La tecnología actual resulta asombrosa. Desde mi punto de vista, lo más importante cuando nos compramos un móvil o un ordenador no es la marca, ni su memoria RAM, ni la capacidad de almacenaje, ni la calidad de las fotos o vídeos que podamos hacer con él, sino que todo cuanto escribimos, captamos o hablamos lo podemos almacenar en la “nube”; un lugar misterioso de donde te lo puedes “bajar” cuando lo necesites. Y lo más sorprendente y extraordinario tampoco es el hecho que acabo de indicar, sino que si se nos estropea el móvil u ordenador o en un arrebato de cólera, lo tiramos al suelo o lo destrozamos a martillazos, siempre podremos recuperar todos nuestros archivos. Parece magia, pero no lo es. Y es que realmente esa idea comienza a tener muchos seguidores; pues, ya hay físicos muy avanzados que nos hablan de nuestra inmortalidad cuántica. Es decir, que cuando morimos nuestro cuerpo se descompone y los huesos se pueden pudrir, pero la energía que sostiene la parte más íntima de nosotros mismos, nuestra esencia, de alguna manera persiste en algún formato. Los religiosos pueden pensar que esa ánima nuestra se conserva en el cielo o va al infierno o bien que se transmigra a otro ser vivo…. Y todas estas afirmaciones que están diciendo y divulgando los físicos cuánticos se puede aplicar respecto a la intangible consciencia; ya que sus averiguaciones las realizan con las mismas matemáticas que usan para poner en marcha todos los artilugios que hacen que funcionen los teléfonos móviles, los ordenadores y otras avanzadas tecnologías. Lo cual me lleva a pensar que si la consciencia puede sobrevivir, tal vez sería lo que siempre hemos denominado como nuestra “alma”; aunque el alma, en el modelo smartphone u ordenador, comprendería también la batería, la hora, los contactos, las aplicaciones, la linterna que puedo encender si me quedo a oscuras… Por lo tanto, es posible que exista una conexión extracorporal en relación con la consciencia.
La Mañana 3.03.2023 |
En este sentido, se podría afirmar que todos nosotros estamos conectados con todo, Ya que los átomos son inmortales y solamente mueren cuando acontece una explosión nuclear. Por otra parte, todas las partículas que forman nuestro cuerpo proceden de alguna estrella que explotó en su día. Por consiguiente, sea como sea estamos todos conectados a nivel cuántico. Y esta conexión es real, pues los propios físicos nos hablan de la existencia de campos cuánticos. Es decir, es como si estuviéramos conectados por hilos invisibles. Una conexiones “mágicas” que se materializan en la atracción que sentimos por una persona a la que de repente conocemos y que, sin saber, porqué, nos atrae y conecta y con la cual podemos llegar a establecer una relación que nos concede la posibilidad de cambiarnos la vida. Hechos y circunstancias que nos enseñarían cómo la función y eficacia de nuestras consciencias alterarían una especie de campo o espacio particular que tenemos en nuestro entorno o incluso a grandes distancias. La gravedad, por ejemplo, conocemos que es una alteración del espacio/tiempo, como explicó Einstein. Pues bien, sería un tanto similar a eso, algo que nos facultaría enlazarnos y relacionarnos a distancia, sin que nos demos cuenta; lo que coloquialmente denominamos como casualidades. Son, al fin y al cabo, todo ese tipo de cosas que no nos podemos explicar y que en todas las encrucijadas de la vida han hecho que tomáramos una u otra dirección.
Una de las cosas que posee la consciencia es su capacidad para inventar el mundo en el que vivimos. Y lo hace de tal manera que consigue que el mundo en el que nos movemos no tenga nada que ver la realidad con lo que nosotros vemos. Por ejemplo, si un día vamos paseando por el campo y vemos que nos sobrevuela un avión a gran altura, nuestra consciencia nos permite imaginarnos que dentro de ese avión va un montón de gente, unos disfrutando del viaje, varios comiendo, otros viendo una película…etc. Todo eso lo alcanzamos a fantasear e incluso a percibir con nuestra consciencia mediante la imaginación. Pero, ¿es real lo que vemos? Evidentemente no, de hecho, si nos acompañara nuestro perro, él vería lo mismo que nosotros; pero, ¿qué percepción tiene de ese avión y de la vida que hay en su interior nuestra mascota? Es decir, nuestra consciencia puede creer y ver cosas y hechos que no existen. En otras palabras la consciencia inventa un mundo cuántico de átomos, de partículas, de fotones y de energía para nuestro uso particular cómo y cuándo quiere. Y esta visión es personal, ya nos lo advirtió Einstein al decirnos: “Cuando no miro la Luna, la Luna no está allí”. Nos quiso decir con esto que las cosas solamente existen si tenemos algún sentido que nos evidencie la presencia de tal cosa. De acuerdo con este principio del genio físico se podría afirmar que la Luna apareció mágicamente cuando el primer homínido, hace unos pocos millones de años, miró al cielo y fue consciente de su existencia. Así pues, ¿donde había estado antes nuestro satélite? Ciertamente en el mismo sitio que la vio nuestro ancestro, pero ningún animal de los existentes era consciente de su innegable realidad.
