jueves, 26 de enero de 2017

Medios de comunicación




La prensa nunca ha sido "inocente", o por lo menos, eso me parece a mí, desde los tiempos de Hearst. Somos actualmente testigos excepcionales de la tremenda desinformación y manipulación diaria contra países como Siria y otros lugares de Oriente Medio y África en los que existen conflictos. Y esta desinformación, creo que abarca más, cada día, y a una mayor cantidad de aspectos de nuestra vida en sociedad que, de alguna manera, repercute o puede llegar a repercutir en lo personal. Y digo en lo personal porque leyendo cada mañana la prensa, escuchando las noticias de la radio y viendo las noticias en la televisión, sea el canal que sea, la sutil y no tan sutil, sino, torticera propaganda de los medios es tan abrumadora que, yo, al menos, no encuentro ningún discurso o relato serio y centrado que me ayude a tener una visión cercana a la “realidad” de lo que pasa.

Hace ya tiempo que me cuesta un verdadero esfuerzo de análisis y cierto trabajo semántico, saber o, más bien, intuir ¿Qué es verdad y que es mentira de todo cuanto uno lee, ve y escucha ?...Hasta el extremo que llego a preguntarme si para los periodistas de este comienzo de siglo, la "verdad", nunca ha sido, ni es, algo que descansara o descansa mucho en datos objetivos y la búsqueda de los hechos intersubjetivos, sino en "la línea" que recibían y reciben , quién sabe de quién y desde dónde….


Tengo la sensación de que estamos viviendo en un tiempo en el que no impera la incertidumbre, sino la absoluta certeza de que más pronto que tarde, si no se pone coto a los desmanes, llegará el caos. Y, si éste llega; entonces, la única duda será entrever o adivinar el grado de perversión del liberalismo y la profundidad del autoritarismo que nos acecha…

Nos lo deja presentir y, a la vez, lo analiza el periodista y empresario Antonio Navalón, en su magnífico artículo "Miedo a la libertad. Morir por nada". Un periodista que no fue profeta en su tierra; pero sí en México, país en el que vive desde hace más de 20 años; si bien, de tanto en tanto, se traslada a vivir a Nueva York, porque como él dice: “Hay que estar en el corazón del Imperio, para poder observar en intentar comprender lo que en el mundo pasa”…












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