicado. Y con suerte, paciencia y mucho oficio, que es lo que tú tienes, saber mantener las propiedades intactas y el sabor original.
ResponderEliminarUn amigo mío decía: "Si no sabes cómo te sientes, escríbelo y lo descubrirás". Eso creo que es, lo que tú haces.
Tienes la gran suerte de poseer amigos que te admiran y aprenden de tus escritos.Y, sobre todo...," una mirada cálida, una abierta sonrisa y un amor verdadero" que te acompaña cada día.
Que más puedes pedir, si además posees la riqueza de recordar, como si fuera hoy, tu infancia, con sus alegrías y sus tristezas; pero, puedes recordarlas, cosa de la que no gozan algunas personas de tu tan señalada y repetida edad.
En cuanto a los casi desérticos Campos Elíseos...., es lo que hay; como otros tantos lugares, en su tiempo casi idílicos.
Un abrazo.
Magda
L'article el vaig llegir ahir quan vàrem arribar a casa. M'ha semblat una preciositat, intimista, delicat, dedicat a la preciosa natura del final de la tardor i començament de l'hivern. Reflecteix una ànima delicada, sensible i vital. Moltes felicitats.
ResponderEliminarJoana
Tu artículo maravilloso, una joya llena de sensibilidad.
ResponderEliminarMiguel Ángel
Me ha encantado. Es más, después de leerlo dos veces, siento esa sana envidia de persona que, de momento, no dispone de ese tiempo para pasear, observar o meditar, o, quizá también, plantearse el interpretar sus sueños, esos que todo el mundo tiene; pero que muchas veces no es capaz de entenderlos, de interpretarlos, de fijarse en ellos. El tiempo disponible, ese objeto tan deseable y escaso, pero de momento inalcanzable. Todo llegará, si Dios quiere.
ResponderEliminarPoético y entrañable. Enorme.
Un fuerte abrazo, maestro.
Rafa.
He sentido el frio ambiental y me pareció estar viviendo la melancolía de tu paseo.
ResponderEliminarMª Jesús
¡¡OH!!!. Un relato nostálgico y muy poético. Ciertamente eres un artista de la palabra y ahora también de las acuarelas.
ResponderEliminarYo también recuerdo tiempos pasados con añoranza, a veces con alegría y otras con tristeza. Siempre mirando hacia adelante y no dejarnos abatir por los recuerdos.
Un fuerte abrazo y muy buenas noches. Pilar
Es uno de tus escritos mas intimistas y mas tiernos. La definición final de Rosa, es para enmarcar. En conclusión te ha salido redondo y creo que no estaría de más, si no lo has hecho, que lo envies para que lo publiquen, merece que más gente se deleite con su lectura, como yo lo he hecho.
ResponderEliminarSantiago
Lo acabo de leer y me ha parecido muy bueno.
ResponderEliminarCarmen
Es muy bonito y siempre me gustan tus artículos y tu personal forma de escribir.
ResponderEliminarEn los de opinión me tienta hacer comentarios, en los descriptivos de tus vivencias y sentimientos no tengo nada que comentar salvo lo que ya sabes de hace tiempo.
Muy bonito.
Rosa Acebal
¡¡Ufff!!. Menuda tarea comentar tu artículo, de tan mágico e ideal como solo tú sabes expresar tus paseos por los parques y alrededores del Segre y cómo evocas con el sonido del agua tu niñez y juventud ya perdidas, pero siempre presentes. En tu paseo me parece que voy contigo y participo de tus felices recuerdos...
ResponderEliminarHe disfrutado muchisimo tu relato y, sobre todo, me ha gustado tú vuelta a casa con las sensaciones que tan bien describes.
Una gozada. ¡Enhorabuena!.
Pili
Leído, muy bueno.
ResponderEliminarJosé Mª
Cada vez me gusta más lo que escribes , quizás me reconozco en esa melancolía y esos recuerdos .¿Has empezado a escribir la novela ? No te olvides . Tu memoria está en pleno esplendor .
ResponderEliminarUn abrazo
Carmen
Buenas noches Juan Antonio, veo que este artículo disucurre en dos planos uno real, descriptivo, y reinvindicativo, que comparto plenamente, y otro introspectivo donde se refleja la nostalgia de tiempos pasados, por suerte la mente se recrea en los recuerdos agradables y evita ensañarse en los episodios dolorosos y las duras perdidas, somos conscientes a estas alturas que es importante ser positivos y recoger en el capazo de la memoria los buenos frutos. Afortunadamente eres un privilegiado que al llegar a tu hogar encuentras junto con los objetos que te confortan y te deleitan, la mayor satisfacción que es estar acompañado por la persona que amas, y con la que compartes tus sueños e inquietudes. Disfrútalo lentamente como tu paseo, dia a dia, que es como se va constuyendo el futuro.
ResponderEliminarUn abrazo
Jordi
La verdad es que mis lecturas más personales y escogidas con mimo, las realizo por la noche. Es el único momento del día en que pongo freno a mi actividad diaria. En ocasiones mi cansancio y sueño no me permite siquiera leer. Pero sé que está ahí, esperándome para poder ser disfrutado.
ResponderEliminarComo en siempre te digo, estos relatos me encantan. Están tan sumamente llenos de detalles que soy capaz de transportarme y llegar a hacer este paseo a tu lado. Realizas unas descripciones tan ricas que puedo imaginar colores, olores,luces, sonidos… y, en este caso, sentir tu compañía .
