La función y tarea de las palabras es
compleja, su filosofía parece sencilla: yo hablo, tú me entiendes. Pero no
acaba aquí todo, pues a través de ellas se crean pensamientos con los que se
mueve el mundo. Y es que las palabras son esas construcciones del lenguaje con
las que ocultamos, en vez de revelar, lo que de verdad somos y, con ellas,
iluminamos una parte de la realidad que expresamos, dejando otras en penumbra.
En este sentido, si consideramos las palabras como herramientas, nos topamos
con las palabras de enunciado performativo, es decir, aquellas que implican la
realización simultánea por el hablante de la acción evocada y que sirven como
utensilio para dar órdenes o consejos. Las palabras sofísticas, que son las que
utilizamos como un instrumento que apuntan a la seducción o la persuasión. Las
palabras argumentativas o incluso demostrativas, que sirven como aparejo de la
verdad. Las palabras de ficción, las que imaginan, las poéticas, las
literarias… Pero en el casi inagotable mundo de las palabras, también existen
las que empleamos como utensilio arrojadizo, como lo es la palabra dardo. Y,
asimismo, existen las que hieren, las que acuchillan, las bífidas, las
viperinas… Sin olvidar las que curan, las que consuelan, cicatrizan o las
heterónimas, esas que tienen proximidad semántica con otras pero diferente
etimología. Y hasta hay palabras, como nos dice nuestro romancero, que no
tienen alcabala; o sea, que son cosa hueca si con obras no se llenan. Tal vez
por eso hay palabras que son de pluma, y existen obras que son de plomo. La Mañana 17.02.2022
Con todo, no se agotan aquí las herramientas de las palabras, sino que en este fascinante y misterioso universo creativo de los términos, voces y locuciones, es necesario también tener presente la actual moda del “no-lenguaje”, de los nuevos significados, de los nuevos vocablos y de las jergas empleadas por los jóvenes y menos jóvenes para unir o abreviar palabras; lo que contribuye a modificar, efectivamente, el significado inicial de muchas de ellas. Y en este atractivo y deslumbrante ámbito existen también algunas que considero deberíamos apartarlas de nuestro vocabulario, ya que obstaculizan la capacidad de pensar; son esas palabras que están hechas para funcionar como balas, pues suenan y golpean como fulminantes explosivos y están preparadas para matar la inteligencia del hablante y, en ocasiones, también del oyente. Ya que hay individuos que utilizan esa herramienta de tal manera, que convierten la palabra y el lenguaje en una especie de logorrea, ese trastorno de la comunicación, a veces clasificado como enfermedad mental, que sirve para alimentar algunas ideologías y determinados delirios. Y así y de esta manera, no se hace necesario pensar cuando se habla, sino que simplemente se emplean las verborreas aprendidas para regurgitar los contenidos de los biberones ingurgitados sobre los destinatarios, como hacen algunos políticos en el Parlamento y/o cuando están inmersos en una campaña electoral. En este contexto, demolidas y aniquiladas por las palabras las columnas del templo de la razón y de la fe de sus señorías, las frases, mensajes, soflamas y discursos que utilizan alcanzan en sí mismas, una densidad de masticación, a pesar de que el estilo lo transforman a cada instante según la materia que están contando. A este respecto, dejo a usted, amigo lector, la libertad de que ponga nombres y apellidos, según le cuadre.
Y, entre algunas cosas más de las palabras, no quiero concluir sin entrar en las tan contemporáneas y bien llamadas Redes Sociales. Unas “redes” en las que las palabras quedan siempre o las más de las veces, atrapadas… Y de las que alguien, algún día, tendría que decir todo de ellas y de todas mucho, analizando seriamente sus ventajas, contingencias, exposiciones y peligros, como son los abundantes cretinismos que nos llegan como fake news y que se difunden a través de algunas de ellas de forma simplificada.
Finalizo indicando que, si conceptuamos el hecho de que la vida es una quimera o sueño, también podemos igualmente pensar que ha sido, a través de la facultad del Homo Sapiens de crear ficciones colectivas de generación en generación, lo que nos ha permitido estructurar vivencias para convertirnos en amos y señores del planeta. Y todo ello, con palabras, solo palabras... Unas virtualidades, mitos o realidades imaginadas, convertidas en creencias compartidas a través de mensajes y discursos, y que han sido y son los arquetipos que han unificado a nuestra especie desde la primigenia tribu, hasta nuestras actuales ficciones colectivas de la ONU, la OMS, la OTAN, el FMI, los Derechos Humanos…; cuando la única y verdadera realidad nos enseña y está concentrada en el “dinero y el poder” o en el poder del dinero con el que el capitalismo de siempre y el actual salvaje capitalismo financiero doblegan a las organizaciones internacionales existentes, instituciones públicas y a los propios Estados, como estamos viviendo y padeciendo. Y es que las esencias y sucesos de la vida, a través de las palabras, esas herramientas del lenguaje, no las vemos ni sentimos como son, sino como somos. El resto es historia…
El artículo, muy bueno. Y, como bien y acertadamente dices,no las vemos como son sino como somos. Y eso nos puede llevar a la tiranía del subjetivismo.
