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martes, 22 de octubre de 2024

Burla y desprecio por el Derecho Internacional Humanitario.

 

El desprecio por el Derecho Internacional Humanitario deja cicatrices en nuestra conciencia colectiva. Según la organización Médicos Sin Fronteras, más de 880 trabajadores de la salud en Gaza han sido matados por el ejército de Israel desde que comenzó el conflicto y, al menos, 310 han sido detenidos desde octubre de 2023. De hecho, los últimos meses se han convertido en la contienda más mortífera en la historia de las Naciones Unidas con más de 150 miembros de su personal asesinados y 141 de sus instalaciones destruidas o dañadas. Ha habido desde el pasado 7 de octubre de 2023, casi 350 ataques contra instalaciones sanitarias de Gaza. Esto abarca y conlleva 24 hospitales diferentes que han sido bombardeados y destruidos por Israel. Más de un centenar de ambulancias han quedado fuera de servicio. El ejército de Israel ha arrestado a decenas de médicos de los que se desconoce su paradero. Entre ellos, el director del principal hospital Shifa de la ciudad de Gaza, Mohammed Abu Saleh Mia, que se encuentra bajo arresto israelí desde el pasado 22 de noviembre, sin cargos. Todo ello es fruto del impecable sentido de la democracia que tiene el Gobierno de Israel. Y es que Netanyahu y su Gobierno, con la excusa de la guerra, se burlan de la comunidad internacional y hacen caso omiso del Derecho Internacional Humanitario, un conjunto de normas que, por razones humanitarias, trata de limitar los medios y métodos de hacer la guerra, que determina los efectos de los conflictos armados y que protege a las personas que no participan en los combates. Y digo que se mofa de la comunidad internacional porque a lo largo del conflicto el ejército de Israel ha bombardeado El Hospital Pediátrico Al Nasser, el único Hospital Ocular de Gaza, el único Hospital de Salud Mental, el Centro y Hospital de Rehabilitación Waffa, el Hospital Infantil Al Jarreau ha sido atacado con fósforo blanco, práctica que está prohibida, el Hospital Sifha que era la mayor institución de atención médica en la Franja de Gaza, las dos Facultades de Medicina de Gaza, los convoyes de ambulancias de la Cruz Roja y un largo etc. Y todas estas acciones han tenido consecuencias devastadoras para la población civil, especialmente para los niños. De hecho, según informó el pasado 19 de septiembre el Comité sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas, desde que empezó la ofensiva israelí en Gaza, han fallecido más de 16.756 niños, un millón de ellos han sido trasladados, 21.000 están declarados desaparecidos, 20.000 han perdido a uno o ambos progenitores y 17.000 se hallan separados de sus familias o solos. Y otro tanto ha ocurrido con la prensa, ya que según la Federación Internacional de Periodistas, han muerto más de cien profesionales de medios palestinos, además de otros 16 que han sido heridos, cuatro desaparecidos y 25 arrestados, registrados por el Comité para la Protección de los Periodistas. Y, además, según datos de Aid Worker Security Database, han muerto en Gaza más de 196 trabajadores humanitarios, la mayoría empleados de Naciones Unidas.

 

La Mañana 22.10.2024

Y es que nada escapa a los sistemáticos ataques que planifica y ordena efectuar el ministro de Defensa, Gantz, del Gobierno de Israel. Ni siquiera, los campos de refugiados se salvan de los asaltos y agresiones del ejército israelí en la Franja de Gaza. De facto, recientemente, en el campo de refugiados de Khan Yunis, en Masawi, donde una ONG británica había instalado un campamento de tiendas de campaña, uno de dichos ataques  ha ocasionado por lo menos 40 muertos y 60 heridos. Era uno de los pocos lugares que aún se consideraba una “zona humanitaria” en la Franja. El ataque, la ha convertido en un arenal lleno de socavones que han alcanzado los 10 metros de profundidad y en los que han desaparecido de golpe familias enteras que han quedado atrapadas. La mayoría de las víctimas son mujeres y niños a los que todavía, los rescatistas, siguen buscando, palpando cada centímetro de esas laderas de arena, porque no tienen los equipos adecuados para excavar en esos enormes agujeros. Y todo ello bajo el argumento del Gobierno de Israel de que allí se escondía una importante célula del grupo terrorista Hamás. Una afirmación que la realidad ha desmentido.

