rosa.piro@telefonica.net

jueves, 6 de junio de 2024

Democracia vs. Censura: Assange y González, dos periodistas silenciados.

 

Corren malos tiempos para la prensa. No obstante, tras varios días de vistas y años de batalla legal, el Alto Tribunal de Justicia de Londres decidió el pasado 20 de mayo, autorizar a Julian Assange, el fundador de Wikileaks, a seguir recurriendo sobre su extradición a EE.UU. El Alto Tribunal aceptó los argumentos de la defensa de que el fundador de Wikileaks puede ser discriminado como australiano y no recibir toda la protección que ofrece la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos a sus ciudadanos. A este respecto, cabe recordar que los EE.UU. le acusan de espionaje y hackeo informático al haber hecho público documentos sensibles sobre la seguridad nacional. En este contexto, en caso de que los jueces británicos de la Corte de Londres hubiesen dictado un fallo afirmativo favorable a su extradición, se habría abierto una vía más segura a todos aquellos “poderes” que hurtan información a la que tenemos derecho los ciudadanos y propiciaría, además, un periodismo amordazado y paralizado por el temor ante unos Estados convertidos en falsas democracias y llenos de muchos rasgos de autoritarismo, que no autoridad, sino de dictadura. En cualquier caso, extraditado o no, me temo que el daño ya está hecho y los poderes fácticos ya han conseguido su objetivo: amedrentar a los periodistas, en la medida de lo posible, para que interioricen las posibles consecuencias de publicar determinado material y se lo piensen antes de hacerlo. Es una manera de evitar que siga habiendo funcionarios valientes como el agente del FBI William Mark Felt, el denunciante sin rostro que facilitó al reportero del Washington Post, Bob Woodward, la información del escándalo "Watergate", lo que provocaría la dimisión del presidente Nixon en 1974 o el analista estadounidense de las fuerzas armadas americanas Daniel Ellsberg que, cuando trabajaba en la Corporación RAND, filtró al The New York Times y otros periódicos un estudio de alto secreto denominados Pentagon Papers, en los que se demostraban, concretamente, que la Administración Johnson había mentido sistemáticamente, no sólo al público sino también al Congreso, sobre temas de interés nacional trascendentes en relación con la guerra de Vietnam. En ambos casos los periodistas y directores que recibieron la información respondieron con profesionalidad y valentía, frente a la terca resistencia del poder político. Una información que posteriormente, el poder judicial terminó avalando en aras del derecho a la información y de la libertad de expresión. A este respecto, lo que ocurra a partir de ahora con Julian Asssange, tras el reciente fallo del citado Alto Tribunal, será una piedra de toque para saber si las democracias han avanzado o van retrocediendo en este terreno. Y es que el derecho de información es básico para el funcionamiento de cualquier sociedad democrática y sin él, todos salimos muy perjudicados, salvo, obviamente, los que infringen la ley. Considerar que la democracia existe porque cada cuatro años, los ciudadanos votamos a alguien que han decidido los partidos políticos, es, cuando menos, irrisorio. En una democracia plena, los ciudadanos, tenemos el derecho a conocer y saber con veracidad qué está ocurriendo en cualquier parte del mundo; como, por ejemplo, en la actual y trágica ofensiva de Israel sobre la Franja de Gaza, en donde el Gobierno de Netanyahu no permite la entrada de periodistas internacionales independientes. Y, sobre todo, cuando las decisiones que se toman en Organismos internacionales y/o Estados, por parte de un pequeño número de personas, determinan el destino de miles y millones de ciudadanos de cualquier país a cualquier precio, llegando incluso al resultado de ruina, muerte y desolación. Por eso, considero que estamos obligados a defender a aquellos periodistas que, como Julian Asenge, nos descubren los secretos oscuros de muchas decisiones políticas promovidas por egoístas e innombrables intereses empresariales, multinacionales y económicos y/o a empleados como el exanalista de la CIA Edward Snowden que entregó a la prensa documentos clasificados que demostraban cómo organismos de inteligencia de Estados Unidos y sus aliados vulneraban la privacidad de los ciudadanos.

 

