miércoles, 23 de octubre de 2019

Análisis sobre la situación en Cataluña



Es difícil explicar y hacerse una idea clara de lo que está pasando en Cataluña, sobre todo para aquellas personas que no residen en dicha comunidad. No obstante intentaré compartir algunos de mis puntos de vista de manera que permita, a quien lo lea, hacerse una opinión sobre la situación

Esta pasada semana, la promulgación de la Sentencia sobre el Procés, ha ocasionado que cientos de miles de personas se hayan echado a la calle indignados con la sentencia. Son personas que han vivido como una agresión personal que, a nueve políticos democráticos y líderes sociales pacíficos, les hayan impuesto unas penas de prisión como las que podría llevarse un asesino. Quizá por ello, en las manifestaciones, mucha gente, comentaba: “Yo no soy independentista pero… Y, el pero era: “no estoy de acuerdo con la sentencia del Tribunal Supremo”.

La sentencia, a mi modo de ver, ha sido durísima. Y, por este motivo, para miles y miles de catalanes, que se califique como delito de sedición una manifestación o un referéndum les parece intolerable. Fundamentalmente para aquellas personas que ilusionadamente participaron en la consulta y cuya única violencia que vieron en las calles fue la ejercida y ocasionada por la policía.

Por todo ello, no nos debe extrañar que la gente se haya echado a la calle indignada y hayan perpetrado determinados actos como el del bloqueo del aeropuerto de Barcelona, cortes de vías férreas y accesos por carretera en diferentes lugares y provincias de Cataluña. Unos actos acometidos de manera pacífica y muy bien coordinados por la plataforma autodenominada “Tsunami Democratic” Y… ¿Quiénes eran todas esas personas del aeropuerto? ¿Y las de los cortes de carreteras y autopistas? ¿Y las de las marchas? Pues, trabajadores, parados, profesionales liberales, funcionarios, jubilados, obreros precarios, becarios, estudiantes, gente con los mismos sueños y las mismas esperanzas que, ilusionadamente, desean que Cataluña sea una Nación. Gente con dificultades para llegar a fin de mes. Gente que jamás pensó que un día ocuparía un aeropuerto; pero que han llegado a esta situación por puro hastío.

Y es que llueve sobre mojado, porque los presos llevan ya dos años en prisión preventiva. Y, con la sentencia, crece la preocupación; ya que se tiene la sospecha y el temor de que a partir de la doctrina dictada por el Tribunal Supremo, ir a parar un desahucio, por poner un ejemplo, vaya a resultar ser un delito de sedición.

Y, si ya de por sí la situación es compleja, hay que añadirle un suceso muy trascendente. Y es, el inaudito hecho de ver a un President de Govern de la Generalitat llamando a la movilización. Quizá por ello, no debe de extrañar que durante toda esta pasada semana, por primera vez, se hayan producido actos vandálicos contra el mobiliario urbano en todas las principales ciudades catalanes y muy especialmente en Barcelona. Esto también ha sido una novedad, ya que no había ocurrido nunca en nueve años de protestas. Son hechos espectaculares, escandalosos, inaceptables, condenables y muy mediáticos, pero minoritarios. Noches de barricadas provocadas por gente muy joven, estudiantes y millennials enfrentándose a la policía con tácticas muy bien diseñadas de guerrilla urbana. ¿Y quiénes son éstos jóvenes que queman recipientes de basura, se parapetan detrás de contenedores de obra y lanzan a los Mossos y Policía Nacional, todo tipo de objetos? No lo sé, pero supongo que son muchachos y muchachas independentistas, presuntamente, vinculados directamente o de la órbita de Arran, grupos de antisistemas, algunos llegados del otro lado de la frontera y, muy probablemente, algunos infiltrados neonazis que campan a sus anchas por Barcelona. Lo que sí tengo claro es que se mueven en perfecta coordinación y esto no se improvisa en una algarada callejera. Y, lo que también tengo claro es que, cada vez, los independentistas son más, y más jóvenes, y que te dicen que se han cansado de ir con el clavel en la mano, que no quieren que les tomen más el pelo, y que si tiene que “arder Cataluña” unas cuantas noches seguidas, pues que arda, aunque muchos de ellos no participen en la movida.

