sábado, 22 de octubre de 2022

Tiempos de incertidumbres.

 

La confianza es el pegamento tradicional que mantiene en pie a la sociedad. Cada vez que pagamos en una tienda, en un restaurante o en una gasolinera con la tarjeta de crédito o en efectivo, estamos realizando un acto de confianza; ya que consideramos que ese trozo de plástico proporcionado por una entidad bancaria o los billetes de papel de colores emitidos por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre del Estado sirvan y tengan un determinado valor, y la empresa o persona que nos cobra cree en lo mismo. Cada vez que leemos una noticia y la damos por buena, estamos estimando en que un medio de comunicación y/o un determinado periodista nos cuentan la verdad. Cada vez que tomamos un medicamento confiamos en la ciencia y la industria farmacéutica. Y cuando tras un proceso electoral, dejamos los asuntos públicos en manos de los políticos esperamos que los gestionen, al menos y como mínimo, con honestidad; aunque este razonable deseo no siempre ocurre. Y es que, de hecho, aunque no reparemos en ello, la confianza, como decía anteriormente, es el pegamento invisible que mantiene en pie a la democracia y más o menos unida a la sociedad y hasta a la propia familia. Pero lamentablemente vemos que esta confianza, en estos tiempos que corren, se va desmoronando un poco más cada día. Y este hecho es gasolina para aumentar los miedos y las tensiones sociales.

 

La Mañana 22.10.2022

Algo está fallando y aunque la crisis de confianza ya se notaba antes, sobre todo desde la gran inestabilidad económica iniciada en 2008 y concluida en el año 2014, la pandemia la ha empeorado y la actual guerra existente en el corazón de Europa le ha dado la puntilla. Hay, en estos momentos, una gran desafección de los ciudadanos hacia todas las instituciones, y todos los valores que han venido sosteniendo la cohesión benéfica en nuestra sociedad. Y esa incertidumbre y desconfianza que la pandemia y la guerra han acelerado, esta ocasionada en gran medida por la brutal, salvaje e irracional desigualdad que se está produciendo entre las grandes fortunas del planeta y las familias más vulnerables, entre las diversas capas y clases altas de la sociedad respecto a las más desfavorecidas e incluso entre los países más ricos del norte y los más pobres y frágiles del sur de Europa; así como entre las naciones que componen el mundo occidental desarrollado y las más pobres y vulnerables del orbe. En este sentido, tengo la sensación de que vamos con paso firme y decidido hacia la catástrofe mundial, cuando la solución es teórica y relativamente sencilla. Ya que si solo tomásemos una pequeña fracción de los beneficios de las multinacionales y del patrimonio de los milmillonarios y se redistribuyesen equitativamente a todos los países con perentorias necesidades para que dichos recursos económicos se invirtiesen fundamentalmente en educación y en la salud, supondría aumentar por diez las actuales ayudas internacionales y la pobreza de ellos desaparecería en poco más de un par de décadas. Por el contrario creo que de no hacerlo, el actual sistema nos estallará en la cara.

 

La incertidumbre es estructural a la condición humana. Y en estos últimos tiempos no ha dejado de crecer. El futuro siempre se ha llenado de esperanza, pero ésta ahora ha desaparecido como consecuencia de la sorprendente transformación ocurrida en los últimos años y las clases medias afrontan asustadas la realidad actual. Como dice el sociólogo Zygmunt Bauman, hoy día todo es líquido y la precariedad de las relaciones que construimos es una de las señas de identidad de la vida moderna. Estamos rodeados de una incertidumbre radical que nos invade desde muchos frentes: el personal, el laboral, el financiero de ahora con la inflación y su enorme repercusión en la cesta de la compra y las hipotecas y hasta con una más que probable catástrofe nuclear sin precedentes anunciada por Rusia. Todo puede pasar, incluyendo el cambio climático que ya es un hecho constatable y las temperaturas se elevan a medidas históricas, como ha sucedido este pasado verano.

