sábado, 2 de noviembre de 2019

¿Es España una verdadera Democracia?



Es indudable que, desde hace unos años, existe un problema político en la relación existente entre Cataluña y España. Y es incuestionable que, de alguna manera, por un mecanismo u otro de los contemplados en las Normas jurídicas del Estado, tendrá que solucionarse si queremos evitar que se enquiste aún más en el tiempo y llegue un momento en el que el desencuentro sea tan profundo que no admita más que una solución emocionalmente trágica para ambas partes.

En estos pasados días, las manifestaciones de rechazo a la Sentencia del “Procés” y, en consecuencia, a favor de la libertad de los presos encausados, han recorrido pacíficamente las principales ciudades de Cataluña. Unas manifestaciones que han culminado con unas “Marchas por la libertad", secundadas por más de medio millón personas procedentes de diferentes puntos y ciudades catalanas. Y que, en un clima pacífico y sin incidentes, confluyeron el sábado 19 en Barcelona, tres días después de iniciar su camino, para unirse a la Huelga General programada para paralizar el país.

Obviamente, no dejo al margen, al grupo de radicales que, una vez finalizadas las reiteradas manifestaciones pacíficas, se han dedicado a sembrar el caos. Y han producido actos vandálicos contra el mobiliario urbano en todas las principales ciudades catalanes y muy especialmente en Barcelona. Y esto ha sido una novedad; pues no había ocurrido nunca en nueve años de protestas. Han sido hechos espectaculares, escandalosos y muy mediáticos; pero minoritarios. Noches de barricadas provocadas por gente muy joven, estudiantes y millennials, enfrentándose a la policía con tácticas muy bien diseñadas de guerrilla urbana, que todos debemos condenar con contundencia.

También, durante todos estos días, miembros del Gobierno de la Generalitat, políticos de diversos partidos políticos, la mayoría de los medios de comunicación social audiovisuales de Cataluña, una gran parte de la prensa catalana, algunos otros medios del resto de Estado y los “mass media” catalanes, como vehículos de expresión y creadores de opinión pública, han cuestionado he insistido, en mayor o menor medida, en resaltar que España no es, como Estado, una Democracia homologable a las del resto de Europa. Obviamente, no seré yo quien afirme o niegue semejante disyuntiva.

En este contexto, con la finalidad de intentar aclarar la cuestión, conviene, en primer lugar, definir el concepto de “Democracia”. Las definiciones son variadas. Según la RAE, es la forma de gobierno en la que el poder político es ejercido por los ciudadanos. En su segunda acepción nos dice que es la Doctrina política según la cual la soberanía reside en el pueblo, que ejerce el poder directamente o por medio de representantes. En el Diccionario Jurídico se la define como la Doctrina política en favor del sistema de gobierno en que el pueblo ejerce la soberanía mediante la elección libre de sus dirigentes. Y, en sentido estricto de UE, la Democracia es una forma de organización del Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes.

Dicho esto, es relevante y admite también exponerlo con claridad, que la organización no gubernamental con sede en Washington, Freedom House, que se describe como “una voz clara para la democracia y libertad por el mundo.”, en su informe Freedom in the World, otorga a España una puntuación de 94 sobre 100. Otra organización como Varieties of Democracy, compuesta por un equipo de 30 científicos sociales de todos los continentes y cuyo propósito es producir indicadores sobre las democracias a nivel mundial, en su Liberal Democracy Index puntúa a España con 0,74 sobre 1. Por su parte, The Economist que, como es sabido, es una publicación inglesa que aborda la actualidad de las relaciones internacionales y de la economía desde un marco global, considera y evalúa a España en su sección Countries and Regions, como “full democracy” y la sitúa en la posición 19, con una puntuación de 8,08 sobre 10.

