Amigos lectores. Exalumnos del Liceo Escolar. Creo
que la confianza que nos tenemos me lo permite. No obstante, y en todo caso, les ruego que me
disculpen si se sienten obligados a leerlo.
"Con mi mayor respeto:
Ahora que sé que no soy porque ya no estoy, rememoro y evoco el recuerdo. Hoy, no dejo de pensar
en las tantas mudanzas de mi vida. Sin calcularlo, la memoria se me va, con
pasos de paloma, al tiempo en que era poco más que un niño. Era una de esas
tardes grises, desapacibles, frescas y húmedas de mediados de otoño. El viento
frío del Pirineo que soplaba levemente, no parecía presagiar la tragedia que
acaecería en un breve espacio de tiempo. Me había entretenido por el camino
contemplando el extraordinario caudal que llevaba el Segre, tanto que estaba a
punto de sobrepasar el muro de contención. La presión del agua era enorme y, al
igual que yo, se habían parado otros muchos viandantes que hacían conjeturas
sobre si podría o no soportar su empuje. Las dudas se disiparon rápidamente; con
gran estruendo, la voluminosa potencia del agua, lo derribó como fuera un
gigante abatido por las fuerzas de la naturaleza y una inmensa ola arrasó todo
lo que encontraba a su paso.
Cuando llegué al Liceo estaba asustado y aterido
de frío. La clase de la tarde había comenzado. Entré en el aula, conté lo
ocurrido a modo de disculpa y el profesor Sr. Mor me miró severo. Siéntate, me
dijo. Aquel reventón del río fue solamente el preludio de lo que, un rato más tarde, nos ocurriría luego…
Después…, llegó la tragedia. A las 15:40
horas del
día 2 de noviembre de 1937, el Liceo Escolar, junto al mercado de Sant Lluís y
a los edificios circundantes, fue destruido. En el infame y perverso ataque
fascista murieron medio centenar de alumnos, algunos eran compañeros. Allí
quedaron ellos y varios profesores que, en un instante, perdieron la vida. Yo,
desorientado, desperté en el hospital, tendido en la cama, cubierto de vendas,
tenía heridas por todo el cuerpo y cuando supe la tragedia me quedé confuso,
perplejo. Como los humanos nos quedamos, a veces, mirando las personas que se
nos van, esperando que vuelvan en cualquier momento. Pero…, ellos, no
volvieron.
Aquel horror y el miedo que pasé estremecieron mi
corazón y me han acompañado siempre como mudos testimonios de los
acontecimientos que ocurrieron. Hoy, miro mis manos temblorosas que junto a mí
memoria tejieron el itinerario de mis evocaciones y me digo: no es verdad,
nunca es verdad el olvido, eres tú eterno Liceo Escolar, todo y nada, y yo soy
sólo mi pensamiento. Toda una vida en el recuerdo…"
Estos sucesos, muchos más largos y extensos, casi
entre lágrimas, un día de otoño me los contó mi suegro. El pasado día 8 de
noviembre, en la sala Naúsica del Ateneo Popular de Ponent de Lleida, el
periodista Jordi Guardiola Florensa, por medio del documental El braç de les fúries, del que es
coautor, junto a José Carlos Miranda, nos hizo revivir los hechos.
La sublevación y el odio con qué facilidad ciegan
los ojos del entendimiento. Nunca podremos saber hasta dónde habría llegado el
Liceo Escolar. Sí conocemos que su obra y pensamiento llegó muy lejos, más allá
del lugar en el que habitan sus alumnos y profesores muertos…
Un lujo leer la conversación privada con tu suegro.
ResponderEliminarQué hechos tan terribles, cuanta indignación y, sin embargo, cuanta humildad, cuanto tesón y cuanta dignidad, la del pueblo de Lleida.
Ya tenía conocimiento, de como la aviación italiana había destruido, toda la vida social y cultural de las calles al margen del Segre, en fín.....con el retrovisor puesto; pero, espero no anidar nunca odio, ni en mi mente, ni en mi corazón.
Un abrazo
Magda
Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Esta historia se la oí contar muchas veces a mi abuela. Un hijo de su hermana murió allí,se llamaba Marcelino Armengol.Es una historia muy triste y muy bien explicada por ti.
ResponderEliminarUn abrazo,
Meritxell
Muy bien este recuerdo del Liceu Escolar, lástima que no haya coincidido la publicación con la fecha del aniversario del 2 de noviembre. Sé de primera mano la historia porque un primo de mi padre, que todavía vive, fue también uno de los alumnos supervivientes.
ResponderEliminarFelicidades por tu buen trabajo.
Buenas noches.
Ramon Morell
Hoy dia de descanso semanal lo he dedicado a la lectura de periodicos y correos.
ResponderEliminarEl peso literario casi acaba conmigo.
Ahora descanso. Mañana natación.
Enhorabuena
Anna
Gracias por todo, eres un fuera de serie.
ResponderEliminarUn abrazo,
José Mª
Gracias por tus artículos. Además de bien escritos, siempre nos cuentas hechos interesantes o reflexiones sobre una determinada situación.
ResponderEliminarÉste ultimo sobre el Liceo Escolar me ha refrescado lo que había estudiado sobre la Institución Libre de Enseñanza.
Gracias de nuevo y no dejes de escribir.
Pilar
Me alegro que te publiquen tus artículos; pues tus reflexiones,considero, que son muy acertadas. Te felicito.
ResponderEliminarEn este último artículo aportas una información, con detrerminados detalles, que yo desconocía y que vale la pena conocer.
Gracias por compartir tus conocimientos y tus reflexiones.
Un abrazo
Leo todo lo que me mandas y me gusta muchísimo. He visto Alas Negras y me ha puesto muy triste. Todo nos lo ocultaron en nuestra infancia y juventud. Tengo aquí amigos que no saben nada de nada y, lo que es peor, ni siquiera quieren saber. Puedo hablar del tema con muy pocos.
ResponderEliminarUn abrazo
Maribel
Tus artículos son, como siempre, justos, poéticos y muy bien escritos; pero creo que demasiado extensos. Es por ello, que te aconsejo condensar un poco más la idea para que llegue a más gente. Lo importante es que la gente los lea, ya que son excelentes.
ResponderEliminarAfectuosamente tu crítica objetiva y sincera.
Mirta