Las obras acometidas para
la reforma urbanística del barrio del Noguerola-Segre, aunque con cierto
retraso sobre la fecha de su finalización, están tocando a su fin. El proyecto, a punto de hacerse tangible realidad, contempla obras
de mejora de accesibilidad, iluminación vial y rehabilitación de
infraestructuras, entre otras intervenciones, dentro del plan de regeneración y reforma del Portal
Magdalena/Noguerola que se había interrumpido, por
falta de recursos económicos, desde el año 2011.
El impulso dado por el Ayuntamiento a
partir del segundo trimestre de este 2018, ha permitido renovar la calle
General Brito, rehacer las calles del Río y María Sauret, remozar el pasaje
Miguel Fargas o innovar la Plaza del Padre Sanahuya. Unas obras que, a
través de algunas de las actuaciones llevadas a cabo, han conseguido una considerable mejora y mayor sensibilización en
el ámbito del urbanismo y que se plasman en la adaptación de renovados espacios
verdes y otros nuevos de jardinería ; así como diversos equipamientos a favor
de la sostenibilidad vial del barrio.
La Mañana 28.12.2018 |
No obstante, tras
felicitar al Alcalde y Concejal de Hábitat Urbano, Sr. Larrosa, por esta línea
de actuación, considero importante indicar que, desde mi punto de vista,
convendría, antes de dar por finalizadas las obras de reforma, que el Sr.
Alcalde revisara in situ la correcta
ejecución de las mismas. Pues de la misma manera que, tras un par de días de
lluvia, han tenido que levantar parte del pavimento de la calzada en las calles
del Río y María Sauret, al encharcarse las citadas vías, por no haber dado al
pavimento la oportuna inclinación hacia las arquetas de los sumideros, bien
podría acontecer alguna otra deficiencia todavía no detectada y/o corregida. Así
ocurre, por ejemplo, con la correcta ubicación de las jardineras colocadas en
el pasaje Miguel Fargas: unas porque dificultan el acceso de entrada y salida
de algún concreto garaje concerniente a dos de los inmuebles de la citada calle,
y otras porque en el hipotético caso de que se declarase un incendio en alguna
de las viviendas antiguas de la calle, los bomberos se verían con serias
dificultades para poder acceder al edificio, ya que una de las jardineras está
colocada justo delante de la puerta de acceso a la finca . Asimismo, varios
pesados bolardos, pertenecientes a la anterior remodelación de la calle Vila
Antonia, que se encuentran desubicados del lugar que les corresponde. Y del
mismo modo, tampoco se comprende que, dentro del plan integral de reforma del
barrio, se haya obviado el tramo de la acera de la Avenida del Segre
comprendida entre las calles Vila Antonia y General Brito, cuyo firme está
profusamente bacheado y sin un solo árbol de los cinco que en su día tenía.
Y, finalmente, un punto y
aparte, que merece ser tenido en consideración, es la necesaria vigilancia del
barrio con el fin de evitar o, al menos, mitigar la falta de civismo de algunos
conciudadanos, propietarios de mascotas, que permiten que éstas hagan sus
necesidades en cualquier lugar sin, luego, tomarse la molestia de recoger los
excrementos. Un hecho habitual que convendría subsanar con el fin de lograr el
necesario equilibrio y armonía entre el derecho a tener mascotas, el medio ambiente,
el progreso y el bienestar de las personas que residimos en el barrio del
Noguerola-Segre.
Decía el novelista,
ensayista y poeta inglés, Aldous Huxley, que: “Todos los hombres son dioses
para su perro. Por eso hay gente que ama más a sus perros que a los hombres.” Y
a tenor de lo que presenciamos cada mañana, tarde y noche en el barrio, con la
abundancia de defecaciones caninas, debe ser verdad.