Las palabras son unidades lingüísticas dotadas de forma y significado. No transmiten un argumento; antes bien, describen muchos por sí mismas. Y es que las palabras son las herramientas que dan fortaleza y estabilidad al sistema del lenguaje. Pero, de igual forma, pueden convertirse, y de hecho así ocurre, en el arma mortal que lo derribe. Sobre todo, en una época como la actual en la que los ciudadanos más jóvenes se han visto fortalecidos para hablar como quieran y a quien quieran sin licencias, concesiones ni permisos.
Y es que hay palabras que semejan vivir en otro mundo. Uno distante y alejado del tiempo cotidiano al que han llegado cargadas de matices y de modas. Son como escaparates sin cristales, sin marcos ni maniquíes. Unas letras, un espacio nada más en la expresión y habla de un idioma. Un agujero en la secreta intimidad de una frase. Son vocablos que han surgido en las redes sociales, en los medios de comunicación y que circulan por las calles de ciudades y de pueblos sin saber muy bien por qué ni desde cuándo. Palabras que precisan, resuelven y explican bien el no-lenguaje. Eso ocurre ahora con algunas como random, mainstream, crush o stalkear, por citar varias del glosario de vocablos, voces o expresiones que utilizan los millennials. Y es que cada generación tiene su jerga y ellos, adaptan y otorgan nuevos significados a palabras reales o inventadas.
Las palabras están hechas de polvo de
galaxias, de fuego eterno, de hierro duro. No tienen destino ni caducidad,
porque no dependen ni del espacio ni del tiempo. El mismo universo está lleno
de palabras que suenan como un tintineo de campanas, en ese concierto sinfónico
sin partitura definida. Y es que las
palabras son la clave de todo, son la configuración acústica de las ideas,
tienen música dentro y con ellas se labra el aire. Y, a pesar de todo ello, hay
palabras que mueren, que se oxidan o que se deprecian a fuerza de utilizarlas en
vano; sobre todo, si se usan fuera de contexto. Tal vez por eso, cada vez que
escribo, escojo aquellas que considero que se ajustan más al concepto que
quiero expresar; aunque, no siempre lo consigo.
La Mañana 15.03.2021
No existen evidencias
concretas que indiquen cómo, por qué, cuándo y dónde el Homo Sapiens comenzó a utilizar un lenguaje. Aunque sí hay teorías
que sitúan el origen de su andadura hace unos 50.000 años, en algún rincón de África,
con varias palabras sueltas. Desde entonces,
el lenguaje ha ido evolucionando, adaptándose y creciendo
a medida que creamos las palabras. Y, de hecho, es asombroso el notable torrente de
palabras que hoy en día, desde la mañana a la noche, vertimos las personas
formando una tejida selva, compleja y enmarañada en la que uno debe despejar el
camino a machetazos para no perecer asfixiado. Pues, las palabras, son
vibraciones del aire que se originan en diversas partes del cuerpo de quien las
pronuncia y, a veces, nos ahogan.
Las palabras son como los seres vivos, nacen, se reproducen y mueren y algunas hasta resucitan. Es decir, no llegan a nuestra lengua completamente formadas ni en su estado final. A este respecto, hay palabras que me enseñaron en la escuela, como almiar, várgano o beldad, que hoy día están obsoletas porque apenas nos sirven para nada. Otras, se acumulan en forma de sedimentos y de pronto un movimiento modernista las vuelve a situar nuevamente en candelero; eso ocurre ahora con algunas como procrastinar o resiliencia, por citar algún ejemplo. Hay, también, palabras que se encierran en sí mismas, retroceden o se niegan, porque poseen excesivo significado para nuestros oídos, cansados de palabras. Y, algunas otras, a las que yo llamo las fantasmas, son los duendes de un indeleble y sutil lirismo que, sin leerse, circulan entre líneas y poseen vida propia. Son esos silencios que aparecen de vez en cuando en mis escritos. Unos silencios que están llenos de mensajes y en los que busco los matices de todas las noches de un día. Con ellos, persigo y voy al encuentro de esas figuras literarias que vengan a llenar el vacío de las palabras; aunque tampoco siempre lo consigo. Quizá, porque conforme avanzan los años, la vida de uno se va convirtiendo, también, en un montón de palabras desfasadas. Y es que la vida no deja de ser más que la ficción de una realidad que articula el pensamiento a través de las palabras.