 

Estamos viviendo un tiempo fascinante, lleno de contradicciones, y la única certeza hoy es la incertidumbre. Antes la COVID y ahora la guerra de Ucrania y sus consecuencias, nos han hecho comprender lo vulnerables que somos. Tal vez, como nos ha dicho recientemente Mario Vargas Llosa, “la incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar”.

 

 

 

26 comentarios:

  1. Felicitats pel teu article sobre La incertidumbre.

    Joana

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  2. Muy bueno y muy real.
    Antonio

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  3. Expresas lo que piensa y siente una inmensa cantidad de gente. Raro es el día que en la conversación no se toque el tema. Estamos en una situación que no creo que nadie hubiese esperado vivir. Tal como está todo algún dia estallará por algún lado. Cuando se oyen los datos que da Cáritas y otras ONG ponen la piel de gallina. Están hablando de gente que jamás habían pensado encontrarse en situaciones límite. Es indignante. Y lo peor es que no hay visas de solución por lo que nos están repitiendo dia tras otro en los Telenoticias.

    Magda Sellarés

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  4. Tus reflexiones son acertadas y también las soluciones que propones.
    Lamentable que esas soluciones se enfrentan a los intereses económicos y políticos que predominan en el mundo capitalista. Es muy preocupante y yo también soy pesimista.
    Buenas noches.

    Elena

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  5. Tu escrito, como siempre, me parece muy acertado y brillante.

    Anna Extremera

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  6. Buenas noches..Magnifico artículo tío..Tienes toda la razón del desapego a las instituciones y la incertidumbre que tenemos es, en fin, condición humana en esta época que estamos viviendo.

    Nacho

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  7. El título del artículo, lo has bordado. Me ha gustado mucho la solución que das para enderezar la situación caótica de tantas familias, destinar una parte de los beneficios multimillonarios de las multinacionales a Sanidad y Enseñanza. Yo lo habría puesto con letra negrita, para que no pase desapercibido.

    Encarna

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  8. Muy bueno. estoy totalmente de aciuerdo contigo.

    Santiago Méntrida

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  9. Muy buen artículo . Preocupante realidad que también acentúa la insolidaridad y el egoismo, el sálvese quien pueda está de moda.

    Rosa Acebal.

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  10. Buenas noches,
    Escrito que recoge muy bien lo que tú piensas y que muchas veces lo hemos debatido. La frase del marido de la Presley, como nunca me gustó como escritor y menos como persona, he decidido no leerla.

    Santiago Fernández

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  11. ¡Eres un crack! Qué buen político se ha perdido Canarias y España.

    José Mª

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  12. ¡Hola! Juan Antonio,
    A esa incertidumbre descarnada solo puedo añadir que también es fruto de la desconfianza en los medios de comunicación y en gran parte de sus actores más destacados.

    Un cordial saludo,
    Miguel Ángel Cerviño

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  13. Veo que tu producción de artículos esta funcionanado a todo ritmo y te da lo mismo enfrentarte a cuestiones cientificas, literarias, humanisticas o, como en este caso sociales. La economia y la política son esencialmente ciencias de este ámbito, dado que en todas ellas te desenvuelves de manera satisfactoria, al aportar habitualmente una exposición correcta y muy bien documentada. Realmente en estos tiempos de interdumbre que cada dia devienen más amenazadores, es bueno tener ideas claras y constuctivas, todo lo contrario de lo que estan aplicando los distintos poderes polítcos y económicos que parece estan interesados en potenciar esta incertidumbre cada vez más , con todos los miedos y inseguridades, en lugar de trabajar para coseguir un mundo más armónico, en él que que solo deberia ser el acontecer de la propia vida el único elemento que generara las incertidumbres propias que conlleva la existéncia.
    Saludos cordiales
    Jordi

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  14. Tu artículo, ¡muy bien!. Este sí que es un artículo mucho más cotidiano, mucho más accesible para los lectores y lectoras que los dos anteriores del cerebro. Es muy claro y está muy bien explicado y tienes toda la razón, cuando falla la confianza no hay futuro posible.