ResponderEliminarAntonio Rojas
Como siempre, un formidable artículo.
ResponderEliminarAntonio Puig
Después de leer tu artículo saco la conclusión de que, para llegar a ser tu mismo, es imprescindible ir esquivando todo lo que los demás quieren que seas. Y como bien decía Leonard Cohen “A veces uno sabe de que lado estar, simplemente viendo quiénes están del otro lado”.
ResponderEliminarPor lo tanto, los políticos pueden decir misa y utilizar las palabras que en cada caso les conviene, como en el caso de Ucraína, el serial de los “socios” de gobierno en Catalunya o la no separación por sexo(ahora si….., que si no, nos quedamos sin subvención)de algunas escuelas privadas-subvencionadas, todos bla…bla…bla…
Por desgracia y cada vez mas, hay sectores que utilizan las palabras para desinformar, crear alarma, sacar provecho propio, hacer daño, mentir, etc…; pocas veces para reconocer los méritos del otro, calmar los ánimos y destilar serenidad(con la falta que hace)
Por eso, oídos y ojos abiertos, pero cada vez mas importante el criterio propio.
Gracias,
Magda D.
Realmente es muy interesante este análisis de como las palabras, como uno de los medios mas importantes de comunicación o expresión entre los humanos, pueden ser desfiguradas, desvirtuadas, vaciadas de su verdadero contenido en función del uso que de ellas se haga, y el fin que se quiera conseguir con las mismas. Con lo sencillo que sería usarlas simplemente para expresarnos, transmitir nuestros sentimientos, conocimientos, sensaciones, ..... , en fin, simplemente exponer al mundo lo que queremos, en vez de usarlas para engañar, embaucar, hipnotizar ,......, al público al que van dirigidas como si de un relato perfectamente estudiado y desarrollado se tratara, para producir aquello que tú quieres que produzca en el receptor del mensaje, con formas torticeras, populistas, engañosas, irreales, falsas,....... Hay que reconocer que las personas que han sido agraciadas con el “don” de la palabra, de saber expresarse correctamente, con fundamento, con verdad, con simpleza y claridad, cada dia hay manos, y lo que ahora tenemos son charlatanes que utilizan este don par embaucar, de llevar a su lado a los oyentes ávidos de ser engañados, adoctrinados por esa verborrea infame.
ResponderEliminarQué bonita es la palabra bien dicha, bien escrita cuando se usa correctamente, y que innoble y zafia cuando no se hace así.
Rafa.
Muy buen artículo. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarJosé Mª
Muy interesante. Todo le mundo utiliza las palabras para su conveniencia, sino fuera así viviríamos en un mundo mejor.
ResponderEliminarAnna Extremera
Una reflexión muy interesante.
ResponderEliminarAlba
Menuda lección con tu artículo de hoy, "Las palabras, esas herramientas del lenguage". En este artículo nos muestras a tus lectores como las personas y "personajes y personajillos" nos llevan al huerto con su fácil verborrea, para conseguir nuestra voluntad o liarnos y "comernos el coco" para sus fines, la mayoria de las veces, con quién sabe que intéciones... O sí.
ResponderEliminarA tu lección de hoy, permíteme que añada una frase que no es de ningún pensador o filósofo, sino una frase del pueblo que decimos por aquí... "La llengua no té óssos, peró en trenca de molt grossos"
Un saludo y como siempre mi enhorabuena por el artículo.
Pili Obre
De verdad que está muy bueno este artículo. Es verdad lo que dices, la palabra como herramienta para ser usada según determinados propósitos. Me resultó interesante y sobre todo la reflexión del último párrafo. Muy buena faena!!!!
ResponderEliminarElba
Eres un gran pensador y un gran trabajador. Muy bueno el artículo.
ResponderEliminarPilar
Genial artículo. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarClarisa
Muy bueno el artículo.
ResponderEliminarMª Jesús González
Un artículo muy interesante del análisis que haces de la palabra y de la repercusión que puede tener en las personas, para bien o para mal, la forma en que se utiliza.
ResponderEliminarComo siempre un excelente trabajó. Te felicito
Un abrazo.