La temática de tu escrito, avanza por caminos antropologicos. Como los son el origen de las palabras y los silencios que conforman el habla y la comunicación que con las mismas se genera. La lingüística y su uso histórico evoucionan al un unísono con las sociedades que las utilizan y de nada vale la vida que vivimos si no somos capaces de intentar comprenderla. Y, en este sentido, tu articulo también colabora a este conocimiento por lo que me parece bién concebido y mejor desarrollado.
ResponderEliminarUn saludo.
Jordi
Leyendo tu artículo, se me ha ocurrido hacer este juego de "palabras": Las mutaciones de las palabras que se escapan al sistema hablado surgen en el vocabulario, aunque rara vez se trasmiten a otros. Pero ojo cuando lo hacen.
ResponderEliminarEn este sentido, aunque no han sufrido mutaciones, estas tres palabras que transmites acabo de recogerlas en mi vocabulario: almiar, várgano y beldad, para aprender a emplearlas en adelante.
Un abrazo, cuídate y salud
Miguel Ángel
Entre los milenials y los influencers y otros cortos de mollera,estamos bien servidos.¡Bravo por tu artículo!
ResponderEliminarRafael
Dicen que la RAE tiene que actualizarse, al igual que el Instituto de Estudios Catalanes; pero, francamente da pena ver las nuevas entradas que han añadido, así como los acentos que han eliminado....Serán los años, como dices, que nos hacen ver las cosas desde otra perspectiva..
ResponderEliminarMagda
Brillante el artículo, me ha gustado.
ResponderEliminarManuel
Algunas palabras "nuevas" no son más que una muestra del dominio de la cultura anglosajona. Es triste que se hayan descartado palabras que equivalen a procrastinar: posponer, postergar... O resiliencia: entereza, capacidad de sobreponerse a las adversidades...
ResponderEliminarTambién depende de nosotros incorporarlas al lenguaje. Yo no lo haré El artículo me ha gustado y me ha dado qué pensar.
Elena
¡Enhorabuena!. Muy bueno.
ResponderEliminarHelena
Buenas tardes Juan Antonio,
ResponderEliminarTu entresijo de palabras y frases... me ha parecido una buena explicacion de los tiempos que corren. En verdad , cada día hablamos peor y con menor lèxico!!!; al menos en Cataluña. Yo disfruto muchisimo cuando viajo a las antiguas castillas, tanto la "nueva" comno la "vieja", por la riqueza de palabra que en ellas se utilizan.
Un abrazo
Muy bien. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarEva Mangues
Muy bueno, aunque tienes que completarlo con una reflexión sobre el silencio.
ResponderEliminarAntonio
Muy bueno !!!
ResponderEliminarMª Paz
¡Bravo! Magnífico artículo.
ResponderEliminarAntonio
Muy buen artículo.
ResponderEliminarPepa
Me gusta, se nota que te gusta la lectura y, sobre todo, te gusta escribir o tal vez, tendría que utilizar la palabra « juntar ». El texto es de una belleza igual a los campos llenos de frutales de Lleida, con todos sus brotes en flor y, en algún momento « en los que busco los matices de todas las noches de un día »,es como esos cuerpos entrelazados, llenos de lujuria y excitación en una orgía de palabras. Gracias
ResponderEliminarSantiago
Buenas noches Juan Antonio, este último artículo es el más filosófico que te he leído. Leyéndolo he aprendido palabras en castellano no conocidas y los neologismos que, si los habia visto escritos, no tenía ni idea del significado.
ResponderEliminarEncarna.
Desfasados "ellos", los que hablan con los dedos (de los pies parece..)
ResponderEliminarAndreu
Buenas noches Juan Antonio, las palabras son como seres vivos que nacen, se reproducen y mueren pero la pobre escritura...
