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jueves, 7 de noviembre de 2024

El suicidio, un silencio devastador.

 

Un suicidio es siempre demoledor y el silencio solo agrava la situación. Los familiares y más íntimos allegados que rodean a las personas que padecen problemas de salud mental, tampoco saben qué hacer ante estos sucesos. De hecho, cuando salió la noticia de que Verónica Forqué, se había quitado la vida, la información causó una verdadera sorpresa en la sociedad y estupor, de manera especial, en muchos de sus amigos del mundo de la cultura. Y es que la omertà, que casi siempre rodea a estos tristes hechos como si fuera tabú hablar de ellos, produce un profundo agujero en el corazón de las personas más cercanas que, con empeño, intentan encontrar alguna causa o justificación concreta que les permita apartar de sus pensamientos y sentimientos un determinado grado de culpabilidad, por no haber hecho o sabido hacer algo para evitar su muerte. Quizás por ello, generalmente, a los seres queridos del fallecido, el acontecimiento les genera un pozo de tristeza que se instala en sus corazones para quedarse y formar parte permanente de su nueva manera de ser. En este contexto, Robert Redford, en 1980, dirigió su primera película titulada “Gente corriente”. Una película en la que trata cómo el dolor y el sentimiento de culpabilidad de las personas más cercanas, ante la muerte de un ser querido, incontrolablemente puede también arrastrarles al suicidio. Y es que, para ese entorno íntimo del suicida, el dolor por la pérdida no pasa fácilmente; quizás se mitiga un poco o simplemente se aprende a vivir con él. A este respecto, me comentó hace bastantes años una amiga que había pasado por el trance de perder a un hermano, que es un proceso transformador del que se sale convertido en otra persona que ya no es la que se era y que, a veces, no se reconocía. Debe ser una experiencia horrible.

 

La Mañana 7.11.2024

El suicidio se define como la muerte de un ser humano por un acto de violencia dirigido hacia uno mismo con la intención de morir. Por ello, siendo esto así, ¿cómo hacer para que se entienda como una opción natural y normal que una persona decida realizar una acción de esta suerte frente a un problema, una frustración, un dolor insoportable o alguna otra causa que desconocemos? Tal vez de ninguna manera, ya que en nuestra cultura occidental, por valores religiosos, normas sociales, impacto familiar y repercusión en la comunidad, el suicidio se rechaza sistemáticamente y no se contempla como una opción personal del individuo. Cuando en realidad, al final, no se trata de otra cosa que adelantar un suceso inevitable por un tiempo que, en el contexto temporal de la vida en la Tierra, es fantásticamente minúsculo. En contraste, en otras culturas, el suicidio se ve como algo natural, incluso noble u honroso. Y es que, en nuestra civilización judeocristiana y otras similares monoteístas tienen una paradoja; por un lado, mantienen la creencia de poder disfrutar tras la muerte, de una vida eterna y placentera en el más allá; pero, al mismo tiempo, los creyentes, se aferran a cada minuto de esta vida, aunque sea al coste de gran dolor, y quebranto anímico y hasta económico para los que se quedan.

 

Realmente, el suicidio es un tema muy complejo en el que interactúan múltiples factores de riesgo; por lo que es difícil comprenderlo. Sobre el particular, los psicólogos clínicos y los psiquiatras expertos en la salud mental dicen que la conducta suicida es dinámica y cambiante, lo que la hace difícil de predecir. No obstante, existen variados y determinados patrones de comportamiento que preceden a muchos intentos de suicidio. En este aspecto, a veces, las personas que sufren un proceso de depresión o fuerte angustia les parece que la vida no vale la pena y les cuesta luchar contra esa devastadora corriente destructiva. Y además, con frecuencia, lo van rumiando durante un tiempo porque el sufrimiento que padecen es horrible y se cuestionan si merece la pena el seguir vivos. Es como si se estuviesen torturando psíquicamente durante años de lucha para sacar fuerzas de donde no las tienen y, en consecuencia, quieren acabar con su existencia porque les resulta insoportable seguir viviendo. Otras veces, como indica el psicólogo y psicoterapeuta argentino-español Guillermo Miatello, después de sufrir lo indecible, la idea de suicidio les viene en unos instantes y, como si fueran robots, se preparan unos minutos y lo cometen. Asimismo, ocurren casos en que los suicidios son consumados bajo un estado de enajenamiento, en el que las personas, en el momento de cometer ese acto violento contra ellos mismos, no son conscientes de lo que hacen. Y también existen otros casos en que la decisión se toma fríamente, de forma natural y sin que exista trastorno mental alguno o brutal sufrimiento físico, como el célebre marino y escritor gallego, Ramón Sampedro que, aquejado de tetraplejía desde los 25 años, expresó reiteradamente su profundo deseo de morir, debido a su condición de vida, la cual consideraba indigna.

