Cataluña siempre ha sido importante dentro del conjunto del Estado español. Lo sigue siendo, tanto en el plano político como en el económico que tanto se debate en estos días. En este último sentido, la Constitución Española, desde su promulgación, estableció un marco legal para la organización territorial del país y reconoció la existencia de dos sistemas financieros en España. Por un lado, las Comunidades Autónomas que tienen competencias en áreas como educación, sanidad, cultura y alguna otra más, que poseen su propio sistema de financiación en el que se incluyen impuestos y transferencias del Estado central. Y, por otra parte, las Comunidades Forales, que son, como todo el mundo conoce, Navarra y el País Vasco, que tienen un sistema financiero especial basado en sus propios regímenes fiscales y de recaudación de impuestos. Es decir, desde su nacimiento, se dejó cojo el sistema financiero del Estado al reconocer dos regímenes o procedimientos diferentes. Es por ello que, reformar esa asimetría y/o conceder a Cataluña una determinada “singularidad”, es y se convierte en una tarea muy complicada. En todo caso, lo que parece evidente, a mi modo de ver, es que la financiación de las Comunidades y Ciudades Autónomas debería negociarse entre todas las comunidades y en el seno del Parlamento del Estado; puesto que España es diversa, sí; pero los ciudadanos se supone que somos iguales, vivamos donde vivamos.
Indudablemente, el tema es complejo. Cataluña aporta mucho al Estado y por ello, se infiere que debe percibir, en justicia, más de lo que actualmente recibe. Parece razonable. No obstante, siguiendo con esta premisa, cabría considerar que los ciudadanos que más aportan por su renta a las arcas públicas, deberían obtener más recursos que otros en determinadas cuestiones; como, por ejemplo, una mejor Sanidad, Educación, Dependencia, Transporte Público etc. Sin embargo, eso no se hace, pues sería un disparate. En este aspecto, extrapolando la cuestión, podríamos decir que la financiación autonómica es como una tarta, y si alguien se lleva más, llamémosle “singularidad”, a los otros les queda menos para repartir. Creo que es así de fácil. Hacienda es un juego de suma cero y, por consiguiente, parece que no hay soluciones del tipo de sacar un conejo de la chistera. Por lo tanto, si se cambia una Norma que ayude a un lado, le afectará ineludiblemente al otro. ¿Que la Norma actual NO es justa? Estoy convencido. ¿Qué se puede hacer entonces…? En este sentido, teniendo escasos conocimientos económicos, me he molestado en acceder a la Oficina Virtual para la Coordinación Financiera con las Comunidades Autónomas, en la que he encontrado abundantes datos sobre la financiación, normativa y otros aspectos relacionados con las CC.AA. en España. Y, además, me he leído la Ley 22/2009, que establece el sistema de financiación de las CC.AA. y Ciudades con Estatuto de Autonomía.
En consecuencia, con la citada información y aún siendo consciente de poder cometer errores de interpretación, me atrevo a opinar, grosso modo, lo siguiente. Una posible solución, tal vez, sería trasladar el modelo de Cupo al resto de Comunidades Autónomas que no lo tienen. Y para ello, el Estado cedería a las Comunidades Autónomas de Régimen Común la totalidad de los ingresos tributarios obtenidos en su territorio por los impuestos similares que hoy están concertados con Euskadi y Navarra; es decir, IRPF, Sociedades, IVA, etc. De esta manera se pasaría, de la situación actual de responsabilidad tributaria limitada de las quince CC.AA., a la de plena responsabilidad tributaria que, a día de hoy, tienen reconocida solamente las cuatro Haciendas Forales de País Vasco y Navarra. Seguidamente, habría que extender la metodología de Cupo a las quince Comunidades Autónomas. Para lo cual, siguiendo la actual metodología concertada, se establecería un modelo de aportación al Estado basado en el peso del PIB de cada Comunidad Autónoma sobre el total Estatal. Y, a este respecto, la capitalidad, sería una competencia a pagar al Estado. Todo ello, se completaría con unos mecanismos transparentes y exigentes de solidaridad inter-territorial, contra proyectos aprobados, y siguiendo el criterio de ordinalidad. O sea, según el orden de preferencia que se establece para asignar recursos o competencias tributarias entre las distintas CC.AA. Por ejemplo, algunas CC.AA. pueden tener prioridad en la recaudación de ciertos impuestos o en la gestión de determinadas tasas, según su posición en la jerarquía de competencias. Este orden jerárquico se establece en función de la legislación y los acuerdos entre el Estado central y las comunidades autónomas.