ResponderEliminarEl artículo me parece muy bien.
Paquita Domingo.
¡Hola!. Me ha gustado mucho. Y me gusta la comparación entre las palabras y los seres vivos. Es un artículo de gran calidad literaria y muy profundo.
ResponderEliminarDominique
Buenas noches. Me parece brillante la última frase que has escrito en tu artículo de "Palabras, solo palabras".
ResponderEliminarUn abrazo
Pilar
Muy buen artículo. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarJosé Mª
Cuando estás en tu salsa es cuando te salen mejor los artículos, al menos para mi gusto, primero porque son muy originales, para el lector son del todo novedosos y, segundo, porque salen a relucir tus conocimientos, lo que aprendiste en el Instituto y en la Universidad.
ResponderEliminarRamon Morell
He leído el artículo que te acaban de publicar. Me sorprende tu capacidad para esta tarea y decirte que normalmente siempre comparto tus ideas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Laureano Yubero
¡Hola!
ResponderEliminarTu artículo es una inmersión en el devenir de las palabras. Interesante reflexión sobre la vida y la persistencia de algunas palabras, el olvido de otras y las nuevas incorporaciones.
Un abrazo para y sigue escribiendo.
Pilar
¡Excelente artículo, Juan Antonio! Me ha gustado mucho. Una buena reflexión sobre el lenguaje impresa de lirismo.
ResponderEliminarLa última frase me gusta particularmente : "Y es que la vida no deja de ser más que la ficción de una realidad que articula el pensamiento a través de las palabras"
Un abrazo
Juan Carlos
Magnífico tu artículo que nos lleva a las profundidades del ser humano capaz de crear palabras, de olvidarlas, de recuperarlas, de herir y matar con ellas, de contraponer el significado de mañana al de ayer. Tendré que leerlo más veces porque veo que es muy rico en pensamiento, en imágenes, en descripciones. ¡Qué pena de esos "primeros" hombres sin palabras, miles de años con ruidos o sonidos guturales y gritos, pero entendiéndose, pero ayudándose, amándose, procreando, protegiendo a la prole y a la tribu, quejándose o tal vez maldiciendo al cielo, de la tormenta, de la nieve o del sol abrasador... Y "un buen día" creó el habla, el lenguaje, los idiomas de los que solo en la India creo que hay veintitantos oficiales. Maravilla del ser humano que con frecuencia crea, expresa, orienta, ayuda; y, con frecuencia también, destroza el idioma, lo usa para mentir, para agredir, para incitar al crimen. Tributo debemos a los buenos hablantes y escritores y científicos. Y a ti te veo entre ellos.
ResponderEliminarUn abrazo
Pepe
Bon dia,
ResponderEliminarM'ha agradat molt el teu article. És molt simbòlic i m'ha fet pensar en la complexitat i bellesa del llenguatge i en com admiro la poesia com a ficció de la realitat i com a simbolisme del que pensem i sentim. És un article poètic!! Triar les paraules adequades que ens permeten escriure és difícil i tot un art! El que m'ha fet sentir aquest article. De nou, felicitats.
Joana
Algunas frases de tu artículo sobre las palabras son para enmarcar!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Rosa
Buenas noches. He leído el artículo y la verdad es que no se puede explicar mejor..
ResponderEliminarUn abrazo
Ángeles
Me ha gustado mucho. Tal vez te perjudique el tener que adaptarte a un número cerrado de caracteres, pero este artículo debería ser más largo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jaime
Acabo de leer tu artículo sobre las palabras. Tal como dices, las palabras aisladas no son nada. Son ese polvo de galaxia del que hablas. Es la sistematización lo que les da sentido. Ya sabes que fue Saussure quien en su libro,- bueno, y de sus alumnos ya que fueron ellos quienes recopilaron sus lecciones-, Curso de Lingüística establece los conceptos de lenguaje, lengua y habla. La lengua es el producto social; el lenguaje, el proceso social y el habla la realización concreta. Yo creo, por lo que dices que lo que va variando es la lengua, el proceso social que se manifiesta en el habla. Estos dos últimos conceptos se necesitan mutuamente porque si la lengua es necesaria para que el habla se produzca, el habla es imprescindible para que ésta se materialice.
