viernes, 6 de diciembre de 2019

Relato: El silencio del fón póca


Suele afirmarse que las personas viajamos para “desconectar”. Y, en general, debe ser cierto. Pero, en esta ocasión, yo acariciaba la idea de desconectar de una manera radical, sin ataduras de ningún tipo. Por eso, tenía casi decidido iniciar mi escapada de dos semanas largas a Irlanda sin él. Pues imaginaba que viajar con su silencio, sería como caminar dejando en casa una parte de mi cuerpo; puesto que, ahora, somos ya ciborgs y él es un órgano más de nuestro ser. No obstante, no me atrevía a interrumpir la cadena de esa supuesta y prometida libertad que con él iba a tener. Un vínculo que el azar decidió romper el mismo día de partir.

Todo empezó con su primer silencio. Ocurrió de pronto, como suelen pasar todas las cosas. Y sólo cuando su silencio se hizo grande, comprendí lo que él es, para lo que sirve y lo que representa en nuestras vidas. Y es que todo tiene importancia y valor en este mundo, incluso los silencios; sólo hay que saberlos escuchar. Y ha sido su mutismo el que me ha dado todas las respuestas. Durante el viaje, a diario y a menudo, iba a su encuentro aguardando su reacción, sus palabras. Y no asimilaba que no llegaban porque estaba enfermo o que, tal vez, me las proporcionaba de otra forma, como presentes pausas, como vacíos que no rellenaba de letras y de frases, ni cargaba de imágenes o vídeos. Su reposo encerraba lo que no podía escuchar, lo que necesitaba y reclamaba oírle decir y ver.

Era doloroso asumir que el silencio fuese su única expresión; pero, sabido es, que a veces, lo cotidiano es lo que nos queda. Pasaban los días, y no aprendía a renunciar a su cita, a no tener expectativas, a no esperar nada de él. Saber que esa tregua era todo lo que quería decirme, era desesperante; quizá, porque como decía Mario Benedetti: “Hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio”. No obstante, he de decir y recordar que su mudez no ha sido consentida, sino obligada. Y es que este “alien“ al que tan alegremente he invitado, a veces, a traspasar la frontera de mi intimidad, ha estado mudo durante el viaje por encontrarse enfermo. La causa, según me dijeron en UCI de la clínica Shenzen del Dr. Huawey de Dublín, un virulento malware que le había ocasionado un malicioso crecimiento de sus cachés internos, que aumentaban sin control, afectando a los bugs de su memoria RAM. Esperaba que pronto estuviera repuesto y vacunado y, a partir de este momento, pudiera reintegrarse en sus funciones vitales y triviales que le son propias cada día. Pero, no fue así.

Quizá convenga recordar que este inseparable consorte y compañero fue creado en 1973 por el ingeniero electrónico de la empresa Motorola, Martin Cooper. Este americano nacido en Chicago y de ascendencia ucraciano-irlandesa, le dio vida y bautizó bajo el glorioso nombre de Dyna Tac. Sin embargo, hay cierta controversia, ya que algunos expertos consideran que mucho antes de que existiera el prototipo de Motorola, ya existía una versión en la antigua Unión Soviética. Su creador fue el ingeniero de radio Leonid Ivanovich Kupriyanovich que en 1957 realizó con éxito las primeras pruebas de un prototipo automático, con un alcance entre 20 y 30 kms., y que denominó LC-1. No obstante…, como en tantas otras ocasiones, nos topamos con la “Historia pervertida” y los honores y la fama han quedado en manos norteamericanas.
La Mañana 2019.12.06


Dicho todo esto, finalizo dando un consejo que, también, hago propio y mío: a partir de ahora no pierdas el tiempo en contarle tu vida, al inherente compañero, úsalo para arreglar la tuya; pues su ausencia me dejó un vacío tan grande o igual que su presencia. El tiempo también es silencio y con él he aprendido en el viaje que es el único amigo que jamás traiciona. Evidentemente, hablo de mi fón póca; es decir, mi teléfono móvil, escrito en gaélico irlandés como una perpleja sonrisa y en reconocimiento a la ascendencia materna de su inventor.

14 comentarios:

  1. Cómo siempre, tu artículo me gustó mucho y estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. Ánimo y sigue escribiendo!!

    Mª Jesús

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  2. Hola J.A.
    "El silencio del fón póca"
    Finalizas tu fantástico artículo dando un consejo difícil de cumplir "No pierdas el tiempo en contarle tu vida",dices.
    Y me pregunto y digo yo: ¿Qué tiene el que atrapa tu mirada, al que acaricias con la suavidad de tus dedos, que secuestra tus horas y a veces la mayor parte del día?.
    Nos acostamos(no todas las personas lo hacen) con él, noche si y noche también, lo quieres a tu lado para despertarte; quizá, porque esperas las buenas noches de alguien que no te las ha dado.
    Si lo analizas bien, qué tiene el más que nosotros, aparte de más gigas, más memoria, más rapidez y mayor capacidad.
    Aparte de eso¿qué...?
    Hoyen día hemos hecho que nos resulte imprescindible en nuestra vida, incluso, en muchos casos, casi, casi, como una pareja carnal, a sabiendas de que un día se quedará sin batería, sin cobertura, sin conexión y nos dejará tirados como colillas. Algo que jamás te haría un libro.
    Nos hemos creado una dependencia casi enfermiza del fón póca y le permitimos menos silencios de los que nos convendrían.
    Un abrazo
    Magda

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  3. El artículo encantador..Espero que los reyes lo remedie . A mi me pasó en agosto .La obsolescencias programadas no tienen corazón y por tanto su cerebro no tiene sentimientos.

