viernes, 21 de octubre de 2016

Sobre la evolución humana




Desde la materia inorgánica, pasando por los seres unicelulares, hasta el mundo actual de las especies orgánicas bien diferenciadas, podemos contemplar un proceso lento y complejo, rematado por la presencia de esa “especie superior humana”. Una “materia orgánica altamente organizada”, que ha tenido que sufrir mil mutaciones y comportamientos diversos. Y podemos convenir en que las necesidades vitales de nuestra especie han presentado diferentes matices, según su momentánea estructura y los condicionamientos físicos de su entorno. Teniendo en cuenta esta evolución orgánica de nuestra especie, no es de extrañar que nos sorprendamos al constatar la endeblez de ciertos protocolos sobre la condición humana que mueven al mundo civilizado actual. La foto adjunta creo que sirve para meditar sobre la “humana” inhumanidad  de nuestra especie. 

El ser humano actual, sobre todo y ante todo el poderoso, a pesar de sus creencias en ciertos dioses y derechos humanos, sigue siendo el mismo organismo depredador histórico, siempre en guardia frente a su hermano el ser humano normal. De poco le sirve al débil recurrir ante el fuerte sólo con razones éticas. Es decir, con la fuerza de la razón, para defenderse de su opresión, “razón de la fuerza”; ya que en nuestra conducta animal no hay más verdad que la que logra imponerse a los demás por la fuerza”. Y…, nos guste o no reconocerlo, la vida actual del ser humano en la Tierra sigue siendo así: animal, depredadora y controlada por la razón de la fuerza. Una fuerza y un poder materializado, hoy en día,  por las grandes multinacionales y oligopolios depredadores de riquezas y beneficios, al coste que sea necesario; aunque quieran hacernos ver que parezca lo contrario.

Quizá la inhumanidad sea perenne en la naturaleza humana. Y quizá tenía razón tenía George Bernard Shaw, cuando nos dijo que “El  peor pecado hacia nuestros semejantes no es odiarlos, sino tratarlos con indiferencia”. Y esa es la esencia de nuestra inhumanidad.

Buenas noches,













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