En consecuencia, muchos pacíficos catalanes o personas no catalanas residentes en Cataluña, nos preguntamos: ¿Cómo es posible que estos jóvenes hagan lo que hacen si no lo han visto hacer en casa? Creo que no cabe más que una respuesta. Es una generación de jóvenes catalanes que ha crecido observando que el Estado sólo tiene una respuesta a sus demandas: “No”. No a un Estatuto aprobado por las Cortes y votado en referéndum. No a una mejora de la financiación, no a las inversiones previstas por Ley, no a la negociación política sobre el autogobierno o el referéndum. Son muchos oídos sordos a nueve años de manifestaciones pacíficas y multitudinarias. Es decir, si la respuesta política siempre es “no”, si lo único que ofrece el Estado a Cataluña son policías y jueces, es razonable que pueda haber jóvenes que se planten y digan: “Pues…, si el Estado no hace política tal como me dijeron que se hacía en democracia, nos encontraremos en la calle”. Y creo que esa forma de pensar es lógica; pues si el Estado bloquea el camino de la política, la política se termina haciendo en la calle. Por eso ha sido, viene siendo y será, tan peligrosa la inacción política del Estado en Cataluña.

Sin embargo, poner solo el foco en las revueltas de estos días, es, a mi modo de ver, desenfocar el tema. Digo esto, porque, en paralelo a esas calles ardiendo por las noches y a todos los disturbios callejeros ocasionados, hemos asistido, también, a unas pacíficas concentraciones ciudadanas y, sobre todo, a cinco marchas desde cinco puntos distintos de Cataluña que convergieron en Barcelona. En esas marchas, miles y miles de personas han caminado juntas durante tres días en un ambiente festivo y de enorme compromiso y solidaridad en el más genuino estilo de la revolución de las sonrisas. Y esas imágenes son también espectaculares y demostrativas de lo que es el pueblo de Cataluña.

Por todo ello, pienso que la gestión de la frustración va a ser compleja. De momento esta semana pasada nadie ha sido capaz de pararla. Y, además, hay mucha gente molesta con el relato de los medios españoles de lo que pasa en Cataluña. Más que nada, porque lo que ven que cuentan en la pantalla y lo que ven que pasa por la ventana de sus casas, a menudo, no concuerda con lo que ha pasado en todos estos días. Por otra parte, el sueño de algunos catalanes y españoles de un gobierno progresista dispuesto a negociar con formaciones independentistas, creo que se ha esfumado. Y para colmo de la irresponsabilidad, “algún lúcido asesor” animó, no hace mucho tiempo, al Presidente del Gobierno en funciones, a convocar unas elecciones generales en un momento como éste.

Quizá algunos políticos se arrepentirán de la sentencia cuando vean hasta qué punto el auto de condena solamente habrá servido para que la sociedad catalana avance por el camino hacia la independencia. Y posiblemente, lo lamentarán; pero…, tal vez, ya será demasiado tarde.
Y es que, entre todos, en unos tiempos en los que las emociones están a flor de piel, están poniendo las condiciones idóneas para una ciclogénesis explosiva perfecta.



15 comentarios:

  1. A mi el que m'agradaria en aquests dies d'emocions a flor de pell, és poder xerrar i reflexionar en companyia..
    Gràcies per la teva anàlisi de la situació.
    Mati

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  2. Un artículo que describe perfectamente la situación.
    Felicidades y un abrazo.

    Ramón

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  3. Muy bien expresado y lo comparto al 100%. Lástima que no se leerá fuera de Catalunya.Buenas noches.