 

En conclusión, el suicidio es un problema de salud que nos concierne a todos y afecta directa y profundamente a quienes quedan atrás. Según la OMS, más de 800.000 personas se suicidan cada año en el mundo, con tal vez 20 veces ese número de intentos de suicidio. En España, las cifras oficiales del año 2023 ascienden a 3.952 personas. Es crucial por ello, promover y fomentar  la desestigmatización de la salud mental, el diálogo abierto y el apoyo emocional para aquellos que sufren, así como para sus seres queridos. Solo a través de la comprensión y la empatía podremos mitigar el impacto devastador de estos dramas. Es hora de romper el silencio, buscar ayuda y construir una sociedad más compasiva y solidaria. En este sentido, el Ministerio de Sanidad tiene el teléfono de ayuda 024, disponible las 24 horas, todos los días de la semana. Juntos podemos prevenir estas tragedias y ofrecer un futuro más esperanzador a quienes lo necesitan.

 

 

27 comentarios:

  1. Hace casi 30 años, en el año 1996 viví de cerca el suicidio de un compañero, persona introvertida y reservada, pienso que debió realizar previamente una meditación libre de prejuicios y de gran profundidad hasta llegar a la conclusión de que no merecía la pena seguir viviendo. Mi reacción ante este suicidio fue de enfado.
    Ahora entiendo que una de las claves reside en empatizar con el gran sufrimiento que padece la persona por alguna razón, sea la que sea.
    Éramos jóvenes y no cabía en mi imaginación el suicidio por un desengaño amoroso.

    Un cordial saludo,
    Miguel Ángel Cerviño

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  2. Hola Juan Antonio, me ha gustado mucho, es una reflexión muy humana y a la vez, bien estructurada. Lo único, que ya te dije, es que el suicidio no creo que sea una opción natural, ya que no se da en el reino animal. Os otro invento más del homo sapiens ...

    Jaume Claur

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  3. Un amigo Soriano que colaboraba semanalmente con el entonces Heraldo de Soria me dijo hace 15 años que el periódico no publicaba noticias sobre suicidios. Efecto de nuestra cultura judeocristiana. Haced un magnífico trabajo sobre el tema. Debiéramos ir entendiendo que la vida nos pertenece.

    Pepe Pascual

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  4. El tema de tu artículo es especialmente interesante debido al número de personas que sufren y que la única solución que ven a su problema, es poner fin a su angustiosa vida. Te felicito por su publicación.

    Anna García

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  5. Me gusta este tema y me parece interesantísimo.
    Yo no tengo nada claro que los que se suicidan sean enfermos mentales.
    Es más, el sarco de Suiza que es legalmente un suicidio asistido , no es una eutanasia , es para quien voluntariamente y conscientemente toma esa decisión aunque esté sano. En definitiva elegir un camino hacia tu destino.
    Supongo que en la mayoría de los casos está vinculado al sufrimiento y la desesperación pero la decisión fría y racional no la descarto aunque sea contraria al instinto natural.

    Rosa Acebal

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  6. Muy bien, Juan Antonio,pero en un país que todavía no hay libertad para la eutanasia activa y la pasiva tiene que ser autorizada por un juez, si no me falla la memoria, es imposible que entienda, como en algunas ocasiones, el suicidio pueda entenderse como una acción de la libertad individual. Llevas tres artículo seguidos "mortuorios", todos muy buenos, pero ahora te toca meterle un poco de optimismo a la vida, evidentemente, puedes hacer lo que te venga en gana, faltaría más.
    Un abrazo.
    Ramón

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  7. Coincido contigo en que el artículo aborda un tema crucial de manera sensible y concisa. Sin embargo, considero que podrías haberle dado un enfoque más interseccional, explorando cómo el suicidio interactúa con otras cuestiones sociales como la discriminación, la pobreza y la violencia.

    Macarena Lázaro

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  8. está muy bien. No obstante, sería interesante analizar el papel de las políticas públicas en la prevención del suicidio. Qué tipo de políticas podrían implementarse para reducir el estigma, mejorar el acceso a servicios de salud mental y promover la resiliencia.

    Javier Peg

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  9. El artículo ofrece una visión general sólida del suicidio, pero existen oportunidades para profundizar en ciertos aspectos y ofrecer un análisis más completo y avanzado.

    Juan Antonio Domínguez

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  10. El suicidio es un problema complejo que requiere una respuesta multifacética. Al fomentar la conversación abierta y honesta sobre este tema, podemos trabajar juntos para prevenir el suicidio y brindar apoyo a quienes lo necesitan.

    Luisa Arbunies

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  11. Si bien mencionas la comparación entre la visión occidental y otras culturas, sería interesante explorar más a fondo las razones detrás de estas diferencias. ¿Cómo influyen los sistemas de creencias, las estructuras sociales y los valores culturales en la percepción del suicidio? Muy bien.

    Silvestre Fernández

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  12. Creo que has cubierto de manera satisfactoria los aspectos emocionales, sociales, culturales y de riesgo asociados al suicidio. Buen trabajo

    Francisco Sánchez

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  13. Muy buen artículo. El uso de ejemplos concretos como el de Verónica Forqué, y la cita de expertos refuerza la credibilidad del análisis. Y la conclusión es clara y concisa, enfatizando la necesidad de desestigmatizar la salud mental y brindar apoyo.