    Ramón Morell

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  15. Las certidumbres fueron cosa de los tiempos de Franco. Ahora toca un tiempo en el que somos capaces de corroer las instituciones que hemos sabido darnos. La desigualdad ha sido cosa de siempre. Pero ahora tenemos más capacidad de limitarla. Y lo hacemos en estado grafo.
    En fin, te felicito.
    Pepe

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  16. J.A.,tienes toda la razón al afirmar que vivimos tiempos de incertidumbre.Ya no sabemos a qué atenernos y casi todo está yendo a peor. Y, lo que es más grave, con la aquiescencia de muchos gobiernos e incluso propiciado por ellos. Basta con fijarnos en las guerras actuales todas por motivos económicos o de prestigio.Todos los millones malgastados servirían para acabar con el hambre mundial. No se empatiza con el más débil y necesitado.

    Os deseo una magnífica semana.

    Pilar

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  17. Hola Juan Antonio:

    Conocí a una persona que decía, refiriéndose a los accidentes de circulación: "Yo no creo en Dios pero, no pasan más cosas, porque Dios no quiere". Como sabes y hemos comentado en alguna ocasión, tampoco soy creyente, pero, tu sí, por lo tanto "Ojalá Dios te oiga".
    Estoy totalmente de acuerdo, en todo cuanto expresas, en este extraordinario artículo.
    ¡¡Gracias!!

    Un abrazo,

    Magda D.

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  18. Muy bueno. Me ha gustado tanto el fondo como la forma. Lastima que no siguieras la reflexión , me ha parecido corta.

    Un abrazo
    Carmen

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  19. Muy bien, Juan Antonio. Te haría una pequeña precisión: lo de las temperaturas no ha sido solo cosa del verano, ya las tuvimos en primavera y siguen en otoño.
    Un abrazo y a por más.
    Jaime

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  20. ¡Hola!, acabo de leer tu artículo y no puedo estar más de acuerdo contigo. Gracias, solo nos queda esperar.

    Un abrazo.
    Marga

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  21. Tienes razón, lo he leido con sumo ínterés.

    Abrazos
    Pili

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  22. Tú artículo me ha giustado mucho y lo he podidoleer con tranquilidad, pues estoy en el hospital recién operada.

    Mirta

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  23. "Tiempos de incertidumbres". Al leer este último artículo, me he dado cuenta que las incertidumbres que hoy todos tenemos, son más numerosas de lo que imaginaba, referente a la salud por ejemplo, vamos a vacunarnos en breves dias de covid y gripe y mi duda es si nos van a proteger totalmente. Económicamente los medios de comunicación nos asustan minuto a minuto y todas las demas cosas igual. Para algunos las pensiones no deberian subir ya que según dicen los viejos cobramos más que nuestros hijos y nietos, pero las de ellos están en lo más alto. Como te digo al comienzo, las incertidumbres a las que te refieres en tú artículo son más de las que imaginaba y no me alegro nada en saberlo.
    En tu artículo, una vez más das en la diana.
    Hasta pronto y enhorabuena.

    Pilar Obre

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  24. Gracias por el artículo Juan Antonio
    Suena muy bien poder solucionar los problemas de desigualdades repartiendo el patrimonio de los ricos. Pero me temo que iría a parar a manos de los dictatorzuelos y políticos corruptos de los países menos desarrollados y de ninguna manera solucionaría el problema de los pobres. Y teniendo en cuenta que entre los más ricos están auténticos emprendedores que han revolucionado el mundo con grandes inventos y han creado cientos de miles de puestos de trabajo, pues aún tengo más dudas. El más rico parece que es ahora Elon Musk, de origen sudafricano, creador del coche eléctrico utilitario y muchísimo más ...
    Cada vez más pienso que intentar solucionar desigualdades regalando, es una utopía. Creo que el secreto está en crear oportunidades para que los menos afortunados puedan entrar en la rueda del progreso ...

    Jaume

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Gracias por tus comentarios.