    Magda

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  4. Buenos días.
    Estoy de acuerdo con el 90% de las reflexiones del artículo. No obstante, tengo que recordarte que durante el juicio, la mayoría de los políticos presos, nos dijeron o asumieron que en el tema del referendum "íbamos de farol"; era más un medio de hacer presión para que el Estado se sentase para negociar. Recuerdo a Junqueras decir " yo amo a España" y que era muy creyente. Dicho esto, considero que se habría de realizar, lo antes posible, un referéndum en Cataluña, solo en Cataluña. Obviamente, para ello, hay que cambiar la Constitución. En este contexto, soy de los que piensan, que alguien que no está contento en un sitio, hay que dejarle irse. Me parece que el tema empieza a irse de las manos, por lo que tú bien explicas en tú escrito, los jóvenes están hasta los cataplines de escuchar siempre NO, y mucha de esa culpa la tiene la izquierda por no asumir lo que se había acordado entre Maragal y Zapatero y que el PP lo llevó al Constitucional; así empezó la historia. Y,como bien dices, esto empieza a olerme mal,estamos llegando a un punto del que va a ser difícil volver. Lo del Parlamento catalán de ayer, entiendo que es legítimo que un Parlamento discuta lo que le de la gana y ningún tribunal tendría que venir a decirnos que es lo que podemos o no podemos hablar y discutir. Repito lo de ayer, es un brindis al sol; pero que no es el momento y por ello, se podrán quemar y por mucho tiempo y, sobre todo, volvemos de nuevo a contar un relato que no tiene nada que ver con la realidad. Las declaraciones de Carmen Forcadel, me parecen lo mas sensato que he escuchado en estos últimos meses, "Nadie puede cambiar un país sin contar con el apoyo de, por lo menos, la mitad más uno de las personas que viven en él.

    Santiago

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  5. Muy bueno!!!! Estoy de acuerdo con todo lo que comentas.

    Helena

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  6. La has clavado. Has tocado todos los puntos que confluyen al estado actual. Además añadiría que, la instalación de grupos antisistema acampados en Barcelona, que aparecen, incluso, cuando gana el Barça, más grupos de la extrema derecha que campan a sus anchas, es la tormenta perfecta.

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  7. En algunas cosas coincido contigo Juan Antonio; por ejemplo, en condenar las duras condenas infringidas a los presos catalanes que luchaban y lo siguen haciendo por la independencia de Cataluña. Pero difiero de otras; como el hecho de que el movimiento independentista esté en alza. Yo diría que está a flor de piel. Esto es lo que parece, pues las concentraciones de protesta, aunque siguen siendo multitudinarias, han bajado de los dos millones de votos que obtuvieron el 1 de octubre del 2017. Sé e intuyo, me consta, al menos así lo creo, que el estado de ánimo de una parte muy numerosa de los independentistas catalanes, desestiman la realidad de lo que significa el independentismo. Para mí es volver, es regresar a las cavernas de la historia, al sistema de tribus que peleaban constantemente por obtener un trozo de territorio más. Tu sabes muy bien, Juan Antonio, que existen sistemas, como por ejemplo el suizo y el de otros países, que son estados federales, respetan la idiosincrasia de los habitantes de los diversos Cantones; pero, a la vez, defienden a capa y espada su bandera Suiza. Son un único pais, con diversidad de lenguas, culturas y hasta el folclore es diverso. Me siento ante este estado de cosas, “internacionalista." ¡Cuánto me gustaría un mundo sin fronteras!. Con orden, con solidaridad, con paz. Los independentistas catalanes, además, están muy mezclados, predominando las derechas, mezcladas con las izquierdas. Si triunfara el independentismo, cosa que no deseo, entonces vendrían las luchas entre las derechas y las izquierdas. No sé cómo va a terminar todo; temo lo peor. Y la aplicación del famoso 155, tampoco va a solucionar nada, pero nos va a gobernar mientras no se convoquen nuevas elecciones, administradores del estado centralista...
    En fin, veo una difícil y traumática salida de la situación en mi tierra catalana.

    Un saludo. Miguel Soto.

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  8. Buenos dias tío. Excelente reflexión que comparto completamente. Difícil situación y días oscuros se avecinan para Cataluña y España....Lo peor es que la derecha saldrá fortalecida.
    En fin..es lo que toca.

    Nacho

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  9. Hola J.A.

    Venimos de dónde venimos; pero...., ¿hacia dónde vamos en este momento?
    Este artículo, impregnado de tanta sensatez, tendría que estar editado en primera página de toda la prensa escrita de Catalunya y del resto de España, para que todos lo leyeran, como mínimo, dos veces; Torra y Sánchez. Igual tres, a ver si se les graba en la memoria.