Finalmente, en este supuesto teórico, cada Comunidad Autónoma contribuiría al sostenimiento de las cargas generales del Estado, de acuerdo con lo que supusiera su PIB sobre el conjunto del PIB del Estado español. Y, de esta forma, considero que quedaría absolutamente claro cuánto aporta cada Comunidad Autónoma a las cargas generales del Estado. Y, al mismo tiempo, reflejaría directamente cuál sería la ventaja que tendrían las Comunidades Autónomas de menor Renta per Cápita al pagar menos Cupo. Lo cual permitiría conocer el esfuerzo fiscal de cada Comunidad y su capacidad de gasto. No obstante, dicho todo esto, convendría no olvidar lo que nos dejó dicho el filósofo y economista británico John Stuart Mill y es que, “Ningún problema económico tiene una solución puramente económica”.
Muchas felicidades por tu artículo con un final maravilloso, la solución, evidentemente, no es solo económica. Solo dos pequeñas observaciones, en el cupo vasco lo que paga el País Vasco a Madrid es el coste de los servicios que la Administración Central tiene allí, o sea nada tiene que ver con PIB, con renta, con población, nin ninguna otra variable, sencillamente Madrid recupera lo que le ha costado los servicios que tiene ubicados en el País Vasco. La segunda cuestión que quería comentarte es que el concierto vasco no conlleva cuota de solidaridad con las otras Comunidades, es decir, que el País Vasco no colabora para nada con las otras Comunidades, de establecerse un cupo para la financiación de las 15 Comunidades de régimen común tendría que establecerse esta cuota de solidaridad interterritorial.
ResponderEliminarBuenas noches, un abrazo.
Ramón
Tu esfuerzo es encomiable. Es un camino que todos debiéramos seguir, sobre todos los opinadores y articulistas. Luego habría que considerar que los servicios a los que tenemos derecho todos los ciudadanos deberían llegar a esa España vaciada.
ResponderEliminarComplejo tema resumido en la ultima frase de tu texto
Gracias y enhorabuena.
Pepe
Muy bueno, lástima que nadie esté dispuesto a dejar la gallina de los huevos de oro y dar y repartir justamente lo que no le pertenece..... y muy poca personas se detienen a mirar ni obtener datos de su comunidad autónoma.
ResponderEliminarAnna Extremera
Muy bien. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices.
ResponderEliminarAntonio
Bien argumentado, pero esto tampoco va a convencer al resto de comunidades, y menos si Catalunya lo aceptara. Se tenia que haber aceptado, cuando se ofreció, el mismo sistema de País Vasco y Navarra, y Jordi Pujol no lo aceptó. Llegamos con un retraso histórico del que se hacen los longuis las otras comunidades. Además de cornudos, apaleados, hablando en plata. No sé como acabará, pero todo lo que se ha dado hasta ahora, ha sido a fondo perdido.
ResponderEliminarMagda Sellarés
Buenas noches. Como dices en tu último artículo publicado, "el tema es complejo". Y me quedo con la frase de John Stuart Mill: Ningún problema económico tiene una solución puramente económica.
ResponderEliminarEncarna
Un reto muy complicado. ¡Enhorabuena!, y duerme feliz.
ResponderEliminarPilar
Vaya por delante que no me siento capacitada para decirte si tu teoría, muy reflexionada, sería una solución para la totalidad de las Comunidades. Siempre habrá unas más respondonas que siempre piden: lo mismo que obtenga Catalunya.
ResponderEliminarDesde siempre a Catalunya le tocó aportar más, porque es rica, -decian-, lo cierto es que después de pagar económicamente lo estipulado por la "ley" las Comunidades beneficiarias, pasaban a ser más ricas y Catalunya se empobrecía un poco más a cada ejercicio.
Solo teníamos que salir de Catalunya para ver cómo habían mejorado hasta no reconocer las carreteras de otras Comunidades, por todo un sistema de autopistas, o autovías para ellos, ya que eran gratuitas en aquel entonces... Y las catalanas se quedaron tan obsoletas que daban vergüenza y rubor.
No sé si la mentalidad de los españoles, a día de hoy, está muy por la labor de cambiar nada, aunque sea para mejorar mucho... Eso sí que está claro, solo quieren cambiar de gobierno, por uno del PP y Vox. Así nos va a lucir el pelo a todos... Estúpidos !
Ya ves como tengo el ánimo para este futuro nuestro cada día más negro. No creo nada en esta sociedad y menos en la que viene.
Pili Obre
Buenos días J. Antonio: No puedo darte mi opinión porque es un tema que me supera,
ResponderEliminarUn abrazo.
Laureano Yubero
Bien razonado; pero muy difícil , tal como están las posturas, van todos contra todos.
