Cuarenta y cuatro años después de la muerte
de Franco, el Gobierno español decidió desenterrar al Dictador del Valle de los
Caídos y llevarlo con benevolencia a una sepultura menos ostentosa en
Mingorrubio. En este sentido, puede decirse que pese a la agitación jurídica y
mediática que ha ocasionado la familia, el medievalista prior de la Abadía, Santiago
Cantera Montenegro, La Fundación Nacional Francisco Franco y un pequeño grupo
de nostálgicos del régimen, la inmensa mayoría de los españoles han aceptado como
algo verdaderamente normal y positivo el cambio de residencia del dictador
desde El valle de Cuelgamuros hasta la localidad de la provincia de Madrid de Mingorrubio, núcleo de población que, administrativamente, se
sitúa dentro del barrio madrileño de El Pardo.
En unos momentos en los que la democracia
está razonablemente asentada entre la inmensa mayoría de los españoles, este
acto, parece querer representar el cierre definitivo con el pasado reciente y
poner punto final a un triste ciclo en el que se prohibían, entre otras cosas,
las más elementales libertades. Sin embargo, paralelamente a la creciente valoración
de la democracia como sistema político que
defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a
sus gobernantes, cuanto más pasa el tiempo, va surgiendo un significativo
aumento de voces discrepantes, tanto de políticos, como entre la
ciudadanía, sobre la Transición española
y sus efectos. Es decir, sobre la forma en la que se llevó a cabo el proceso de
pasar de un régimen dictatorial a otro regido por la Constitución española de
1978, como Norma suprema del ordenamiento jurídico español, a la que están
sujetos todos los poderes públicos y ciudadanos de España desde su entrada en
vigor un, ya lejano, 29 de diciembre de 1978. Y es que, durante estos años, el
sistema político nacido de la Constitución parece haber envejecido y sufrido
una innegable erosión en su valoración.
En este contexto, sin duda, los
acontecimientos de estos últimos años; especialmente el derivado de la crisis
política entre el Estado y Cataluña, han desgastado, de alguna manera, la
imagen global de nuestro sistema político y de la Corona, en Europa y otras
partes del mundo occidental. De ahí que se pueda interpretar una cierta caída
en la valoración que se hace de nuestra democracia entre los propios españoles
y en el exterior. No obstante, desde mi punto de vista, lo que falla o se
minusvalora entre los catalanes y el resto de españoles, no es el deterioro o
ausencia de la democracia, en sí misma, en nuestro país; sino que lo que creo
que se cuestiona es el funcionamiento del sistema democrático que, entiendo,
responde a factores coyunturales del momento presente y que, sin duda, pesan en
la mente de la ciudadanía a la hora de manifestar su grado de satisfacción con
la Norma Constitucional en vigor. En todo caso, quizás la cuestión esté en que
para una gran parte de la población española, nuestra Democracia, a causa de su
relativa juventud, no está aún tan consolidad como las existentes en la mayoría
de los países de la UE como Alemania, Holanda, Dinamarca etc.
La Mañana - 21.11.2019 |
Según la leyenda, en el palacio de El Pardo,
residencia de Franco, la luz no se apagaba nunca. Sin embargo, hoy en día, la
huella del dictador se ha ido diluyendo hasta desaparecer por completo, lo
mismo que acaba de ocurrir con sus restos del Valle de los caídos, hace escasas
fechas. En relación con esto, tras 44 años de la muerte del dictador, considero
que el pasado franquista ha muerto y el traslado de sus restos lo ha enterrado
para siempre; aunque queden algunos residuos que, seguramente, no el tiempo
físico, sino el interior que cada uno de nosotros llevamos dentro, irá
borrando.
Decía José Luis López Aranguren, el filósofo
abulense, refiriéndose al franquismo, “que era necesario olvidar el pasado para
vivir, ya que el franquismo anuló la conciencia colectiva y se la cedió al
dictador”. A este respecto, como resultado directo del comportamiento de muchos
curas, los ciudadanos han ido perdiendo la fe en Dios, me temo que a causa de los
políticos mucha gente está perdiendo la fe en la democracia. Esperemos que el sol nos quite las telarañas del crepúsculo,
recuperemos la conciencia y retornen los
amaneceres…
Magnífico artículo, te felicito.
ResponderEliminarJoasé Mª
Perfectamente redactado, como siempre. Lamentablemente no estoy de acuerdo en parte, porque el fantasma de Franco, a mi manera de ver, está más presente que nunca. Es suficiente comprobar que hay 54 diputados de Vox. Me parece un escándalo, una ignominia, una inmoralidad, una obscenidad y una pérdida de memoria incomprensible. Después de haber pasado por una guerra civil cruel y demencial
ResponderEliminarcon tantos miles de muertos,no me entra en la cabeza que haya un solo español que vote a los que representan lo más oscuro y trágico de la historia española, como fue ese innombrable dictador.