    Es tal cual lo que ha pasado, lo que está pasando y lo que me temo pasará, si entre todos y digo, entre todos, no hacemos lo posible y lo imposible, por evitarlo o, como mínimo, reconducirlo, esa ciclogénesis explosiva, a la que haces referencia y que nada más mencionarla pone los pelos de punta, será una realidad.

    Gracias por este magnífico artículo, que refleja exactamente mi pensamiento sobre el tema.

    Un abrazo,

    Magda

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  10. El asunto es muy complejo, enrevesado, que se ha ido dejando por los sucesivos gobiernos del Estado y que se ha manejado muy mal por la Generalitat. Por lo que yo oigo por aquí casi nadie comprende a "los catalanes", "solo pretenden ser beneficiados sobre el resto de los españoles, como siempre". No comprenden que hablen el catalán. "Si hay que preguntar se pregunta a toda España..." Luego están los Pujol, Palau, Banca Catalana...
    Es cierto que desde hace unos años todo es "NO" desde Madrid. Y también es cierto, para mí, que los dirigentes engañaron a la población catalana engatusándolos con el referéndum y la DUI. Y aquí se pasaron. Hicieron una fuerte presión a la hora de votar e impidieron a la autoridad ejercer sus funciones (a "los españoles"). El juicio ha sido impecable y la sentencia dura, pero sabían a qué se exponían. Quien debe pagar lo mismo y más es Puigdemont.
    Si hubiese gobierno de izquierdas podría pensarse en el indulto no pasando muchos años... pero si gobiernan las derechas... vendrá el 155 y el retroceso de la autonomía (y no solo de la catalana)
    En cuanto a la violencia de estos días, principalmente en Barcelona, ha sido terrible, cruel, odio manifiesto. En esta situación Torra no debería durar ni un día más en la presidencia y me sorprende que ERC no haya puesto punto final. Al menos mossos y policía han ido al unísono.
    En cuanto a la convocatoria de elecciones... todos, todos van "a lo suyo", captar votos. Más, los versátiles Casado y Rivera. Pero también los demás.
    Como comentabas sobre el artículo de Évole en La Vanguardia... malos tiempos nos esperan.
    Para mí tiene que prepararse el terreno para un referéndum, pero tras la información, debates, etc. adecuados. Y con una TV3 abierta.
    Un abrazo.

    Pepe

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  11. Juan Antonio,
    No sé como aún te quedan fuerzas para escribir artículos. Sinceramente siento una gran tristeza por todo lo que está pasando. Te Comprendo. Este tema aquí no lo puedo hablar con casi nadie. No os entienden.
    En el 74 cuando nosotros estuvimos viviendo en Girona, tres años, este tema ya estaba presente allí, pero en silencio. Nos enamoramos de Cataluña.
    No sé decirte más. Lo que quisiera es que todo se arreglara con diálogo y acabara pronto.
    Un fuerte abrazo

    MARIBEL

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  12. Muy bien, te felicito, espero que después de que salga a la luz pública tengas más amigos que enemigos, eres muy valiente. Dos observaciones cum laude, la primera, tu referencia a Arran (para mi, excesivamente radicales), la encuentro muy acertada, y, la segunda, tu final con mención específica a la "ciclogénesis explosiva". Eres una muy buena máquina de edición.

    Buenos días.

    Ramon

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  13. Em sembla que l'anàlisi que en fas és molt correcte i que expresses molt bé la complexitat de la situació.
    Gràcies per compartir-ho.
    Joana

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  14. Siento el retraso en contestar, pero he estado de viaje y desconectado.
    Lamento esta vez no estar de acuerdo con tu escrito.
    Un abrazo.
    Jaime

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  15. Querido Juan Antonio,
    ¿A que llaman los independentistas catalanes el pueblo de Cataluña? ¿A los 7.489.000 personas de Cataluña?

    Si yo fuera Gobierno, no permitiría ni a un solo policía de cualquier tipo que estuviera en la calle. Y después que rompan lo que quieran y les de la gana.También organizaría un referéndum con voto obligatorio, para todos los ciudadanos , como hacen en Argentina , incluidas las `personas de más de 70 años que no están obligados.

    Tu artículo como siempre muy bién escrito.

    Mirta

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Gracias por tus comentarios.