lunes, 6 de septiembre de 2021

Recuerdos. Me voy haciendo viejo.

 

En un lugar privilegiado del arcón de mi memoria está África y, en ella, Marruecos, Guinea, El Sahara, Canarias. Espacios y rincones que fueron mi casa y en donde descubrí la belleza del mar con toda la variedad de sus posibles azules, la inmensidad de la selva con sus casi innumerables criaturas y un sin fin de tonos verdes, la inabarcable infinitud de la arena con sus inverosímiles cielos y esa retorcida, convulsa y atormentada tierra de volcanes.

La Mañana 6.09.2021




Guardo, de todo, un recuerdo fuerte, hermético. Nunca podré olvidar la tranquilidad y el olor de las noches en los mares del trópico, ni en el ecuatorial océano Atlántico ver como la luna, a cada paso que daba, parecía seguirme. Son recuerdos que me llevan a unos territorios que fueron lugares y parajes de mi infancia, de mi pubertad, de la adolescencia y de una juventud en la que arribaron los iniciales amores y los primeros desengaños.

 

Si cierro los ojos, vuelven con facilidad las imágenes de aquellos días y las huelo, las saboreo, las siento. Y me veo, como si fuera y estuviera en aquel tiempo, despertándome por la mañana con el sonido de los pájaros, intentando aprender a distinguir sus diferentes lenguajes y asombrándome con sus prodigiosos plumajes. Otros días, me contemplo tratando de mantener una conversación, en un ininteligible idioma, con una hermosa muchacha negra en una solitaria playa. Otras veces, en una jaima tomando un Atay Dial Nana, el oloroso y dulce té con yerbabuena bereber, junto a un altivo y quizás lejano pariente almohade, escuchando la infinita paz del silencio en las estrelladas noches del desierto.

 

En mis recuerdos, a la mente me viene el sabor de la papaya, de la piña, de las naranjas amarillas, tan diferentes a las mediterráneas, del agua de los mangos chorreando por mis manos y barbilla y esas olorosas guayabas que cogía directamente de los árboles. Todos ellos, ensueños de gozosos sabores. Y junto a ellos, también afloran y escucho el sonido del viento golpeando sobre las ventanas, el estrépito de los impetuosos tornados que, en la época del monzón, llegaban sin avisar al golfo de Guinea, con sus fuertes aguaceros y que en pocos minutos daban paso a un cielo brillante y soleado que secaba velozmente el agua de las calles y aceras y las gotas de lluvia en los árboles. Y también recuerdo ese azul inmenso de otros horizontes donde obtener agua suponía realizar un sobrehumano esfuerzo

 

Y en mis reminiscencias veo las fiestas africanas para despedir a sus muertos. Y las africanas fiestas en la calle, llenas de ritmo, explosión de alegría y voluptuosa sensualidad. Y las africanas mostrando sus bellos y semidesnudos cuerpos sin complejos. Y todavía siento el ritmo de sus músicas, dejándole entrar en mis emociones, intentando que anidara un poco de esa alma negra en mi blanco cuerpo. Y las cálidas sonrisas de ellas y ellos mostrando sus blancos dientes en sus rostros negros. Y esa generosa acogida de los hombres y mujeres del desierto. Todavía hoy me acuerdo y la reconozco en la sonrisa de mis sentimientos.

 

Y en el repaso de mis presencias, también veo y siento aquellos días de colegio en Marruecos, los del instituto en Guinea, los paseos diarios por el real Las Palmas y su puerto y, siendo ya largamente veinteañero, la soledad del desierto para visitar a mi padre que estaba destinado tan lejos. Aquel esplendor de vida natural, sigue vivo en mi memoria, no ha muerto. Lo conservo como un tesoro de mi vida y con él mantengo ese cálido y cercano recuerdo y el intenso aroma al café y al té que me transportan a esos espacios abiertos y a aquellos dulces momentos.

 

De alguna manera, poder disfrutar de los recuerdos de la vida es como vivirla dos veces. Todos ellos, con su presencia invisible, me han dejado un sabor duradero, eterno. Y es que el recuerdo es el perfume del alma y único paraíso del que nadie puede expulsarnos.

No cabe la menor duda de que vista la vida con la cámara oscura del recuerdo, toma un relieve singular. Tal vez, porque el tiempo vivido no es otra cosa que el espacio que en nuestra memoria ocupan los recuerdos. Ya no los decía nuestro genial poeta Miquel Martí i Pol “No hay presentes, todos los caminos son recuerdos”. Sí, son recuerdos de unos tiempos que se fueron; pero sé que existo, porque en ellos me inquiero, me reconozco y me veo. Me voy haciendo viejo…

 

 

 

 

37 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho, pero no te veo chorreando por las manos y la cara elzumo de las frutas tropicales.
    Seguro que sabes el golpe de estado de Guinea.