ResponderEliminarCarmen
La financiación autonómica en España es un tema complejo y debatido. El sistema actual, vigente desde 2009, presenta diferencias significativas entre las comunidades autónomas en cuanto a los recursos financieros que reciben. Por ello, aunque tu propuesta está muy bien, creo que es difícil que se pongan de acuerdo.
ResponderEliminarGregorio Espejo
Es un tema muy complejo, como bien dices. El actual sistema de financiación arroja diferencias significativas de hasta 700 euros por habitante entre las autonomías mejor y peor financiadas. En este sentido,
ResponderEliminarCantabria es la región mejor parada, recibiendo 3.321 euros por habitante, mientras que la Comunidad Valenciana es la peor financiada con 2.618 euros por habitante. En promedio, cada región española recibió 2.833 euros por habitante en 2019, aunque cuatro comunidades autónomas están por debajo de esta cifra. Es por eso que Cataluña, como parte importante del Estado español, plantea un reto complejo en términos de financiación.
Isabel García
Lo dices muy claro: La Constitución Española reconoció dos sistemas financieros: uno para las Comunidades Autónomas y otro para las Comunidades Forales (Navarra y País Vasco). Por eso, reformar esta asimetría o conceder a Cataluña una “singularidad” es muy complicado.
ResponderEliminarAnabel Suárez
Buen artículo. No obstante yo creo que la financiación debería negociarse entre todas las comunidades y en el Parlamento del Estado, considerando la diversidad de España.
ResponderEliminarMª José Hermoso
Cataluña contribuye significativamente al Estado y, por tanto, podría justificarse una mayor financiación. Sin embargo, otorgar más recursos a quienes más aportan podría afectar la equidad en áreas como Sanidad y Educación, como dices. Buen análisis. Me ha gustado.
ResponderEliminarMaría Garganté
Está muy bien. Enhorabuena. Me ha gustado mucho lo que dices de que "La financiación autonómica se asemeja a una tarta: si alguien recibe más, otros tienen menos para repartir." Es cierto, por eso creo que cambiar las normas afecta a todos y no hay soluciones mágicas.
ResponderEliminarAgnés Boquet
Una opción podría ser extender el modelo de Cupo (utilizado en Euskadi y Navarra) a todas las Comunidades Autónomas.
ResponderEliminarJosep Martínez
En el artículo planteas una perspectiva interesante sobre la financiación autonómica en España. Abordas la complejidad de equilibrar las necesidades de las diferentes regiones y cómo el sistema actual puede generar desigualdades. La propuesta de extender el modelo de Cupo a todas las Comunidades Autónomas es una solución que merece un análisis más profundo. Considero, en general, que el tema es crucial para el desarrollo equitativo del país.
ResponderEliminarMontserrat Soto
Ofreces una perspectiva interesante sobre el sistema de financiación autonómica en España, destacando sus asimetrías y proponiendo posibles soluciones. El análisis que sigues pretende ser crítico y constructivo, evaluando los puntos fuertes y débiles del artículo, y aportando ideas adicionales para la reflexión. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarFrancesc Fernández
El artículo es muy bueno. Describes de forma clara la complejidad del sistema de financiación autonómica, con sus dos regímenes diferenciados (Régimen Común y Foral) y las tensiones que genera. Felicidades
ResponderEliminarIsabel Cañada
Buen análisis. Reconoces que España es un país diverso, con diferentes necesidades y realidades territoriales, lo que exige un sistema de financiación flexible y adaptable.
ResponderEliminarJoan Cambrá
Buen artículo. Propones una solución concreta para reformar el sistema, basada en la extensión del modelo de Cupo a todas las Comunidades Autónomas.
ResponderEliminarAntonio Giraldo
Muy bien. Muestras un esfuerzo por informarte sobre el tema, consultando fuentes oficiales como la Oficina Virtual para la Coordinación Financiera con las Comunidades Autónomas y la Ley 22/2009.
ResponderEliminarMe ha gustado también mucho la cita del filósofo y economista John Stuart Mill, que aporta una perspectiva más amplia sobre la naturaleza compleja de los problemas económicos.
Fermín García
El artículo está bien, pero no profundizas en la historia del sistema de financiación autonómica, lo que dificulta comprender su evolución y los factores que han contribuido a las asimetrías actuales.
ResponderEliminarAngel Callau
La propuesta de extender el modelo de Cupo la presentas como una solución que garantizaría la solidaridad entre las Comunidades Autónomas, sin abordar las diferentes interpretaciones y debates que existen en torno a este concepto.
ResponderEliminarMiquel Moreno
El análisis lo centras principalmente en los aspectos económicos de la financiación autonómica, sin tener en cuenta otros factores relevantes como la cultura, la lengua o la historia
ResponderEliminarMiquel Moreno
Es muy interesante tu artículo, así como el punto de vista que expones. Además, te has documentado, lo cual no es poco en estos tiempos en que las opiniones se elevan a la categoría de apotegmas.