Citado lo expuesto en el párrafo precedente y con el objetivo de aportar algo más de luz a la cuestión que nos ocupa, me parece importante mencionar algunos datos que pueden servir de análisis comparativo con otras democracias europeas de nuestro entorno fuertemente asentadas. Y son los siguientes: Que el demócrata Reino Unido, suspendió cuatro veces la Autonomía del Ulster. La primera vez en febrero de 2000, durante tres meses, por el entonces ministro Peter Mandelson. Y por cuarta y última vez, en octubre de 2002 y hasta el 2007, siendo Primer Ministro Tony Blair. Que  tras la Guerra de la Independencia Irlandesa, que se libró entre 1919 y 1922, El Reino Unido ocupó el Ulster y se negó a cederlo a Irlanda basándose en la mayoría protestante de sus habitantes. Que se critica y, quizás, con razón, que no existe una verdadera independencia entre el Poder Judicial y el Poder Político, ya que El Consejo General del Poder Judicial , compuesto por 20 miembros, llamados vocales, son elegidos por las Cortes Generales (Congreso y Senado) y nombrados por el Rey, entre jueces y juristas de reconocida competencia; ues bien, en Alemania, una “Verdadera Democracia”, los Jueces, son elegidos a dedo por los partidos políticos, que se los reparten. Que siguiendo con Alemania, es bueno aclarar que, El Tribunal Constitucional de dicho país, en el 2017, negó a Baviera un referéndum independentista. El dictamen judicial advirtió de que la Ley Fundamental Alemana impide a los “Lländers” separarse de Alemania. Que Holanda, el pasado año, suspendió la Autonomía de isla de Curazao que quería independizarse y la decisión, tomada por el gobierno del primer ministro, se apoyó en los artículos 43 y 51 del Estatuto holandés, que facultan al Ejecutivo central con la competencia de disolver Parlamentos regionales y convocar elecciones. Que en la democrática y avanzada Monarquía Belga, El Rey nombra a los Jueces y también nombra y revoca los nombramientos de los fiscales ante los órganos correspondientes. Que en Francia la única lengua oficial es el francés, ninguna lengua regional es co-oficial. Que solo hay 3 países de los 193 reconocidos por la ONU que contemplan en su Constitución la secesión y son: Liechtenstein, Etiopía y el Estado Federal insular caribeño, denominado San Cristóbal y Nieves. Que la Carta Magna de las dos Repúblicas españolas proclamaban claramente la indivisibilidad de España. Que Alemania, Francia y Portugal, entre otros países, o no permiten en sus Constituciones los partidos regionalistas, o si los permiten es únicamente mientras no amenacen la unidad nacional. Que Francia imposibilita poder modificar la Constitución, ni por mayoría ni por nada, para permitir una secesión. Que siendo Alemania un sistema federal, concede menos competencias a sus correspondientes Länders que España a las Autonomías. Que Italia es indivisible, y se quitará del cargo a todo Presidente Regional que realice actos contrarios a la Constitución.

Estos anteriores ejemplos que he puesto, para muchos lectores, probablemente, serán objeto de polémica. Y es que en el día a día, pasamos gran parte de nuestro tiempo discutiendo. Intentando, mediante la palabra y acciones, convencer a los demás de nuestra verdad. Es la realidad de nuestra vida cotidiana. En este sentido, consideramos que el problema es el desacuerdo, la discrepancia, y, en cambio, el conflicto es vida, es una dialéctica sobre distintas y opuestas maneras y actitudes de ver la realidad e intentar influenciarla.

Como nos dejó dicho Winston Churchill: “La democracia es la necesidad de doblegarse de vez en cuando a las opiniones de los demás”. Así pues, aunque conseguir un pensamiento libre en la sociedad actual es difícil, porque la democracia está pervertida y secuestrada por el capitalismo más salvaje, espero que cada uno pueda juzgar, según su libre opinión, si España es o no una verdadera democracia.



11 comentarios:

  1. Tu artículo, impresionante. Muy documentado y al lerlo, me he dado cuenta de que a parte de lo que describes de Irlanda, que en su mayoría desconocía, los ejemplos del resto de países, aunque tenía conocimiento de ellos,ahora, expuestos así, todos juntos en un mismo articulo, me levanto y grito a los cuatro vientos: "Soy español y orgulloso de serlo. Por ello, creo que mi país es, como mínimo, igual de democrático que el resto de los países europeos. Creo que éste te lo publican hasta en la hoja parroquial del pueblo de Puigdemont , excelente trabajo,

    Santiago


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  2. Has escrito un artículo muy bien estructurado y mejor argumentado.
    Yo ya no dudaba de que vivía en un país tan democrático como cualquier otro de mi entorno y tu artículo me lo corrobora. Gracias.
    Un abrazo
    Merche

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  3. En primer lugar, agradecerte la lección de Historia Política que das en tu artículo, ya que de algunos episodios, no tenía conocimiento.
    Estoy de acuerdo contigo en la primera parte del mismo, pues siempre condenaré el vandalismo; sobre todo, como medio para intentar conseguir algo.
    En cuanto a lo referente a los medios de comunicación, es verdad que cada uno arrima el ascua a su sardina.
    Yo tampoco estoy capacitada y sobre todo, menos que tú, para afirmar o negar semejante disyuntiva.
    Si hacemos caso de la definición de Democracia que hace la Real Academia Española, aquí, siempre he tenido mis dudas, porqué no sé si en realidad la Constitución Española, se gestó en plena libertad y con los auténticos criterios y deseos del pueblo y para el pueblo o estuvo muy influenciada y limitada por los diferentes poderes fácticos y por tanto, es normal, que muchos dudemos.
    Después de 40 años, no estoy de acuerdo en que sea algo inamovible, por mucho que algunas democracias, lo consideren así.
    No sé los demás Estados, pero el nuestro, según mi opinión, necesita de políticos de alto nivel intelectual, empatía y visión de la realidad, que sean capaces de sentarse y dialogar, para resolver problemas "POLITICOS", porqué de esta manera, pondrían en valor nuestra "Democracia" y demostrarían, si es verdadera o no. Creo que así, tendría un punto muy importante a favor de "ELLA".