Hoy en día, seguimos sin saber aún muy bien que es la consciencia. Se están haciendo esfuerzos y grandes avances en el ámbito de la neurociencia con el inmenso apoyo de la física cuántica que le proporcionan y permiten las más avanzadas tecnologías y seguramente algún día se llegará a conocer su realidad. De hecho, todo el funcionamiento del sistema nervioso se resolvió con la electricidad y con la física, pero la consciencia no se explica solamente con eso. El tema es difícil y complejo puesto que todos nosotros, física-químicamente, somos realmente una fuente de fotones y de partículas; o sea, un batiburrillo de átomos moviéndose que nos llevan más allá de la actual ciencia de la consciencia. Esperemos pues un tiempo, ya que la consciencia solamente podremos conocerla, teniendo consciencia de que existe…
Muy bueno. No envejecerás nunca mientras seas capaz de seguir estudiando y razonar tus opiniones.
ResponderEliminarMagda Sellarés
El tema me gustó. Personalmente he tenido experiencias paranormales y cosas que todavía no entiendo. Y con pruebas.
ResponderEliminarAntonio
Buenas noches,
ResponderEliminarMuy interesante el estudio que haces sobre la consciencia. Difícil de comprender, pero ya sabemos que somos " polvo de estrellas", por ello no es de extrañar que nuestra esencia vague por el espacio sideral.
Muy buenas noches y un abrazo.
Pilar
Hola Juan Antonio:
ResponderEliminarSe dice que "La vida procede de la tranquila estela dejada por Júpiter, al final de su formación", cosa que menciona el gran astrónomo y astrofísico Carl Sagan, en "Polvo de estrellas".
Por ello y por todo cuanto mencionas en tu extenso, estudiado y excelente artículo referente a la consciencia (que a mentes normalitas como la mía, la obligas a rebobinar), algo debe vagar por ahí arriba.....
Muchas gracias.
Un abrazo
Magda D.
Hay que reconocer que eres valiente y que tu acervo de conocimientos es muy, pero que muy importante. Te lo digo, porque en este tercer artículo te atreves a relacionar la consciencia con las nuevas tecnologías y nada menos que con la física cuántica, mi más sincera felicitación. Por cierto, yo no sabía que los átomos desaparecen con una explosión nuclear, yo creía que nunca mueren. Como los otros dos también los he guardado porque yo no tengo puñetera idea de todo lo que dices.
ResponderEliminarBuenas tardes.
Ramón
Bon dia!
ResponderEliminarJo encara no tinc clar que els animals no tinguin consciència.
Mati
Yo tampoco, y no sólo eso, sino que dudo de que la tengan algunos humanos.
ResponderEliminarMercedes Manzanares
Después de leer tu artículo sobre física, cuántica, átomos, fotones .... a mis casi 88 años me cuesta digerirlo. Siento no poder opinar.
ResponderEliminarEncarna
Me ha gustado. Está muy bien, aunque hay cosas que no comprendo.
ResponderEliminarMª PAZ
¡Buenos días! J.A.
ResponderEliminarLa tercera parte de tus artículos sobre la consciencia es tan interesante como los anteriores. Seguramente con las nuevas tecnologías y mucha investigación se pueda conocer la realidad pero será un trabajo difícil y largo.
Gracias por compartir tus artículos.
Un abrazo.