    José Antonio

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  2. Has ligado los dos últimos artículos. Me pregunto si esos recuerdos tan vívidos no lo son por el contraste con las vacaciones en un pueblo de Castilla. Entiendo que fuese un bonita época pero eso fuera la cotidianidad, no lo sublimarías como lo haces.
    En ese sentido, y por eso te digo lo anterior, creo que al inicio del escrito usas de forma repetida adjetivos superlativos. En otra parte, demasiados epítetos.
    Yo no soy capaz de escribir ni la mitad de bien que tú pero me atrevo a hacer este comentario porque tú me pides mi opinión.
    No creo que el título sea acertado y, en consonancia con ello, me parece que sobra la frase final.

    Merche

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  3. Me ha encantado también este artículo tío. Siempre es bonito recordar...y viajar en el tiempo.

    Nacho

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  4. Como de costumbre eres un excelente narrador. Conforme vas leyendo tienes la sensación de pasear por dichos lugares y sentir las mismas sensaciones. Valga la redundancia....

    Magda

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  5. ¡Qué bello artículo!¡Que bellos recuerdos!Que suerte haberlos vivido y nososotros, tus lectores, de disfrutarlos de alguna manera, al descubrir las vivencias de un niño y más tarde del adolescente en África.
    Que suerte de vivir la inmensa experiencia de conocer dos continentes, África y casi toda Europa. Este particular, proporciona tal riqueza cultural y , inevitablemente, unos recuerdos entrañables al ser humano que los ha vivido.
    Tu artículo, bien podria llevar el titulo de la preciosa pelicula protagonizada magistralmente por Meryl Streep y Robert Redford...
    " Memorias de África ".
    Enhorabuena, he disfrutado mucho con tu artículo !

    Pili

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  6. Buenas tardes, me encanta leer la historia de tu juventud, contada con detalles de olores, sabores y colores. Preciosa.

    Marisa

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  7. Lo he leido esta mañana y me ha hecho recordar los lugares de mi infancia que tenia un poco olvidados. No son tan "poéticos" como los tuyos, pero si tan agradables... En fin, como bien dices, nos estamos haciendo mayores........ La vida.
    Un abrazo

    Rafa

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  8. Tu artículo, genial. Los recuerdos, se hacen realidad en nuestro cerebro,no solamente en el tuyo,en otros también y, además, también nos hacemos viejos. Eres un verdadero poeta. Sigue así.

    Rafael

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  9. ¡Qué suerte! Sueños que evocan felicidad. Me alegro por ti.
    Yo sueño pesadillas más o menos duras, extrañas combinaciones de lugares y personas que me llevan a la infancia pero no con esa paz y esos recuerdos agradables.
    África, África, África. Y Canarias
    Sí, me ha gustado el contenido y la expresión.
    Feliz proceso de vejez.

    Pepe

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  10. Me ha gustado mucho tu texto porque recala en la profundidad, la hermosura y el dolor de los recuerdos...

    Miguel Ángel

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  11. Realmente precioso lo vivido y cómo lo recuerdas.

    Un abrazo.
    Concha

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  12. Muy bien tu artículo, no es la primera vez, y supongo que no será la última que hablas de tus años en África. Hay un problema, la vejez se mide, se cuantifica con los años, pero esos no indican las ganas de vivir, ni tampoco la capacidad que debe tenerse para el recuerdo como base y columna del presente. Dices que te estás haciendo viejo, pero solo en edad, porque mientras los recuerdos te lleven a la conclusión de que existes, porque en ellos te inquieres, te reconoces y ves, no te estás haciendo viejo, sino muy maduro y activo.

    Buenas noches.

    Ramon Morell

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  13. Muy bonito el artículo.
    Tiene la magia de los sueños y eso es lo que parece .

    Rosa

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  14. Me dices si me gusta tu escrito, te diré que me encanta el poder poner en presente las vivencias vividas.

    Alfredo

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  15. En este último artículo he disfrutado mucho leyendo como narras tus recuerdos, paisajes... tanto como cuando leí el anterior.

    Encarna

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  16. Creo que és el artículo que más me ha gustado hasta el momento. Sabía lo de Marruecos, pero no lo de Guinea, el desierto... Qué bonito, no todo el mundo tiene la suerte de poder vivir algo así, ni tampoco de poder plasmarlo en un diario.