Gracias por escribir y compartirlo.
Buenas noches.
Francesca
Bon dia Juan Antonio, encara q a mi no m'agrada la boira!
ResponderEliminarL' article Paseo per mi genial. El teu "Paseo" , sense que una s'adoni, t'endinsa en el món dels records personals a través del teu retrobament amb els records d'un temps passat ple d'enyorança, nostàlgia, melancolia,...plens de vida !
Saps trametre amb gran mestratge aquelles emocions i sentiments q desperten els bons poemes, aquells que vas llegint i rellegint i esperes q no s'acabin mai. La màgia de l'art d'escriure. Un plaer poder compartir.
Me hubiese gustado acompañarte personalmente en tu "PASEO"; pero, con tu magnífico relato, así ha sido. Me ha gustado y te lo agradezco.
ResponderEliminarMarga
Me temo no acertar en la valoración del artículo que tengo a la vista. Desde mi punto de vista es una magnifica descripción del paisaje y, quizá me equivoque, pienso que podría interpretarse que es un reflejo de tu persona.
ResponderEliminarComo creyente que eres, interpreto que es un artículo incompleto porque le falta la nota fundamental de la esperanza; precisamente, en este tiempo en que la liturgia con las tres figuras: El profeta Elías, S. Juan Bautista y la Virgen María nos invitan a la esperanza por la próxima llegada del Mesías.
Un abrazo Juan Antonio y FELIZ NAVIDAD, expresión no permitida a los europeos.
Laureano Yubero
Me ha gustado.Esos pensamientos intimistas de los paseos,me interesan.Yo salgo muchos días sola y me siento bien entre los árboles y el río.Lo disfruto.
ResponderEliminarCasualidad que estoy leyendo Ordesa,de Manuel Vilas.¿Lo has leído?Después de varios de novela negra,éste que es autobiográfico y ficción, me ha llegado muy oportuno para mi estado de ánimo.Pasado y presente muy bien alternados.Al leer tus artículos, que miran hacia atrás con nostalgia, evoco, recuerdos, colores, imágenes, sonrisas, ternura,seres queridos,y también oscuridades y tristezas,como todo ser humano de cierta edad.
Siempre me leo tus artículos,aunque no te haga comentarios,nos pasa a todos ,que hay siempre disponibilidad y medios,no quiere decir que no me guste, pienso que eres buen escritor , pensador y conversador.Y un amigo comprensivo...¿O no?
Dime tú si has elegido alguno de mis troncos o rocas fotografiadas,para pintarlas con tus acuarelas...
Un abrazo.Hablaremos más y mejor en Menorca.Un abrazo
Mercedes
Tu articulo me ha encantado.Es precioso.,tu paseo está tan bien redactado,con tanto sentimiento ,que ma ha llegdo al alma.
ResponderEliminarGracias por confiar en mí y compartirlo. Lo leeré muchas veces.
Mª Carmen
Considero tu artículo "Paseo" por los Campos Elíseos y el Segre, muy bonito y bueno. Y una verdadera declaración de amor para Rosa. Te estás convirtiendo en un verdadero poeta. Animo y sigue así.
ResponderEliminarRafael
Qué bonito tu artículo de tu diario paseo y que descripción más poética del paisaje otoñal y de los recuerdos de las etapas de tu vida que tan intensamente guardas en tu memoria, su lectura trasmite calma.
ResponderEliminarFinalizar el paseo con la seguridad del hogar y el amor incondicional que te espera en casa seguro que es el motor de tu vida.
Gracias por compartir tus artículos pues siempre es un placer su lectura.
Un abrazo.
Anna
Una verdadera preciosidad. He disfrutado mucho leyéndolo. Muchas gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jaime
Me gusta lo que has escrito. Y es que las añoranzas son tan bonitas,a pesar de ser un tiempo sin retorno, que el traerlas a la mente hasta te rejuvenece, ya se que si lo miras tal como es, a veces, al recordarlo te entristece; pero merece la pena el recordarlo.
ResponderEliminarAlfredo
Qué suerte tienes de saber contar, sin barroquismos, lo que sientes. Me gusta cómo escribes sobre todo cuando hablas de tus recuerdos.
ResponderEliminarUn recorrido vital largo y variado en el que has conocido distintos lugares y gente distinta. Una vida de contrastes y un bagaje de experiencias y recuerdos de las ciudades donde has vivido.
No diría que seas una persona aventurera pero tu espíritu algo sí que tiene de aventurero siempre predispuesto a escuchar y aprender.
A disfrutar de lo que te rodea como ese sencillo paseo diario por Lleida que te permite observar, reflexionar y expresarte escribiendo.
Yo, como muchas de las mujeres que hemos tenido hijos, he dedicado un promedio de veinte años al trabajo, la organización doméstica y la educación de los hijos con lo que no me ha quedado demasiado tiempo para cultivar aspectos como la lectura y la escritura. Leo con afición pero escribir me cuesta...
¿Sabes que me ha gustado mucho de tu escrito? El momento de tu regreso a casa en que, sin nombrarla, hablas de Rosa. Está lleno de ternura...
Cuidaros mucho y espero que en algún momento podamos volver a coincidir.
Hasta pronto y un abrazo,
Elena
Muy poético y melancólico , gran conocimiento de los árboles. Yo reconozco sólo los eucaliptos de Argentina, que acá no hay.
ResponderEliminarMirta