Anna
Como siempre, muy bien escrito. Ya no estoy tan de acuerdo con toda la explicación cuántica y la supuesta nube en la que podríamos perdurar. Pero como al final "clavas" la situación, arreglado el tema.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jaime
No sé ni cómo empezar querido amigo, es muy difícil el tema y me hago un lío. Entiendo que es la consciencia pero si pienso que estamos hechos de un batiburrillo de átomos y no sé qué otros etcéteras más, el lío ya es inmenso. Llegados aquí ya me es imposible seguirte...y mira que lo explicaste claro y hasta bonito, me gusta releerlo otra vez pero mi intelecto no procesa la información recibida.
ResponderEliminarTe pido mil disculpas por mi torpeza, no obstante te agradezco, no lo dudes, la magnífica información que me ofreces. El tema te apasiona, lo observo desde que te conozco y lo conoces bien, pero ya ves que me queda muy grande.
Enhorabuena y un abrazo.
Pili Obre
¡Hola! Juan Antonio, tus artículos sobre la consciencia obligan a efectuar un ejercicio mental complejo para calibrar las ideas e hipótesis que en los mismos desarrollas. Al ser profano en la materia no puedo constatar ni refutar tus opiniones, apoyadas por una síntesis compleja de los últimos avances tanto en la física de partículas y el espacio cuántico, como el en desarrollo tecnológico de la Inteligencia Artificial, con un trasfondo filosófico que mediante la adaptación de dichos avances te permite formular una hipótesis sobre la transcendencia de la consciencia humana, muy atractiva, pero imposible de constatar empíricamente con los conocimientos actuales. Lo que no me impide alabar la complejidad de tus reflexiones y tu ejercicio divulgativo.
ResponderEliminarComo siempre te mando un cordial saludo.
Jordi
Hola Juan Antonio,
ResponderEliminarGracias por el artículo, en él se afirma que "una de las cosas que posee la consciencia es su capacidad para inventar el mundo en el que vivimos".
Pues ciertamente así afirmaba don Antonio Machado entre proverbios y cantares: "Se miente más de la cuenta / por falta de fantasía: / también la verdad se inventa". Y después añadía: "¿Dijiste media verdad? / Dirán que mientes dos veces / si dices la otra mitad".
Un abrazo,
Miguel Ángel
Buenas tardes Juan Antonio:
ResponderEliminarHe leído el artículo y como ya te he comentado al leer otro similares, me siento incapacitado para darte una opinión válida
Un abrazo
Laureano
Estimado Juan Antonio,
ResponderEliminarAgradezco tu artículo divulgativo però la verdad es que soy incapaz de expresar mi opinión sobre un tema que no domino. Tengo previsto asistir próximamente a una conferencia sobre la física cuántica, a ver si me queda algo más claro.
De momento para mí sigue siendo un misterio y espero que un día u otro llegue a comprender alguna cosa.
Saludos
Elena
Muy interesante.
ResponderEliminarJoan
Escribes muy bien. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarSusana
Con las peques tengo poco tiempo para leer. Pero lo he hecho y me ha parecido muy interesante todo lo que dices.
ResponderEliminarAres
Me sobrepasa el tema, pero es muy bueno.
ResponderEliminarElena
Felicidades en la distancia.
ResponderEliminarElba
De muchas de las cosas que comentas no tenía ni idea. Muy bien
ResponderEliminarClarisa
Ignoramos muchas cosas del funcionamiento de nuestro cerebro.
ResponderEliminarSantiago
Escribes muy bien, haces sencillo lo complejo. Me ha gustado.
ResponderEliminarLluisa
¡Cuántas cosas ignoramos!. Enhorabuena
ResponderEliminarMaite
Sigue así, ilustrándonos con tus reflexiones.
ResponderEliminarRafael
Muy bueno, Juan Antonio
ResponderEliminarRosa
Yo de estas cosas se poco o casi nada. Gracias por la información.
ResponderEliminarJuan
Amigo mío, sigue así, compartiendo tus conocimientos. Se agradece.
ResponderEliminarMarga
Muy bueno.
ResponderEliminarPepa
Muy interesante.
ResponderEliminarHelena
Como siempre, instructivo y didáctico.
ResponderEliminarUn abrazo,
Alfredo
He leído los últimos artículos que has enviado. Los tres que se refieren a la consciencia. Como tienen un carácter teórico, me han servido para poner a punto alguna idea; asimismo, para añadir alguna otra a mi deficiente conocimiento de la materia. Creo que queda clara la diferencia que estableces entre los distintos conceptos que manejas y los defines con precisión. No tengo ninguna capacidad para apoyarlos o rebatirlos.
ResponderEliminarMerche