jueves, 2 de marzo de 2017

Sentencias demoledoras




Es Indignante. ¿Es esta la palabra adecuada para calificar el fallo del tribunal que ha juzgado el Caso Nóos.? No lo sé. Lo que sí sé es que si me dejara llevar por la rabia y el irritante sentimiento de impotencia que me ha producido la sentencia y lo manifestara sin sutilezas ni rodeos, con toda probabilidad sufriría como sanción una condena muy superior a las impuestas a tan insignes enjuiciados. El humorista El Roto definió la situación, con absoluta exactitud, en su diaria viñeta publicada en El País el día de autos: “La Justicia es igual para todos, las Sentencias, no”. Razón tenía el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, cuando en octubre del 2014 dijo que: …“La actual Ley de Enjuiciamiento Criminal está pensada para el robagallinas, no para el gran defraudador”, y que ello suponía una gran traba para la lucha contra la corrupción. ¡Qué mal!, ¡qué desánimo! y qué percepción de impotencia da tener esta Justicia que a unos les mima y a otros sanciona sin el más mínimo sentimiento de humanidad.
Publicado el diario El Segre el 02/03/2017

Estoy cansado de oír al presidente del Gobierno, ministros, políticos y relevantes cargos institucionales, que la Ley es igual para todos y que respetan las resoluciones de los jueces y la independencia de los poderes del Estado. Esas declaraciones son obvias y forman parte del Estado de Derecho; es decir, de una democracia. Pero, la nuestra, la que diariamente vemos y sentimos la inmensa mayoría de pobladores de este Reino de España, habríamos de calificarla de “presunta democracia”. Pues es una democracia llena de descrédito para una gran cantidad de ciudadanos que hemos contemplado, con infinito asombro y una paciencia a prueba de bombas, el robo a manos llenas del dinero público. Y, cuando, ante tamaños desmanes, confiábamos en la justicia, nos topamos de frente con la cruda realidad de las sentencias judiciales que, como una catarata de acontecimientos, nos han ofrecido diversos Tribunales, el pasado día 23.

Según Sócrates cuatro características le corresponden a un juez: “Escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente”. Vistas las demoledoras sentencias emitidas por sus Señorías, en especial la dictada sobre el caso Nóos, que afecta al señor Urdangarín, la Infanta y compañía, está meridianamente claro que el filósofo ateniense se equivocó en la última cualidad. Seguramente, quiso decir "parcialmente". Y quizá por ello, a él, le condenaron a muerte.  Otro genio de la antigüedad, Sófocles, dejó dicho que "Un estado donde queden impunes la insolencia y la libertad de hacerlo todo con dicha impunidad, termina por hundirse en el abismo". 

Está también claro que vamos por buen camino, en ello estamos. Y es que la justicia y la moral terminan donde comienza el poder.Un sobrentendido del que se entiende todo.

¿Será indignante la palabra apropiada…?






2 comentarios:

  1. Buenos días
    me ha encantado el artículo totalmente de acuerdo desgraciadamente es la época que nos ha tocado vivir
    bicos

    Santiago Fernández

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  2. Gran artículo. Lo guardo. Muy acertada la cita de Sócrates.
    Un abrazo.
    Jaime

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