    Un abrazo

    Magda

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  4. Mi querido amigo, muy buen artículo, creo.

    Dos puntualizaciones, en los primeros párrafos, hay, desde mi punto de vista, verdades a medias. Los disturbios, no eran de cuatro, sino orquestados por parte de los que pensaban que cuanto más ruido mejor, aplaudidos y jaleados y eran muchos, han jugado con las hormonas de adolescentes y la rabia de los Ninis. ! Una pena, ¡empujad, empujad…!!!!!!!!
    Por otro lado, si he comprendido bien y no me ha traicionado mi subconsciente, la segunda parte me ha parecido muy trabajada y francamente acertada, la explicación, lástima que no la lean los que piensan de forma tan opuesta a tu tesis. Eso es lo que tenían que hacer los políticos, explicar y fundamentar sus afirmaciones.

    Carmen

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  5. Me parece uno de los mejores artículos que de tu mano hayas escrito. Estoy muy de acuerdo con todo.
    Y me congratulo ver lo mucho que has buscado para fundamentarlo.
    Te felicito.

    Un abrazo.

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  6. Felicidades. Yo creo que el problema de España es la transición, centrarse en si es un país demócrata o no elude lo que es fundamental: Quería España recuperar la República o ya le iba bien la monarquía constitucional continuadora del franquismo? Mucha gente voto que si a la Constitución del 78, yo fui uno de ellos, porque entendía que era un texto temporal fruto de las presiones militares y del viejo tardofranquismo, como no se quería una ruptura con violencia, sino poco a poco y vía parlamentaria se aprobó aquella carta magna que ahora se ha vuelto definitiva e inmutable. Con ello la policía y el poder judicial han continuado con los esquemas anteriores porque no ha habido un punto y aparte como, por ejemplo, pasó en Portugal con la revolución de los claveles que lo primero que se hizo fue cambiar de arriba a bajo la policía y la justicia, aquí en las comisarías de policía todavía siguen las fichas de los antifranquistas.
    Este es para mi la cuestión en España y la democracia o no del Estado español depende de esta no ruptura con el franquismo.

    Saludos.

    Ramon Morell

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  7. Un placer leer tus artículos, no solo por su contenido, sino también por toda la información que aportas para poder hacer un análisis sobre la situación y tener un criterio basado en datos y no unicamente en sentimientos.
    Con los datos que facilitas de diferentes organismos, podemos decir que vivimos en un país democrático, seguramente con fallos que se tendrían que corregir, pero ese es el trabajo de los legisladores y de los representantes políticos elegidos por el pueblo sería estudiar los fallos existentes y legislar las leyes pertinentes para una convivencia pacífica del país.
    Lo que no se puede demorar por más tiempo es, que los representantes políticos se pongan a dialogar y buscar soluciones para un problema que cada vez tiene más difícil solución.
    Espero que te publiquen este fantástico artículo para que tenga la máxima difusión y llegue a gran número de lectores.
    Gracias por compartirlo.
    Un fuerte abrazo
    Ana

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  8. Muy bien escrito, como siempre, y muy bien documentados con los ejemplos.
    Si España no es una democracia, yo soy la reina de Inglaterra, y si alguien piensa que no lo es sería un agravio, un insulto, para los pobres y numerosos países que se dicen democráticos y son verdaderas dictaduras, como Rusia y Turquía por nombrar solo dos ejemplos de la interminable lista.
    Mirta

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  9. Hola, Juan Antonio.
    Igual que te dije una cosa, te digo ahora la contraria. Me parece un gran artículo, bien urdido y sobre todo poniendo unos hechos a continuación de otros de modo que entre todos construyan significado. Genial.
    Un abrazo.
    Jaime

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  10. Buenos dias tío. Gran articulo y muy reflexivo....,esperemos que alguien coja recorte.

    Un beso

    Nacho

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  11. Hola Juan Antonio.
    Gracias por escribir. No hablas solo, cada vez en el blog recibes mayor número de comentarios y somos muchos a los que aportas necesaria luz en estos tiempos.
    Aunque no estoy cualificado para opinar sobre el fondo del asunto, me quedo con la frase de Winston Churchill.
    Solo puedo decir al respecto, lo siguiente:
    •Que sin convivencia pacífica entre los ciudadanos no hay verdadera democracia.
    •Que sin diálogo posible entre aquéllos que piensan diferente, no hay verdadera democracia.
    •Que si justicia y cárcel toman el lugar de la política para solucionar problemas, no hay verdadera democracia.

    Un abrazo.
    Miguel Ángel.

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Gracias por tus comentarios.