    Un abrazo
    Carmen

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  4. Un muy buen artículo, como siempre. Gracias por enviármelo.

    José Mª

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  5. Tu "Fón póca" escrito en gaélico irlandés, como nos tienes acostumbrados, genial. El móvil se ha convertido en un aparato imprescindibles en nuestras vidas, hoy, y para siempre..., creo.
    Buenas noches querido J.Antonio.

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  6. ¡Hola! Juan Antonio. Sobre el último artículo que te han publicado, hay 3 temas importantes (a lo mejor hay más): el silencio, el móvil y la importancia de ser los primeros, aunque no sea verdad.

    Un abrazo

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  7. El artículo muy bueno. Muy tarde te diste cuenta de que ya no podemos desprendernos de esa apéndice que nos ha salido ya de mayores. Solamente con un buen cirujano y un mejor psicólogo," para acompañarnos en el duelo" …. Finalmente podemos dejar de lado ese nuevo miembro de nuestro cuerpo!!

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  8. El misterioso "él" me dejó perplejo durante minutos y lo de la "UCI" me llenó de confusión, todo por leer tu artículo deprisa y en momentos de cansancio tras un viaje. Y porque supe que no te encontraste bien en vuestro viaje a Irlanda. Reposado y en segunda lectura ya vi lo de la "clínica HUAWEI" y otros detalles. De modo que lo de "él" adquiría sentido. Las reflexiones que haces con el silencio y las citas que siempre tienes "a mano" más las informaciones que das al final me despiertan, como siempre, admiración. He leído un artículo singular, atractivo, con misterio incluido.
    No obstante, considero que debiéramos prescindir de "el" con cierta frecuencia pues si no corremos el peligro de integrarlo en nuestros circuitos cerebrales y echarlo en falta, cuando,en realidad, también nesitamos el silencio, y "su" silencio.
    Un abrazo.
    Pepe.

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  9. Muy bien, yo lo he encontrado hasta divertido. Al margen del artículo yo dejo muchas veces el móvil en casa; por ejemplo, siempre que salgo a cenar o al cine nunca me lo llevo, tampoco cuando subo los mediodías al tenis me hace compañía. Estoy pensando ahora dejarlo cuando salga de viaje, me parece que lo voy a hacer dando a mis hijos información sobre lo que voy a hacer.

    Un abrazo.

    Ramon Morell

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  10. Hola,
    Original, creatiu ,misteriós i divertit.
    Felicitats!!
    Joana

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  11. Muy bien y con fondo. Y me parece estupendo que toques el tema con humor e ironía.
    Un abrazo.
    Jaime

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  12. Buenos días Juan Antonio:
    He leído despacio tu artículo: “El silencio de fón póca". Tuve que ir al dicionario para saber su significado.
    Estoy de acuerdo con la reflexión que haces acerca del silencio. Sin duda que es una de las realidades que brillan por su ausencia en nuestra sociedad. Sus consecuencias ya las estamos pagando. Ahí está el creciente porcentaje de suicidios de jóvenes entre los 16 y los 25 años.
    Los días de nuestro tiempo están demasiado llenos, demasiado ocupados, por el acoso de la comunicación a través de los medios que nos bombardean. He leído un libro titulado" la fuerza del silencio y me ha encantado.
    Tu artículo ha sido un buen pretexto para ponernos en contacto en estos días próximos a la Navidad. En la que como nos dice la Escritura “Reinaba un gran silencio y la noche en la mitad de su carrera…Pue sí J. Antonio, mi recuerdo lleno de afecto ante el Pesebre de Belén.
    Un abrazo muy fuerte
    Laureano Yubero

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  13. Veo que estás atacadísimo a las redes. Yo por suerte no me contaminé y casi no tengo tiempo, y tampoco me interesa, será que al revés de los jóvenes no nací con estos aparatitos y no me dejo invadir. Con lo cual creo que tenés un espíritu muy joven y que estás como niño con chiche nuevo. Disfrutalos. Tu artículo como siempre muy bueno.

    Mirta

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  14. ¡Hola!, perdona, la ignorancia hace maravillas, no sé como sacar la imagen y no consigo leer tu escrito.
    Por otra parte quiero darte las gracias por tenerme en tu nómina ya que tus reflexiones son para mi siempre muy interesantes.
    Y por si no nos vemos, que paséis , Rosa y tú, un buen solsticio de invierno ya que el argumento de la Navidad está demasiado sobado. Unos abrazos de Marta.

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