La Mañana 6-06-2024

El acoso y la cruel tortura que está sufriendo Julian Assange, es una prueba más de la corrupción, la falta de humanidad y el espíritu destructivo que anidan en este "Occidente" nuestro que tanto cacarea de libertades y democracia. Lo que se le está haciendo a Assange no tiene nombre, como tampoco lo tiene lo que le ocurre al periodista español Pablo González, otro caso día a día casi olvidado, que fue arbitrariamente detenido y lleva más de dos años en una prisión de Polonia sin juicio. Encarcelado en una severa prisión de un país de la UE, nuestro organismo paladín de la democracia mundial y vigilante ante las injusticias y la opresión. Pablo González, colaborador de varios medios de comunicación, todavía no tiene acusación, ni fecha de juicio. Trabajaba en el momento de su detención como reportero de guerra en la frontera con Ucrania, fue capturado por los servicios secretos polacos el 27 de febrero de 2022 y, desde entonces, permanece encarcelado e incomunicado, sin saber porqué, en régimen de aislamiento, sin días ni noches, hasta ahora. Parece que han tirado la llave al mar Báltico, dado que ignoran completamente los derechos de este ciudadano de la UE que posee la doble nacionalidad española y rusa, pues nació en Moscú al ser nieto de un exiliado español de los llamados “niños de la guerra”. Y, a causa de esta circunstancia, le acusan de aprovechar su condición de periodista para filtrar información a Rusia. Crimen y castigo contra el periodista y vergüenza, una vez más, para la UE, que ni dentro de sus fronteras garantiza la seguridad de según quién en según qué países, a la hora de aplicar leyes democráticas.

28 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con todo lo que dices. Muy bien.

    Magda Sellarés

    ResponderEliminar
  2. Bien, Juan. Lo llaman democracias, pero son micro dictaduras, nos pretenden engañar aprovechando la ignorancia política de la población.

    Santiago Méntrida

    ResponderEliminar
  3. Como siempre, ....ellos con el bozal puesto para acallar sus desvergüenzas. No ha cambiado nada, los que tienen el poder continúan silenciada al pueblo.
    Buenos días maravilloso pensamiento escrito.

    Anna Extremera

    ResponderEliminar
  4. Tu artículo, como de costumbre, muy bien escrito. No obstante, creo recordar, que hace un tiempo, ya habías desarrollado este tema o alguno parecido.

    Antonio Puig

    ResponderEliminar
  5. Buenos días, gran artículo. Le habría gustado mucho a mi padre.

    Un saludo.
    Mª Eugenia

    ResponderEliminar
  6. Hola, Juan Antonio, Gracias por el artículo.
    "Tenemos el derecho a conocer y saber con veracidad qué está ocurriendo en cualquier parte del mundo". Así debería de ser en una democracia, sí. Pero, desgraciadamente, no lo es.

    Un abrazo
    Miguel Ángel


    ResponderEliminar
  7. El derecho a la información es básico y el respeto al trabajo de los profesionales del periodismo también. Los ciudadanos necesitan estar informados para poder participar y decidir con criterio. La información y la participación son indispensables en las democracias. Sin ellas no funcionan y se tiende al autoritarismo.

    Elena Novo

    ResponderEliminar
  8. En el artículo abordas temas muy importantes y delicados, como la libertad de prensa, la democracia y la censura. Son los puntos clave del mismo y los ratas todos con una rigurosa coherencia. Muy Bien

    José Luis

    ResponderEliminar
  9. Hola Juan Antonio,
    En el artículo mencionas la lucha legal de Julian Assange, fundador de Wikileaks, contra su extradición a los Estados Unidos. Y destacas la preocupación de que Assange pueda ser discriminado como australiano y no recibir toda la protección que ofrece la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos a sus ciudadanos. Me parece muy fuerte que los EEUU puedan actuar con tanta prepotencia.

    Pilar Postigo

    ResponderEliminar
  10. Qué buen artículo, Juan. En el mismo enfatizas y haces bien, sobre la importancia del periodismo en una sociedad democrática. Y en él mencionas ejemplos históricos de periodistas y denunciantes que han desempeñado un papel crucial en la revelación de la verdad al público, a pesar de la resistencia del poder político. Lo dicho, muy bien.

    Angelines

    ResponderEliminar
  11. Buenas noches,
    Me ha pasado el link de tu blog una amiga y viendo lo que escribes y cómo escribes, se lo agradezco. Merece la pena leerte. En cuanto a este artículo, te indico que me ha parecido muy noble por tu parte dar a conocer la situación que mencionas del caso del periodista español Pablo González, quien ha estado detenido y así continúa en una prisión de Polonia durante más de dos años y sin juicio. Por lo que es un claro caso y ejemplo de la supresión de la libertad de prensa. Ánimo y sigue informando.

    Saludos,
    Sofía

    ResponderEliminar
  12. Totalmente de acuerdo contigo cuando argumentas que la verdadera democracia requiere transparencia y acceso a la información. Sin embargo, vivimos tiempos difíciles y los poderes fácticos, como tú denuncias, a menudo intentan amordazar a los periodistas y limitar el acceso a la información. ¡Chapeau!

    Raúl

    ResponderEliminar
  13. Hola,
    Tratas temas muy serios y en el artículo haces un buen trabajo al destacar la importancia de la libertad de prensa en una sociedad democrática. Me gusta.