ResponderEliminarLe veo bastante sentido.
Un abrazo.
Jaime
Muy bien. Ofreces una perspectiva interesante sobre el sistema de financiación autonómica en España, destacando sus asimetrías y proponiendo posibles soluciones. El análisis que sigues pretende ser crítico y constructivo, evaluando los puntos fuertes y débiles y aportando ideas adicionales para la reflexión.
ResponderEliminarRafael Aroca
En el artículo describes de forma clara la complejidad del sistema de financiación autonómica, con sus dos regímenes diferenciados (Régimen Común y Foral) y las tensiones que genera. Me ha parecido muy interesante.
ResponderEliminarMiguel Escalante
En el artículo reconoces que España es un país diverso, con diferentes necesidades y realidades territoriales, lo que exige un sistema de financiación flexible y adaptable. No todo el mundo lo tiene tan claro.
ResponderEliminarGloria Expósito
Propones una solución concreta para reformar el sistema, basada en la extensión del modelo de Cupo a todas las Comunidades Autónomas. Ojalá lo leyeran quienes pueden decidirlo.
ResponderEliminarJuan Lucas Diosdado
Hola Juan Antonio, gracias por este artículo tan interesante en el que atisbas una solución a un problema tan complejo.
ResponderEliminarEstá claro que has estudiado el tema y he decir que lo de la "plena responsabilidad tributaria" de las CCAA me parece una buena propuesta
Siempre que se entienda la acepción plena de la palabra responsabilidad:
- Obligación moral de alguien de responder de algo o de alguien, o de hacerse cargo de sus consecuencias.
- Obligación de alguien de reparar legalmente la falta o el delito cometidos por él o por otro.
Un abrazo y buen verano,
Miguel Ángel
Hola
ResponderEliminarM'ha agradat el teu article. No sé si alguns dels nostres polítics l'entendran X suposa treballar per fer transparents qüestions que ja va bé que no ho siguin.
El que sembla cert és que no és just per Catalunya des de fa molts i molts anys.
La frase final, genial!!
Abraçades
Joana
Juan Antonio, no tengo ni idea de si lo que propones es viable. Sé que en La Rioja no se podrían pagar las pensiones y lo mismo debe pasar en otras comunidades como Cantabria o Asturias. Porque si se traspasan todos los impuestos a las Comunidades, deberían pagar todos los gastos que generan sus habitantes. Lo que revertirían al Estado sería las cantidades necesarias para pagar los servicios que éste les prestase: Ejército,, Asuntos Exteriores...de acuerdo con su PIB.
ResponderEliminarCreo que actualmente es inviable para muchas autonomías. Por otra parte, me parece a mí, que el Estado se debería estructurar como un Estado Federal. No sé cómo está organizada la hacienda alemana. De todas las formas, bien cerca tienen distintos modelos para su estudio y aplicar el que mejor se adecuase a nuestra situación. Otra cosa bien distinta es la disposición de los partidos para afrontar un asunto tan peliagudo y de tanta envergadura. En nuestro país somos más de regate corto y que , a ser posible, dé rédito en las elecciones. Ahora bien, sin ir tan lejos, todos los que entienden del asunto dicen que es necesario un cambio en la ley de financiación atendiendo a factores como la dispersión de la población, envejecimiento y otras cuestiones.
Actualmente, con el clima político que hay, no creo que vayan a tener la altura de miras como para plantear de forma sosegada la cuestión.
Un abrazo
Merche
Buenas tardes, Juan Antonio voy a intentar comentar tu escrito sobre la financiación autonómica, sin entrar en cuestiones políticas de fondo , que subyacen en el planteamiento del tema. Como se entiende o debería entenderse la concepción del estado, ya que se basa en la concepción jacobina y unitaria del Estado conforme la tradición napoleónica, es lógico que se considere una hacienda única y una administración financiera que intente repartir el presupuesto equilibradamente entre comunidades para sufragar las necesidades de las mismas .
ResponderEliminarPero si hablamos de un Estado autonómico debería existir autonomía financiera plena, y para ello se necesita disponer del control de la política tributaria por parte de les autonomías, máxime en las comunidades como Catalunya, Valencia y otras con importantes déficits, producidos entre los imputs recibidos y las enormes costes de la sanidad, educación y otras políticas transferidas a su cargo, a los que no se aplican los recursos necesarios al ser comunidades más densamente pobladas, siempre considerando que debe haber un fondo de solidaridad hacia las comunidades con menos renta.
Un cordial saludo
Jordi