    Un abrazo.

    Albert

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  17. ¡¡Jope, qué bonito haces tus recuerdos !! Lástima que yo, que viví algo parecido , no me transmitan tanta belleza , sensualidad y y gozo mis recuerdos . Seguramente que los viví sin enterarme.
    Ponte a escribir una novela !! Sería genial . Algo así como Patria en Marruecos.Se vendería tanto como “vencejos “o más.

    Carmen

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  18. Muy bueno el artículo, la verdad es que tenemos muchos recuerdos de cuando éramos niños y adolescentes, esos no volverás a pasar. Pero están en nuestras mentes, mientras no tengamos alzheimer o cosas por el estilo, ahí seguirán.

    Un abrazo

    Alberto

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  19. He leído el artículo, como te he dicho en otras ocasiones se te ve muy nostálgico.

    Mª Jesús

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  20. Éste me ha gustado especialmente.

    Jaume

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  21. Siento envidia de no saber expresar, como tú, de todo lo vivido a lo largo de nuestro maduro y achacoso cuerpo. Pero, tenemos la gran suerte de haberlo hecho y disfrutado; no todo el mundo tiene la suerte de tener en su retina y en su olfato, el recuerdo de lo vivido. Enhorabuena, por poder recordar y plasmar en un papel todos tus recuerdos y compartirlos de tal forma que nos haces sentir tus vivencias.

    Anna

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  22. Hace unos días publicabas el artículo titulado "Verano. El paraíso perdido de la infancia" y, ayer, "Recuerdos. Me voy haciendo viejo". Me ha hecho gracia, porque indistintamente que los dos artículos están muy bien escritos y certifican lo que siempre te he comentado, eres un excelente juntador de palabras, ambos escritos muestran lo que múltiples veces he escuchado de tu boca, referente a tus años en el norte de África. Me maravilla ver la excelente memoria que tienes y que también plasmas en los dos escritos y, me pregunto, si mi niñez en mi adorada tierra berciana que entiendo que también fue feliz; no llego a comprender porque mis recuerdos no son tan nítidos y frescos como los tuyos. No obstante, mi primer pensamiento al finalizar de leer el citado artículo "Verano el paraíso perdido de la infancia" fue:se está volviendo viejo, Y ahora constato ,sin saberlo, que te estaba proponiendo el título del escrito de ayer. No te asustes, llevo dos meses en mi tierra berciana, he tenido la oportunidad de reencontrarme con viejos amigos y colegas y.... compruebo lo mismo, que siempre me hablan del pasado y de la niñez y de nuestros años jóvenes. Entiendo que en el ocaso de nuestras vidas nos gusta recordar tiempos pasados para.....

    Santiago

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  23. ¡Hola! tío, buenos días. Como te dije ayer, me encantó el relato de tus recuerdos de infancia en África… y tocando levemente Las Palmas. No obstante, espero que un día hagas una reflexión de las gentes de las islas y en especial de tu estancia en Gran Canaria, me encantará leerlo…

    Nacho

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  24. ¡Hola! J.A.

    "Eres un afortunado". Poder contener y retener en tu mente imágenes, olores, sabores, colores, amores y paseos de tu infancia y adolescencia, desarrolladas en varios países de orografías diferentes, desiertos, etc., es un tesoro que ocupará siempre un lugar único, también en tu corazón. No todo el mundo goza de este privilegio.
    Dicho esto, no estoy de acuerdo con tu frase final. Tú,como yo y muchos, cumplimos años, lo cual no quiere decir que seamos viejos; por suerte, aún tenemos ideas, proyectos y energía, para hacer muchas, muchas cosas y ayudar a los demás.
    Sería fantástico que, parte de esa energía tuya, la siguieras empleando para alimentar la mente de tus amigos o a parte de ellos como yo, con tus extraordinarios artículos y que algunos, como éste, también nos traslada...y nos enternece.

    Un abrazo

    Magda D.