ResponderEliminarTambién fue Saussure el que definió la expresión "espíritu de campanario" a la tendencia del lenguaje a dar la misma solución lingüística a los mismos problemas de comunicación. Para una generación como la nuestra que ha transitado por la historia de una manera más pausada, era menos evidente esa evolución del habla-.ya no hablamos de las distintas jergas, que es otra cuestión- Este espíritu fue duradero en otros tiempos porque los contactos entre diferentes culturas era más difícil de establecer.
Actualmente, la globalización ha favorecido ese contacto y nos ha llevado a ese habla mestiza, a pesar de que el lenguaje, que es el que marque las norma, haya variado mínimamente. También te he de de decir que no sé si es por desconocimiento o si es por esnobismo se oyen formas de hablar rayanas en la más absoluta estulticia.
En fin, hablando de esto, creo que estoy más cerca del espíritu de campanario que de la globalización.
Besos
Merche
Gran articulo “Palabras, solo palabras“. Me ha inspirado a considerar las palabras como herramoientas del lenguaje.
ResponderEliminarAgus
¡Hola! J.A.
ResponderEliminarPara mí, es bastante novedoso parte de lo que expresas en tu, como casi siempre, fantástico artículo. Mis conocimientos sobre historia gramatical, no dan para tanto; pero, si es verdad que he observado, sobre todo en el lenguaje juvenil, palabras que no entiendo o no sé interpretar, así como otras que la Real Academia ha incorporado recientemente.
Indudablemente yo, que soy de la Castilla profunda, reconozco que se ha perdido riqueza de vocabulario y de expresión. Y creo que, en este hecho, las nuevas tecnologías con sus redes de comunicación, tienen mucho que ver.
Admiro y agradezco muchísimo tus conocimientos y la forma de expresarlos, de manera que enriqueces a los demás. Por otra parte sabes bien, que en lo que a palabras y articulación se refiere, sería capaz de darlo todo, para que más de un ser, incluso con este vocabulario extraño producto de la globalización, gozara de poder hacerlo y no se quedaran perdidas y o atascadas en su cerebro, sin poder fluir.
Un abrazo
Magda D.
Resiliencia, esto suena mucho en la Escuela de Policia, de Mollet del Vallès...Es una de las trescientas cualidades que noa piden
ResponderEliminar¡Buen artículo! Juan Antonio.
Albert
¡Hola!, Juan Antonio.
ResponderEliminarHan pasado unos días desde que te publicaron tu artículo " Palabras, solo palabras" que me ha parecido magnífico.
El análisis describe con gran acierto la evolución y el gran significado de las palabras y como al usarlas pueden construir o destruir según se usen. La reflexión que haces al final del artículo sobre las palabras "fantasmas y los silencios " me ha parecido muy interesante y da mucho que pensar.
Un abrazo.
Anna
¡Hola! Juan, totalmente de acuerdo con que es obvio que las palabras cambian y la práctica y la costumbre las van adaptando.
ResponderEliminarAlgunas me parecen degeneraciones de nuestra rica lengua española que no había escuchado antes: presencialidad,terrificante , evitación , contagiosidad, conversatorio,inmunización. Para mi verdaderos barbarismos todos de la tele.
Feliz primavera.
Mirta
Buenas noches, el artículo de La Mañana es estupendo. Creo sinceramente que el idioma español tiende a desaparecer en unos años. Ahora todo está mezclado con el inglés. El otro día viendo la televisión, salieron unas palabras, que, por cierto, no están en el diccionario de la Real Academia; así que ¿dónde buscarlas? En este contexto, ayer, una vecina, a laque se le casa un hijo, subió a decirnos que estamos invitados a la boda. Pues bien su marido fue a probarse un traje y ya no es un sastre quien se lo hace, sino un “fashion manager” que es como se llama ahora. Sin palabras.
ResponderEliminarAlberto Arias