Los militares en Argentina se cargaron a 30.000 civiles, Franco a cientos de miles. Con lo cual, aunque lo pusieran en la Antártida sería igual. Perón nunca va a morir y aunque cometió menos crímenes, dejó a un país destrozado que arrastra todavía esa resaca de la ignorancia, el populismo y el culto a una figura siniestra que sigue teniendo tanta fuerza y que convierte al pueblo en ciego y sordo.
Si tienes whatsap, mandame tu número que te envío algunas fotos memorables de dictadores narcotraficantes, que siguen aplastando países como si nada y se creen y se les toma por héroes.
He visto tu artículo, no carta, sino colaboración, en SEGRE. Veo que al final te han aceptado tu proposición, eso es importante y se te tiene que felicitar por ello. Me hubiese gustado, sin embargo, que tu artículo hubiese aparecido mucho antes de los 44 años o mucho después, te lo comento porque ya, prácticamente, ningún medio de información habla del aniversario del dictador. Por lo que hace a la Constitución te lo he comentado ya otras veces, para mi es un texto coyuntural que nació con la punta de la pistola en la nuca de los ponentes. Era o es una Constitución que necesita de una puesta al día gradual. Y, además, todavía tenemos dos estamentos claves en una democracia que no han sufrido ningún tipo de cambio democrático, uno es la policía, todavía no se han quemado los expedientes franquistas, y otro el poder judicial. Por poner un ejemplo, en la revolución de los claveles de Portugal lo primero que hicieron fue derogar los dos cuerpos a las 24 horas, policía y justicia y partir de cero.
ResponderEliminarSaludos.
Ramon Morell
Bastante de acuerdo; pero, aún quedan más restos de lo que parece. Restos de personas reales por un lado -franquistas recalcitrantes- y la atribución de franquistas a buena parte de la población española, que no lo es, por parte de algunos "nazis" que se creen los mejores del mundo.
ResponderEliminarTe envío un artículo, que seguramente habrás leído, con el que estoy totalmente de acuerdo.
Un abrazo.
Ramón
Queda algo a lo que no aludes que es muy necesario concluir. Son las fosas de fusilados que permanecen sin identificar. Este proceso, rechazado por VOX y con el disgusto de otros, pese a la ley aprobada en su día, debe ser dirigido y financiado por el Estado sin demora. Cuanto antes se cierren esas heridas (que están abiertas y no se abren ahora) antes se asumirá nuestro pasado y esa reconciliación que no termina de llegar. Por lo demás todo cuanto dices me parece muy bien.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pepe.
Está bien. La reflexión final es muy buena, aunque creo que la pérdida de la fe se hubiera producido igual con el progreso y los nuevos tiempos. La religión ofrece un relato y una visión del mundo que no hay manera de casar con lo que ya se conoce.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jaime
El final lo mejor !!!
ResponderEliminarCarmen
¡Hola!:
ResponderEliminarTu articulo me parece muy bueno y lógico; pero en lo referente a la Democracia no estoy de acuerdo. Los espñolitos todavía no saben lo que es una Democracia ,y no quieren saber lo que es. Dicen que es Libertad y en realidad ,lo que es , en su calenturienta cabecita, es " Libertinaje " y asi nos va, desgraciadamente.
Un abrazo.
Rafael
¡Hola! J.A.
ResponderEliminarNo obstante, estando prácticamente de acuerdo con todo cuanto expones en tu artículo, me atrevería a decir que, si nuestra Democracia está como está, ya sea por su juventud, como opina mucha gente, ya porqué aún le falta una consolidación como la que tienen los paises que nombras, hemos de luchar para fortalecerla, haciendo los cambios que sean necesarios en nuestro sistema democrático. Creo que, mientras exista VOX que, obviamente, tiene derecho a existir, aunque a mí no me guste y la FAES...el "franquismo" no desaparecerá del todo. Prueba de ello es la subida en las votaciones de VOX, quizá como consecuencia del traslado efectuado al dictador, o por el supremo cansancio de la gente.
En fin, que la suerte nos acompañe
Un abrazo
Magda
Crec que descriu molt bé el que molta gent sentim en relació a una transició difícil i fosca. La gent que encara no hem trobat les restes de familiars morts i enterrats no sabem on, tenim les emocions a flor de pell i aquest trasllat ens ha fet reviure històries familiars doloroses i molt injustes.
ResponderEliminarHem de tirar endavant com sigui! Benvinguda democràcia si serveix per a reflexionar, compartir i poder tancar aquest passat tan difícil .
Gràcies per escriure-ho tan bé.
Una abraçada
Joana