    Raúl Barberán

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  14. Excelente artículo y análisis inicial. Has logrado identificar los puntos clave y has ofrecido una evaluación equilibrada.

    Ana Salvador

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  15. El artículo aborda un tema extremadamente sensible y complejo: el suicidio. A través de un análisis detallado, se exploran las múltiples dimensiones de este fenómeno, desde el impacto devastador en los seres queridos hasta las diferentes percepciones culturales sobre el suicidio. Fenomenal.

    Mª del Carmen Tebar

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  16. Su artículo destaca cómo el suicidio no solo afecta a la persona que lo comete, sino también a su entorno cercano. La mención de Verónica Forqué y la sorpresa que causó su muerte subraya la invisibilidad de los problemas de salud mental y el estigma que los rodea. La referencia a la película "Gente corriente" de Robert Redford ilustra cómo el dolor y la culpa pueden arrastrar a otros al suicidio, mostrando la profundidad del impacto emocional.Me ha gustado mucho.

    Carmen Cendra

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  17. El artículo presenta el impacto emocional y social, así como la perspectiva cultural, comparando la visión occidental del suicidio con la de otras culturas, señalando la paradoja en la civilización judeocristiana. Esta comparación es útil para entender cómo los valores culturales y religiosos influyen en la percepción del suicidio.

    Juan Fernández

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  18. La explicación sobre la dinámica y los patrones de comportamiento suicida es clara y bien fundamentada. Y, además, la inclusión de opiniones de expertos como Guillermo Miatello añade credibilidad al análisis.

    Andrés Carrillo

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  19. Muy buen artículo cuya conclusión es contundente y llama a la acción, enfatizando la importancia de la desestigmatización de la salud mental y el apoyo emocional. La mención del teléfono de ayuda 024 es un recurso práctico y valioso para los lectores.

    Miquel Extremera

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  20. El artículo es un llamado urgente a romper el silencio y abordar el suicidio con la seriedad y empatía que merece. La combinación de datos, testimonios y referencias culturales ofrece una visión completa del problema.

    Isidre Corredera

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  21. Es un artículo que invita a la reflexión y a la acción, recordándonos la importancia de la empatía y el apoyo mutuo en nuestra sociedad. Muy bueno.

    Antonio Domínguez

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  22. Gràcies per compartir. El suïcidi es dels temes mes amagats i, com dius tu, possiblement el mes colpidor que li pot passar a una família.
    En la majoria de casos un suïcidi es enexplicable però quan el sofriment no permet participar de la vida, no es una mort?

    Ton Solé

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  23. He leído tu artículo referente al suicidio. Nada más puedo decir dos cosas:
    Una- Se ha de ser muy valiente para llegar a ejecutarlo.
    Dos- La sanidad pública, debería prestar un servicio de atención, infinitamente más importante, que el actual , dado los tiempos que corren actualmente, en nuestra sociedad.
    Lo he vivido en mi familia y es durísimo.

    Gracias por hacer eco, sobre este tema.

    Magda Díez

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  24. Muy bueno, Juan Antonio. Me ha parecido de gran relieve el segundo párrafo. Como siempre, las contradicciones entre los que se piensa, lo que se debe pensar y lo que se hace.
    Un abrazo.
    Jaime

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  25. Hola Juan Antonio, ahora tengo un momento para comentar cuanto desarrollas en este artículo. Como sabes actualmente conozco muy bien casos cercanos de suicidio, sus antecedentes y las consecuencias para sus seres más próximos, las describes muy certeramente en el escrito.
    Sin duda la depresión es la causa más habitual, que precede dicha acción, y esta luego arraiga permanentemente también como depresión secundaria, en sus seres más próximos, que se culpan por no haberlo sabido prever y evitar generando una profunda y constante desazón. Todo ello influye en el deseo de evitar difundir y ocultar en lo posible dicho evento, de hecho la prensa generalmente no especifica la causa de este tipo de fallecimientos, quizás porque se ha anatemizado dicho acto como reprobable, por el concepto judeocristiano de que "solo Dios puede disponer de la vida humana", sin aceptar que dada la complejidad de la mente humana, en muchos casos a pesar de la ofuscación, es en cierto modo un acto de libre albedrío. Pero además tiende a obviarse que el origen causal de la mayoría de dichas muertes es la evolución de una enfermedad mental si, pero no por ello , menos letal que el cáncer, las enfermedades coronarias, etc.
    Con mis felicitaciones por tu análisis, te saludo cordialmente.
    Jordi Testar.

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  26. Está muy bien, Juan Antonio. Tienes mucha razón en todo cuanto dices.

    Abrazos
    Pilar Salillas

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  27. Buenas noches Juan Antonio, últimamente no estoy muy participativo en los mensajes; no obstante estoy al corriente de todos tus artículos, en general brillantes, como éste último sobre el suicidio que ne ha parecido genial.

    Saludos
    Manel Pulido

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Gracias por tus comentarios.