 

Respecto a Cisjordania, la última intrusión del ejército de Israel, se ha saldado con 38 asesinados, han destruido con buldóceres viviendas, gran parte del pavimento y carreteras, cañerías de agua y demás infraestructuras civiles básicas Son ya 692 los palestinos muertos en Cisjordania desde el 7 de octubre, incluyendo 159 niños. A esto se le deben añadir aproximadamente 10.000 detenidos, muchos de ellos en régimen de detención administrativa. Además, no paran de anexionarse territorios de Cisjordania, con el beneplácito del Ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, a cargo de comité de planificación de la administración civil, ya se han anexionado 23,7 km cuadrados y el número de asentamientos de colonos ha aumentado de 128 a más de 300. Y la violencia de los colonos hacia la población palestina también ha aumentado desde el 7 de octubre ante la pasividad de las fuerzas armadas y de los políticos que incluso la alientan, como el ministro de Seguridad Nacional Ben Gvir, que se encargó de repartir personalmente entre los colonos decenas de miles de rifles.

 

Desde mi punto de vista, el supuesto genocidio y crímenes de guerra que está realizando el Gobierno de Israel contra los palestinos, con el permiso de la comunidad Internacional, encabezada por ese fantasmagórico EE.UU, es absolutamente ignominioso. La hipocresía de Occidente con Israel no tiene límites y, además, estamos perdiendo cualquier autoridad moral y credibilidad democrática con la defensa sin fisuras del demencial Gobierno sionista que encabeza Netanyahu. Un Gobierno, que se permite insultar a quien está en contra de los actos de genocidio que presuntamente comete, tachándole de antisemita y cuyo ministro de Exteriores, Israel Katz, el pasado 9 de septiembre, en un claro acto de soberbia, se negó a recibir al jefe de la diplomacia europea Josep Borrel. En este contexto de guerra, tensiones diplomáticas y acusaciones graves, surge una pregunta inevitable. La pregunta es: ¿y ahora, qué?; pues, de momento, toca invadir el Líbano. Luego, ya veremos…

 

 

 

viernes, 18 de octubre de 2024

¡Qué mal lo hicimos!

 

 

Israel, en legítima defensa, arrasa ciudades de Gaza y asesina a más 42.000 palestinos a causa del ataque terrorista de Hamás del pasado 7 de octubre de 2023. Y además, basándose en ese mismo principio, bombardea e invade un país soberano como es Líbano, debido a que en el sur de su territorio se asienta el partido político y grupo paramilitar musulmán chií libanés Hizbulá. Y, por si esto fuera poco, en estos últimos días, la misión de Naciones Unidas en Líbano ha sufrido ya varios ataques del Ejército de Israel, llegando incluso a herir  a varios “cascos azules” y realizar la incursión de un tanque en una de sus bases. Y todo ello con el beneplácito de los EE.UU y la ignominiosa pasividad de la UE y el mundo Occidental. Pues bien, si esto es así, por analogía, no cabe la menor duda de que España no supo luchar adecuadamente contra el terrorismo de ETA; puesto que, siguiendo el actual principio de “legítima defensa”, es obvio que debería haber utilizado el ejército con todas sus consecuencias contra el País Vasco y Navarra, de donde eran oriundos los terroristas de ETA. Y no solamente eso, sino también, haber bombardeado e invadido el País Vasco Francés y otras regiones de Francia, así como ciudades de Bélgica, ya que era donde se refugiaban los etarras. ¡Qué mal lo hicimos! Sin embargo, en contraste, ellos lo hacen bien, pues Israel es el pueblo elegido de su Dios, como se dice en Isaías 43:1-25, así como en Jueces 20:2 y 2 Samuel 14:13, libros proféticos de las Escrituras hebreas y cristianas del Antiguo Testamento de la Biblia. Y así se acepta.