Anna
Muy bien, hay momentos que pareces un filólogo y al final te lo montas muy perfecta y convenientemente para satanizar el sistema.
ResponderEliminarRamon
Aprendiendo de lo que nos enseñas en este artículo tan bueno.
ResponderEliminarLa palabra importantísima para entendernos, tanto en lo mejor como enlo peor, y asi también en la comprensión.
Un Saludo.
Sara
Muy buen artículo que te publicaron tío ..Las palabras, con ellas, el mundo se mueve y nos utilizan los poderosos a su antojo.
ResponderEliminarNacho
El artículo es buenísimo. No obstante,tengo que releerlo para darte una opinión más acorde con lo que en él expresas. Lo leí anoche antes de dormir y tenía la mente un tanto nublada.
ResponderEliminarAlberto
Magníficas herramientas, desde luego que el lenguaje no es nada inocente y las palabras adoptan un significado u otro cuando se colocan con la intención de dirigir nuestro pensamiento hacia un marco conceptual determinado.
ResponderEliminarLo estamos viendo en bochornosas batallas políticas por hacerse con el control del poder en situaciones desesperadas de supervivencia. Tenemos ejemplos recientes en los cuales mediante la ayuda de extensiones metonímicas y simbolismos fonéticos (mordida, espionaje, etc) evocan claramente un mundo corrupto, mafioso y criminal. Todo ello aderezado con puestas en escena que enriquecen los relatos, consiguiendo espectáculos verdaderamente tristes y lamentables con el fin último y no otro que engañar al personal.
Un abrazo,
Miguel Ángel
Me encanta tu facilidad para explicar tan bien las cosas.
ResponderEliminarJosé Mª Muñoz
¡Hola! buenas tardes, hasta ahora no habia tenido tiempo de sumergirme en tu artículo y lo digo consciente de que el mismo necesita de una profunda inmersión para poder entrar en el gandioso torrente filológico, literario y filosofico con que de acercas a la esencia y a la razón de ser de las palabras, como siempre haces una demostración apabullante de tu bagaje cultural, para acabar insertándolo en los problemas que se atisban en nuestra realidad cotidiana. En estos tiempos de escasez intelectual es de agradecer tu esfuerzo, sigue persistiendo.
ResponderEliminarUn cordial saludo
Jordi
Tienes toda la razón Juan Antonio. Me hago cruces, como se acostumbraba a decir, del lenguaje que usan los partidos y grupos de derechas. En sus discursos, hablan de hacer políticas para favorecer al pueblo, cuando en realidad, lo que hacen es favorecer a una pequeña parte de ese pueblo, a los ricos y poderosos, a los que mas tienen, que les favorecen, aupando en sus medios de comunicación, prensa, radio y TV, sus medias verdades y mentiras. Que pena, que los votantes nos dejemos engañar con sus palabras, pero no con sus hechos, que son contrarios a sus palabras. Buen trabajo el tuyo.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Miguel Soto
Fantastico Juan Antonio. Escribes divinamente y ademas con argumento y conocimiento.
ResponderEliminarMi enhorabuena.
Robert
Un artículo muy bien escrito e interesante.
ResponderEliminarJuan Pérez
Muy atractivo tu último artículo"Las palabras..."
ResponderEliminarEs además,instructivo; claro está qu eso depende de lo receptivo que sea el lector y eso es aleatorio, por por muy atractivo que sea el citado artículo...
Personalmente, para mí, tiene ambos calificativos a la vez.
Maite
Buenas noches. Poco puedo aportarar a tu último artículo súper filosófico, pero interesante. El poder de las palabras!!!!. Sobre este punto, SI, es una lástima que haya tanto lenguaje agresivo y tan poco de bálsamo. De todos modos las buenas palabras pasan más desapercibidas que agresivas. Quiero pensar en positivo.
ResponderEliminarEncarna
Me encanta el artículo.
ResponderEliminarRosa Acebal
Artículo denso e inteligible, completo, admirable por el conocimiento de ese mundo humano que tan inhumano y cruel puede llegar a ser. Y la ligereza con que tantos humanos las tratan, no digamos ya en las redes. Y también, sí, en la política.
ResponderEliminarMagnífico.
Pepe
Está muy bien, Juan Antonio. Estoy muy de acuerdo, y me parece que este tipo de contenidos te van como anillo al dedo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jaime
Muy curioso e interesante tu artículo.
ResponderEliminarUn abrazo
Merche
Me ha parecido genial,y más tú que le das a todo,donde hubo sigue habiendo.
