jueves, 13 de junio de 2013

Repugnante repugnancia

Siento cuando veo pasearse impunemente al Sr. Bárcenas por la acomodada calle de Madrid en la que vive, como si él no hubiera presuntamente cometido unos indecentes hechos delictivos.

Siento cuando conozco que la Sra. Mato, inefable Ministra de Sanidad, presuntamente se ha beneficiado de 15 facturas de gastos diversos que generosamente pagó el Sr. Correa, y afirma con rotundidad que desconocía los hechos.

Siento al conocer que sus señorías se benefician, en el restaurante-cafetería del Parlamento, de unos precios, sensiblemente inferiores a los de la calle, gracias a la subvención que pagamos todos con nuestros impuestos. ¡Glorioso ejemplo de la casta política! Y luego se extrañan que la ciudadanía se aleje de ellos. No lo entiendo; pero si comprendo el cinismo de ellos.

Siento cuando leo en la prensa que el Sr. Linde, Gobernador del Banco de España, cargo que ocupa merced a sus grandes méritos conseguidos “a dedo”, en lugar de dedicarse a cumplir sus funciones y conseguir que fluya el crédito a las pequeñas y medianas empresas, propone indignas medidas salariales para las que no tiene competencias.

Siento cuando oigo sostener y mantener al Sr. Floriano que en el PP “No hay sobresueldos, hay sueldos. Sueldos, eso es lo que hay…”.

Siento cuando escucho a la Secretaria General del Partido Popular, la Sra. María Dolores de Cospedal, acusar, nada menos, que de ser nazis a las personas que protestan por los desahucios, manifestándose frente a los domicilios de las autoridades del partido político responsable del veto de las Cortes Españolas a las medidas propuestas por el movimiento social más popular hoy existente en España, la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca). Y lo que es más preocupante y alarmante es que tal autoridad haya basado dicha grave acusación en que, según ella, los manifestantes “no aceptan el voto”; es decir, que no respetan la mayoría parlamentaria expresado por las urnas.

Siento cuando el Ministro Ruiz-Gallardón, con su habitual democrático cinismo, va diciendo que “La Reforma del Consejo General del Poder Judicial”, despolitizará la Justicia al introducir criterios de representatividad de la carrera judicial y principios de mérito y capacidad en el nombramiento de los cargos judiciales.
Y, sin embargo, hace oídos sordos al conocer que dicha “Reforma” es rechazada por todos los grupos parlamentarios menos, obviamente, por el Partido Popular, por todas las asociaciones judiciales y por el propio CGPJ, y levanta ampollas en el Tribunal Supremo por la regulación que se ha introducido de la nueva figura del vicepresidente del TS y del CGPJ

Siento tras escuchar al Sr. Montoro decir que para garantizar el futuro de las Pensiones, es necesario desvincularlas del IPC. Ya que, en caso contrario,  provocaría “subidas alocadas” que perjudicarían a los propios jubilados.

Siento cuando conozco la noticia de que el Sr. Bárcenas defraudó 1,6 millones en 2002 y 2003 y Hacienda le devolvió dinero

Siento cuando leo que el juez del caso Blesa denuncia que está sufriendo muchísimas presiones e injerencias, por parte de algunos sectores o instituciones; algunas de las cuales no se pueden ni contar.

Siento ante los recortes del Ministro Wert en Educación y I+D; recortes que obligan a nuestros más destacados investigadores a buscarse la vida lejos de nuestras fronteras y tirando por la borda el trabajo de más de treinta años.

Siento al ser consciente de la impúdica y brutal manipulación de los poderosos y políticos de nuestro país y del mundo entero, que engañan y mienten continuamente a sus respectivos pueblos.

Siento cuando….

Conclusión:
Hay quien afirma que mantener que el error forma parte de la condición humana es una valoración añeja. El error, creo yo, es solo ciudadano; pues casi siempre nos equivocamos cuando otorgamos el voto. No obstante, hay gentes y políticos que jamás se equivocan. Ya sabéis todos a los que me refiero; a ellos, a los más nobles, a los políticos en general y a los del PP, en particular.

Y, en mi ingenuidad, me pregunto… ¿de qué celestial facultad estarán conferidos y equipados éstos para que nunca reconozcan que realizan e incurren en el menor error?

Desde que la humanidad comenzó su andadura en la sabana africana, nada hemos aprendido. El poder del dinero y/o el dinero y el poder, siguen siendo las energías de la Tierra; y todo poder tiene como pauta de conducta, regla y norma, ser los verdugos del pueblo. Ya nos lo dijo Michel de Montaigne: “El provecho de unos es el perjuicio de otros…”


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