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  25. Una preciosidad. Este tipo de artículos se te dan muy bien. Da gusto leerlo, a lo peor porque yo también me voy volviendo viejo.
    La madre de Concha falleció el pasado 25 de Agosto, a los 90 años. Ya sabes como son estas cosas.
    Un abrazo.
    Jaime

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  26. ¡Hola!, Buenas tardes. Al fin he podido leer tu artículo, o más bien una crónica de viaje en el tiempo, a unos lugares del recuerdo que, en tu caso, abarcan el ancho mundo. Veo que siempre has sido un nómada, algunos espacios nombrados, para muchos, pertenecen al corazón de las tinieblas; pero, sin duda, el conocimiento de otras culturas facilita su comprensión y admiración, convenientes en estos tiempos de tantos prejuicios y clichés. Por ello recordar es revivir y mientras el pensamiento nos lleva a espacios perdidos en la memoria, esto no nos hace viejos sino que rejuvenece el espíritu,
    Un saludo
    Jordi

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  27. Muy emotiva y poética la descripción que haces de los recuerdos almacenados en tu mente, de las experiencias tan interesantes que has vivido y que han dejado en ti una huella imborrable. Me ha encantado su lectura. Gracias por compartir siempre tus inspiraciones.
    Un abrazo.
    Anna

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  28. Al acabar de leer tu artículo mi primer pensamiento fue el de ligar tu título “Me hago viejo “con el gran privilegio y riqueza personal que te ha supuesto vivir en todos estos maravillosos lugares. Tu vejez, está forjada por toda una riquísima experiencia llena de colores, olores, aromas, sonidos que…, como bien dices, rememorarlos es como volver a vivirlos.
    Están todos ellos tan sumamente descritos con tanto detalle que te dejas transportar con facilidad. Ya sabes que me gustan más este tipo de artículos tan personales e intimistas, porque me ayudan a mí también a recordar y disfrutar también de mis recuerdos, allá por tierras castellanas.
    Gracias por compartir tus recuerdos.

    Francesca

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  29. Los dos me han gustado mucho porque hacen referencia a los años vividos y tienes una gran habilidad para relatar y retratar lo que explicas. Siempre aciertas al describir tus reflexiones sobre el paso del tiempo, del entorno y de cómo lo vivido nos transforma en las personas que somos. De hecho, a nuestra edad, somos una suma de recuerdos que nos sirven para saber quiénes somos y para seguir caminando tanto tiempo como nuestro cuerpo y nuestra mente nos permitan. ¡Ojalá sean años!...

    Me ha hecho ilusión que me hayas pedido opinión sobre lo que escribes porque significa que le das valor y me alegra.

    Espero que podamos vernos en algún momento ahora que las cosas parece que se van acercando a la normalidad. Podríamos vernos en Lleida o Cambrils o, si os acercáis a Barcelona, nos avisáis y quedamos.

    Mientras, te envío un cordial abrazo, también a Rosa.

    Elena

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  30. Buenas noches Juan Antonio, por fin pude leer tu publicación, primero decirte que has sido un privilegiado por haber vivido y disfrutado esos, para mí, remotos lugares. En segundo término decirte que el texto autobiográfico es agradable de leer, me gustó muchísimo ese tinte lírico que impregna todo el texto. Se nota que esas vivencias están muy marcadas en tus recuerdos, no solo porque lo dices directamente, también queda de manifiesto a través de las imágenes sensoriales, muy bien usadas como recurso literario, además de esa nostalgia manifiesta. Muy lindo texto, por otra parte los textos autobiográficos son de mi gusto.

    Elba

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  31. Tu último artículo me ha gustado mucho, es muy poético, y comparto contigo tus sentimientos sobre Marruecos.

    Mª Carmen

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  32. Bona nit,
    Acabo de llegir el teu article. M'ha agradat molt. Crec que els records que descrius són molt bonics,estan molt ben descrits i llegint-los m'ha resultat molt fàcil situar-ne en els llocs i sentir les sensacions i les olors de les fruites i veure els diferents entorns.
    És d'una gran sensibilitat i d'una infància privilegiada!! Quina sort poder tenir aquestes vivències!! No et fas vell!! Mostres una infància feliç!! Què bonic poder-la compartir i reviure-la!! Quin goig!!
    Bona nit i gràcies

    Joana

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  33. Si señor. Para mi gusto, tu artículo "Recuerdos. Me voy haciendo viejo", es de lo mejor que te he leído. Esa retrospectiva al pasado, analizada y diseñada con maestria, es, como minimo, de un escritor Nóbel. Narras con soltura y agilidad fenomenal, con una cadencia continua del hilo conductor. Es sencillo y llano y, a la vez, majestuoso en su elaboración. ¡Enhorabuena!, Juan Antonio, por ese artículo de escritor consumado. Un abrazo.

    Aure

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  34. Muy poético y pintoresco como siempre. Muy lindo
    Dice un proverbio japonés que uno se vuelve viejo cuando la nostalgia pesa más que la melancolía.Feliz otoño.

    Mirta

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Gracias por tus comentarios.