ResponderEliminarUn abrazo
Alfredo
Muy bien tu artículo… "El poder de la palabra"
ResponderEliminarPilar
Lo he leído con mucho interés y admirando tu facilidad para expresar lo que sientes.
ResponderEliminarMe gusta decírtelo, eres un artista. ¡Bravo!
Marisa
Me ha parecido muy interesante. Son ciertas la multitud de connotaciones que las palabras tienen y, en ocasiones, por desgracia, el mal uso que algunos hacen de ellas, provocando con ello el caos más absoluto. Gracias, Querido Tío, que también hay personas de bien que acarician las palabras y las transforman y tú eres un ejemplo.
ResponderEliminarEduardo
Tú artículo es un análisis muy bueno y profundo de los usos de las palabras. Coincido contigo en que actualmente las palabras están concentradas en el "dinero y el poder ".
ResponderEliminarUn abrazo
Mª Carmen
Muy bueno. Respectos a la segunda parte, ¡qué decir..! Es una exposición contundente de lo que oímos en cada sesión parlamentaria de boca de los Sres. Diputados de esta oposición visceral, sin sentido y destructiva que nos demuestra la ignorancia de Casado y Abascal, como representantes de un ejército de difamadores del yo, mi, me, conmigo; vergüenza parlamentaria. Pero..., que han sabido y podido atraer a la mitad de este pueblo semi analfabeto, con sus proclamas fascistas, a servirles en lo único para lo que le necesitan, el voto cada 4 años y consumar así la desaparición de la democracia, sistema de gobierno que no han podido entender por la miserable vida a la que le han relegado sus amos y señores.
ResponderEliminarSantiago Méntrida
Juan Antonio,
ResponderEliminarMe admira tu capacidad de pensar y razonar en tantos apartados de la especie humana. Debes estar formándote e informándote continuamente. Te felicito por ello y por ilustrarnos a los lectores con tus razonamientos.
Gracias por obligarnos a pensar.
Un gran abrazo
Pilar
Interesante y completa disertación sobre el valor de las palabras. Alarde de erudición, hay que concentrarse en la lectura para captar todo el significado. Intenso, pero muy bien.
ResponderEliminarManel
Hablando de palabras, hay cinco que no entiendo . El artículo, muy interesante y como siempre solo para intelectuales.
ResponderEliminarMirta
Bona tarda,
ResponderEliminarHo dius molt bé: " jo parlo i tu m'entens". O no. Les paraules, massa sovint, van perdent el seu significat inicial i es converteixen, com tu molt bé dius, en armes de manipulació, extorsió i, en definitiva , de no pensament, sinó d'una incontinència que s'utilitza en massa ocasions per a impedir pensar. Un article que em porta a pensar en el silenci com un espai per a re-pensar i per a crèixer, sense aquest soroll extern, que massa vegades està ple de paraules buides.
Gràcies per ajudar-me a pensar.
Abraçades
Joana
Me ha gustado mucho el artículo; sobre todo, cuando empieza, "yo hablo, tú me entiendes". Por cierto antes quizás sí, ahora tu hablas y no te entiende nadie. Hoy en día las palabras se han convertido en caritas, deditos etc... Hace muchos miles de años que se extinguió el Homo Sapiens, tendremos que volver a estudiar y además empezando por la caligrafía ( que ya no enseñan en los colegios)
ResponderEliminarAlbert
Interesante artículo sobre el lenguaje y las palabras.
ResponderEliminarPensamos y nos expresamos con las palabras que conocemos de ahí la importancia de conocer el significado de las palabras y disponer de un lenguaje rico y preciso, algo que cada vez más encuentro a faltar en los medios de comunicación y no digamos ya en las redes sociales en las que no participo ya que sólo crean ruido y muy poca reflexión.
Me preocupa que muchas de las palabras aprendidas hayan perdido su significado siendo sustituido por otro distinto y alejado del primigenio. El lenguaje nos acerca a los otros o nos aleja de ellos, es nuestra tarjeta de presentación y expresión de nuestro pensamiento racional (a veces también irracional...). Diría que no se le está dando la importancia que merece a la expresión oral y escrita ni a la filosofía en la formación de los niños y jóvenes y así nos está yendo...
Elena
He leído tu artículo sobre las palabras un par de veces y no encuentro las palabras para expresar lo que quiero decir , pero si te diré que soy consciente , demasiado consciente de que hay palabras que parecen verdad y que no expresan lo que sienten . Hay diferencia,mucha,entre lo que se dice,lo que sé se piensa y lo que en realidad se hace. La praxis, no tiene nada de común con lo que quiere expresar la palabra.
ResponderEliminarBueno no se si me he liado.
Un abrazo.
Carmen