    Alfredo

    ResponderEliminar
  14. Muy bien, Juan Antonio, me ha gustado mucho. A mi parecer hay, al margen de lo que tu explicas algo que ayudará todavía más en el futuro a limitar la información pública a la que tenemos derecho ciudadanos/as, y son los avances tecnológicos y la IA, la concentración de poder que implica todo ello es tan grande que como información es poder no soltarán absolutamente nada. Estoy de acuerdo contigo, hay que procurar que los medios de comunicación no sean el "cuarto poder".
    Un abrazo.
    Ramón

    ResponderEliminar
  15. Buenos días Juan Antonio,
    Ya te he comentado en alguna ocasión que emitir un juicio sobre los artículos que me envías me supera y ya te digo lo de siempre, que sin duda el mayor beneficiado eres tú ya que ello te lleva a estar activo.
    Un abrazo
    Laureano

    ResponderEliminar
  16. Me alegro de tu artículo. Las injusticias permanecen. Los poderes mandan. Y ni Assange, ni Pablo González. ni los palestinos tienen derechos.

    Un abrazo,
    Pepe

    ResponderEliminar
  17. El artículo ofrece una perspectiva crítica sobre la situación actual de la libertad de prensa, tomando como casos emblemáticos los de Julian Assange y Pablo González. Argumentas que ambos periodistas han sido silenciados debido a su labor de denuncia de información sensible que incomoda a los poderes fácticos. Y creo que es verdad. Enhorabuena.

    Jesús

    ResponderEliminar
  18. Está muy bien. En el artículo analizas la batalla legal de Assange para evitar su extradición a Estados Unidos, donde se enfrenta cargos de espionaje por la publicación de documentos clasificados. En este sentido, resaltas la importancia de este caso como símbolo de la lucha contra la censura y la persecución a periodistas que investigan y publican información incómoda para los gobiernos.

    Miguel

    ResponderEliminar
  19. En tu artículo expones, además de la situación de Assange, la del periodista español Pablo González, quien se encuentra detenido en Polonia sin cargos formales desde hace más de dos años.
    Me parece muy apropiada tu denuncia por la falta del debido proceso y las condiciones precarias en las que se encuentra González, quien ha sido acusado de espionaje a favor de Rusia. Muy bueno.

    Araceli Muñoz

    ResponderEliminar
  20. Sostienes que los casos de Assange y González son ejemplos de la creciente amenaza a la libertad de prensa en el mundo. Y sostienes bien y, a la vez, advierte que el acoso y la persecución a periodistas que buscan informar sobre la verdad pone en riesgo la salud de las democracias. Tienes toda la razón.

    Pedro Moreno

    ResponderEliminar
  21. En tu artículo, recalcas el papel fundamental que juega la libertad de prensa en una sociedad democrática. Es una verdad como un templo. Y parece que la vamos perdiendo, pues el acceso a información veraz e independiente es crucial para que los ciudadanos puedan tomar decisiones informadas y ejercer su control sobre los poderes públicos.
    Me ha gustado mucho tu denuncia.

    Mª Inmaculada

    ResponderEliminar
  22. Criticas y criticas bien, la postura de la Unión Europea en relación al caso de Pablo González. Es indecente que no digan ni una palabra. Por ello, me parece muy bien que denuncies la falta de acción por parte de las autoridades europeas para defender los derechos de un ciudadanos de la UE que se encuentran en una situación tan grave.

    Jaume Aymerich

    ResponderEliminar
  23. En general, el artículo posee la virtud de ser una lectura valiosa que invita a la reflexión sobre la importancia de la libertad de prensa en nuestras sociedades. No obstante, echo en falta que no profundices en los detalles de las acusaciones contra Assange y González. Sería interesante tener más información sobre las pruebas que sustentan tus acusaciones.

    Saludos,
    Berta

    ResponderEliminar
  24. El artículo me ha gustado. Pero concluyes con un tono pesimista sobre el futuro de la libertad de prensa. En este sentido, creo que sería útil proponer algunas ideas concretas sobre cómo se puede defender este derecho fundamental.

    Gracias
    Margarita Reich

    ResponderEliminar
  25. Hola Juan,
    Está muy bien, sin embargo echo en falta que no presentes una visión alternativa sobre los hechos. Sería enriquecedor para el debate conocer las perspectivas de aquellos que defienden la extradición de Assange o la detención de González.

    Como siempre, muy bien. Enhorabuena.
    Fernando Caballero

    ResponderEliminar
  26. Está muy bien. Lo extraño en todo esto es la situación del periodista preso en Polonia. ¿Tú crees que algo puede arreglar Tusk? Es de las cosas que no se entienden.
    Un abrazo.
    Jaime

    ResponderEliminar
  27. El artículo que has enviado, como todos los anteriores, me ha parecido muy interesantes, sobre todo por los datos que aportas sobre la situación de los dos periodistas y que parece ser que no tiene fácil solución.

    Anna García

    ResponderEliminar

Gracias por tus comentarios.